MENTIRA

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AMANDA POV

Estamos todos en casa de mis padres sentados en el sofá de la sala.

Mis padres están sentados en el gran sofá y Lucas y yo estamos sentados en sillónes a cierta distancia. No sólo por el enfado en el rostro de mi padre, sino también porque no puedo quedarme al lado de Lucas sin querer estrangularlo.

Todo salió bien con Ana. Tenía una expresión de satisfacción en su rostro cuando estalló un escándalo en la tienda. Al menos parece que no habrá más represalias por su parte.

No podíamos negar la relación delante de ella, así que teníamos que mantener la fachada incluso ante mis padres. Lo cual no estuvo nada bien. Nos sacaron de la tienda y mis padres me llevaron a casa con ellos y le dijeron a Lucas que estuviera allí cuando llegáramos.

El viaje fue en total silencio, nadie se miraba y yo intentaba no respirar de forma audible en el coche para no llamar la atención. 

Cuando llegamos Lucas ya nos estaba esperando.

Entramos a la casa en silencio y nos sentamos. Hubo largos minutos de silencio.

Mamá está atenta a todos. Sus ojos recorriendo a todos los presentes en la habitación.

Papá mira a Lucas seriamente y sus manos entrelazadas muestran sus nudillos blancos de tanta fuerza, claramente se está conteniendo.

Lucas está tenso, mirándonos a mi padre y luego a mí, como pidiéndome en silencio que nos salve.

Y tengo mucho miedo de adónde nos llevará esta situación. No quiero que mis padres me miren con la decepción que hay en sus caras ahora mismo, yo nunca lo quise.

Si digo la verdad se sentirán aún más decepcionados por todas las mentiras que ya hemos dicho en la tienda y yo nunca podría decir el por qué mentí. Solo aumentaría la decepción de ellos por someterme y exponerme de esa manera y con mentiras solo para ayudar a Lucas, quien siempre supieron que no es tan buena compañía.

Pero, por otro lado, si sigo mintiendo, esto se convertirá en una bola de nieve. Todavía estarán decepcionados de que esté con Lucas y, peor aún, es posible que descubran la verdad en algún momento.

No quiero decepcionarlos pero no importa lo que decida este será el resultado. Es muy frustrante y aterrador.

- ¿Quién hablará primero? - dice papá.

- Yo no - responde Lucas y se disculpa conmigo con la mirada.

Papá me mira furioso señalando a Lucas.

- ¿Es eso lo que quieres para tu vida? - grita papá con incredulidad.

Mamá lo toma del brazo y le pide en voz baja junto a su oído que se calme. Él está respirando erráticamente. Y Lucas con expresión de incredulidad. 

Mamá me mira.

- No aprobamos esta relación. Él no tiene nada que ofrecerte, hija. No tiene trabajo, ni diploma, ni casa... nada. Queremos que te cases, por supuesto. Y lo más rápido posible porque ya es hora de que salgas de casa. - Mira a Lucas y continúa. - ¿Por qué no te involucras con alguien más prometedor? - dice mi madre decepcionada y me vuelve a mirar. Y aunque utiliza estas palabras agresivas, su tono es afectuoso.

- Pero soy prometedor. Soy muy, muy hermoso. ¿Hay algo más prometedor que la belleza incuestionable? - Lucas se defiende.

Mamá y papá lo miran incrédulos de que haya dicho eso. Y me quedo callada todo el tiempo. Estoy aterrorizada. Apenas puedo respirar. Siento que se acerca un ataque de pánico.

Escucho a papá gritar en mi dirección pero no puedo entender nada de lo que dice. Lucas se levanta, hace un gesto hacia mí y dice algo también. Pronto papá también se levanta y se acerca a él gritando. Mamá se interpone en el medio y trata de calmarlos. La puerta principal se abre y los gemelos entran con una sonrisa que pronto desaparece y dejan caer sus mochilas dirigiéndose hacia el caos.

