ALIANZA

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ELIZABETH POV

El sol de la mañana se filtra entre las cortinas e ilumina toda la habitación.

Está más claro de lo normal, como si estuviera en el paraíso.

Mis ojos se cegaron con la claridad, pero poco a poco pude ver frente a mí al ángel más hermoso que he visto.

Mi novia, durmiendo plácidamente con unos pequeños mechones de pelo caiendo sobre su cara.

Siento que haberme declarado y ser correspondida me hizo romper todas y cada una de las barreras dentro de mí, haciéndome amarla aún más.

Me siento realizada, esa podría ser una buena descripción de lo que siento en este momento.

Llevo mi mano a su rostro y paso suavemente las yemas de mis dedos, apartando su pelo y acariciando su hermoso rostro, trazando y memorizando cada detalle.

Mi sonrisa es automática.

Sus ojos se abren lentamente y me encuentran, su sonrisa se abre e ilumina aún más nuestro entorno.

- Buen día. - dice Amanda, todavía somnolienta.

- Buen día mi amor.

Sigo tocando su suave piel con celo, y Amanda permanece quieta, apenas sintiendo mi tacto como si cualquier movimiento fuera a hacerme parar.

Lo que menos quiero en este momento es dejar de sentirla.

No la estoy tocando con segundas intenciones, sino con el más puro cariño.

No sólo quiero que ella lo sepa, quiero que ella también sienta que la quiero por algo más que placer.

Todavía es pronto para dar ese paso, pero algún día quiero convertirla en mi esposa.

Amanda Jones, suena hermoso.

- ¿Por qué parece que intentas memorizarme? - Amanda pregunta de repente

- Porque eso es lo que estoy haciendo.

- ¿Por qué? Sabes que no voy a ninguna parte. ¿No sabes? - pregunta divertida.

- Eso es lo que espero. -bromeo. - Cuando estemos en el trabajo y te extrañe, quiero recordar cada detalle. Eso es todo.

- Siendo así, es justo que yo haga lo mismo. ¿No crees? - pregunta riendo y tocando mi rostro de la misma forma.

Su dedo recorre suavemente cada parte de mi rostro.

- El color de sus ojos es tan sublime... como las balas de osito. - dice Amanda y no puedo contener una risa genuina, provocando que ella también empiece a reír.

¿Realmente comparó el color de mis ojos con una bala y dijo que era sublime?

Parece que su amor por esas balas es más grande de lo que creía.

- El color de mis ojos es sublime como una bala. ¿En serio? - pregunto, todavía riendo.

- No es eso. El verde es mi color favorito, sin importar el tono. - dice riendo. - Pero desde que tengo uso de razón, aquel color en específico era el que más me gustaba. No sabría decir exactamente por qué, pero aquel verde fácilmente me haría quedarme horas analizándolo y aun así me parecería interesante. Por eso me recuerdan a tus ojos. Podría pasar horas disfrutándolos y aún así me parecería lo más interesante para hacer.

- ¿Estas coqueteando conmigo? - bromeo.

- Tal vez. - dice Amanda, mostrando su lado atrevido que surgió anoche, y parece que no se irá tan pronto.

LA EXTRANJERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora