ELIZABETH POV
Me siento como una pequeña planta rodeada por el rey hormiga John y sus hormigas subordinadas, trabajando juntas para destrozarme.
Acabo de dejar la ginecóloga, quien resulta ser una fiel amiga de mi querido y amado padre. La misma que cuando yo tenía 15 años no dudó ni un momento en decirle a él que yo había perdido la virginidad nada más salir de su habitación.
La odié durante años y pensé que finalmente había superado ese sentimiento. Pero me di cuenta de que todavía estaba ahí, en lo más profundo. Y hoy salió a la luz, aumentado a un tamaño majestuosamente colosal.
En su opinión, soy capaz de generar un bebé en mi vientre. Y como siempre, antes de llegar al auto, John me llamó. Lo cual no me sorprende.
Como me imaginaba, solo quería recordar lo ansioso que estaba por la llegada de su tan esperado nieto.
Yo debería estar furiosa con esto, pero me encontré con ganas de reírme al imaginar la reacción de John cuando descubrir que eso no irá suceder.
Subí a mi coche y me dirigí al restaurante que Marcos nos había elegido para almorzar antes de ir a ver los apartamentos.
Cuando terminamos de comer nos dirigimos al estacionamiento. Nos detuvimos al lado de mi auto, uno frente al otro.
- ¿Realmente tenemos que hacer esto? - pregunto.
- ¿Tienes otra solución? - me responde con otra pregunta.
Suspiro.
- Ninguna con la que estés de acuerdo. - contesto.
- Entonces no tenemos otra solución. - dice con una pequeña sonrisa mientras su vista se pierde en el horizonte.
Nos quedamos en silencio por un momento, luego decidí subirme a mi auto.
Marcos me detiene y se ofrece a ir en el mismo auto debido al intenso tráfico a esa hora.
Se sube a mi auto conmigo y antes de arrancar le pregunto.
- ¿Sabes adónde debemos ir exactamente?
- Mi madre me dio cuatro direcciones. Lo que significa que debemos elegir uno entre los cuatro. - él me responde.
- ¿Por qué no elegimos uno al azar? - Cuestiono.
- ¿Por qué mis padres quieren fotos y videos para aprobar mi elección de "nuevo hogar"? ¿Él tuyo no?
- No. John está demasiado concentrado en presionarme para que le dé un nieto. Los apartamentos deberían estar al final de su lista de prioridades. - contesto.
- ¿Tu padre quiere un nieto? - pregunta sorprendido.
- ¿Los tuyos no? - pregunto sarcásticamente.
Me mira y suspira, apretando los labios.
- ... Gracias. - me agradece, así que lo miro sin entender a qué se refería. - Por sacarnos de este matrimonio. Ya sabes... - mira hacia adelante. - No quiero casarme y mucho menos ser padre ahora mismo. Pero si tú no estuvieras dispuesta a poner fin a esta locura, yo haría todo esto incluso en contra de mi voluntad. - dice pensativamente.
- Hace unos años yo también lo haría. - digo y miro hacia adelante.
Me mira de nuevo esperando que yo diga algo más. Pero en realidad no había nada más que decir.
Él saca su celular e ingresa la primera dirección.
Visitamos los 4 apartamentos. Marcos siempre se tomaba un tiempo y enviaba fotos y videos a sus padres, mientras yo caminaba por el lugar.
Los apartamentos eran realmente hermosos y Marcos hacía algún comentario gracioso o broma cada vez que podía.
Aunque no me reí, confieso que me divertí mucho.
Elegimos el tercer apartamento que visitamos, pero a los padres de Marcos les gustó el segundo. Lo que significa que el primero, el tercero y el cuarto estaban oficialmente fuera de discusión.
Llevé a Marcos de regreso al estacionamiento donde estaba su auto. Salió de mi auto y se acercó a mi ventana.
- Suerte con tu padre. - me deseó.
- Buena suerte con los tuyos. - lo deseaba de vuelta - Y gracias... Fue un día divertido. - admití y él sonrió.
- Yo también me divertí. Por eso quiero proponerte algo. - dice y me quedo mirando esperando a que continúe. - Nos vemos aquí mañana a las 7 pm en punto.
- ¿Para que? - cuestiono.
- ¡No llegues tarde!. - dice alejándose del auto, ignorando mi pregunta.
Suspiro negando con la cabeza y enciendo el coche.
Llego a casa justo cuando empieza a oscurecer.
Sólo ahora me di cuenta de lo agotador que fue mi día. Me duelen los pies y tengo hambre.
Entré sin darme cuenta de lo que me rodeaba y fui directo a mi habitación, me di una ducha y bajé a comer. Emma, la nueva criada debió haber preparado la cena.
Y no me equivoqué, Emma había cocinado. Y John estaba sentado a la mesa, aparentemente esperandome para cenarmos.
Pensé y deseé que llegara cuando ya estuviera dormida, pero no fue así.
Al parecer, él notó mi llegada. Fui yo quien no se dio cuenta de la suya.
Me senté y cenamos mientras él me miraba de vez en cuando, analizándome. Preguntó por el apartamento y dijo que Emma empacaría mis cosas para enviarlas al apartamento mañana durante la boda y que también organizaría mis cosas allí para que después de la luna de miel no tuviera que preocuparme por eso.
No hizo comentarios sobre la ceremonia de mañana en sí. Al parecer el tema le aburre tanto como a mí. Pero sé que tenemos un horario que cumplir, de esto hablamos en otra ocasión.
En ningún momento mencionó mi cita con la ginecóloga, imagino que ella ya le habría dado hasta el más mínimo detalle. Y John no es alguien que haga preguntas retóricas. Cree que es ridículo hacer preguntas cuyas respuestas ya conoce. Y estoy de acuerdo con él.
Me retiré temprano a dormir, no porque tuviera sueño, sino para evitar a John tanto como pudiera hasta después de la boda.
Realmente les deseo a Marcos y a mí la mejor de las suertes.
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LA EXTRANJERA
General FictionLos brasileños somos conocidos por ser como una especie de plaga. Hay al menos uno en cada rincón del mundo. Algunos son inofensivos, otros causan caos. Y somos fáciles de reconocer. ¿Pero quién además de nosotros puede juzgarnos? Creo que todos hem...