Veo todo suceder ante mis ojos en cámara lenta. Escucho murmullos incomprensibles y de repente siento que todo mi cuerpo comienza a temblar, siento lágrimas corriendo por mis mejillas, siento que mi cuerpo se vuelve pesado y pronto ya no puedo soportar mi propio peso, lo que me hace recostarme en el sillón. mientras mi vista comienza a oscurecerse.

Cuando puedo abrir los ojos, me doy cuenta de que estoy en mi habitación. Mamá está a mi lado sentada en la cama con la espalda apoyada en la cabecera. Está mirando a la nada, está pensativa.

- Mami. - La llamo. Ella me mira pero no dice nada.

Su rostro muestra su cansancio, pero no está enfadada. Su shock claramente ha pasado, pero ahora está sumida en sus pensamientos. Debe estar tratando de entender lo que está pasando.

- ¿Es verdad? - ella pregunta finalmente. Sé que está hablando de Lucas y de mí y no quiero mentir porque sé que mi nerviosismo me delatará.

- No – Respondo y luego ambas soltamos el aire que teníamos aferrado con fuerza en nuestros pulmones. No puedo mirarla a los ojos ahora mismo. Estoy muy avergonzada.

- Entonces, ¿qué fue eso en la tienda? ¿Por qué dijiste que estaban saliendo? - pregunta. Su voz tranquila me hace querer llorar.

- Lo dijo Lucas, no yo. - Me defendí. No fue mentira. Sólo Lucas dijo que estábamos saliendo. Me quedé en silencio todo el tiempo. Incluso desde que encontramos a Ana, la primera vez que hablé fue cuando me desperté hace un rato.

- No estuviste en desacuerdo con él ni tuviste ninguna reacción adversa a lo que él dijo. De hecho, parecían saber muy bien lo que estaban haciendo...

Por su tono de voz se nota que sabe que él y yo estábamos fingiendo de forma consensuada.

- ¿Por qué hicieron eso? - me pregunta.

Sé que la respuesta la decepcionará.

- Porque Lucas estaba siendo perseguido por una chica con la que él había salido. Entonces me pidió que me hiciera pasar por su novia para ver si ella se alejaba. - Respondí.

Decirlo en voz alta me hace darme cuenta de lo ridícula que era esta idea.

Con una opresión en el pecho y sabiendo lo que se avecindaba, la miré por un segundo.

Ella me miró y sucedió lo que ya imaginaba. Ella estaba triste.

- ¿Tienes alguna idea de lo que ustedes dos causaron con esta actitud inmadura e irresponsable? Sois adultos, Amanda. Ya no son jóvenes. No me sorprende que Lucas hiciera algo como esto. Pero que estés involucrada en esto me decepciona. Pensé que podía confiar en ti. Pero me equivoqué. No eres tan madura como pensaba.

Estaba llorando mientras ella hablaba. Lo dijo todo en una voz tan suave que deseé que me hubiera gritado. Dolería menos.

- Lávate la cara y baja las escaleras. Tu padre también quiere hablar contigo. - dice y sale de la habitación sin mirar atrás.

Cuando bajé las escaleras, los gemelos no estaban allí. No los tuve para interceder por mí. Fue una conversación acalorada en la que lloré la mayor parte del tiempo.

El resultado de la conversación fue que mientras esté bajo el techo de mis padres, no podré salir cuando y donde quiera. Tampoco podré salir con Lucas. Mi padre me llevará y traerá del trabajo y en mis días libres tendré que ayudar en la floristería.

Con eso tomé una decisión. Voy a ahorrar dinero y salir de casa.

Voy a ir a Los Ángeles, trabajar en todos los trabajos que pueda, ahorrar aún más dinero y abrir mi propia cafetería.

Cuando vuelva a visitarlos traeré a mi marido, hijos y muchos regalos. Verán que soy el adulto para el que me criaron. Les demostraré que están equivocados y que soy madura y responsable.

Es ridículo lo que me están haciendo, cometí un error tan tonto.

¿Es justo tratarme como a un animal doméstico y hacerme creer que fallé como hija?

No puedo aceptar esto.

LA EXTRANJERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora