EMERGENCIA

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ELIZABETH POV

Espero que mi mal humor no haya afectado el día de Amanda como afectó el mío.

Ya decía Allie, "Nada es tan malo que no pueda empeorar".

Tuve un día de mierda, y saber que Amanda pasó todo el día con el geniocito babeando detrás de ella no ayuda a mi estado de ánimo. ¡¿Imagínate ver al final del día cuánto se acercaron?!

Ya no sabía cómo lidiar con estos sentimientos por ella. Sumado a una buena dosis de celos, perdí completamente el control. Hasta el punto de casi poner a la detective Smith detrás de ese maldito Bennet.

Estoy muy feliz de que Amanda esté logrando lo que tanto deseaba.

Verla emocionada por estar experimentando algo nuevo, entusiasmada con su nuevo trabajo y también haciendo nuevos amigos es maravilloso.

Y mi problema en sí no es la amistad entre ella y Bennet. sino el hecho de que él claramente busca más que eso.

Él ignoró por completo mis silenciosas advertencias de que Amanda no estaba disponible. No fui tan discreta o enigmática y sé que él ignoró intencionalmente. Eso fue lo que más me molestó y el motivo de mi humor infernal.

Humor que quedó en el olvido cuando Amanda salió del baño con mi camiseta y un short tan pequeño que desaparecía debajo de la camisa. Haciendo volar mi imaginación.

No recuerdo haber comprado un short tan pequeño. Entonces juro que no fue malintencionado.

Hace tiempo que no veo su cuerpo desnudo. Pero por la porción de piel a la vista se puede ver cuánto ha mejorado de peso. La buena alimentación ya está mostrando resultados y la ausencia de hematomas es un aliento más.

Es imposible no sentirme atraída por esa mujer. Y desearla se ha convertido en una tortura que me desgarra de forma creciente.

Tuve que tomarme un tiempo a solas antes de acostarme a su lado para no cometer alguna locura.

Yo solo no esperaba que durante la noche quien cometería una locura sería ella.

Su respiración entrecortada me despertó preocupada por lo que podría estar pasando.

Grande fue mi sorpresa al sentir la fricción de su intimidad contra mi muslo, su mano subir lentamente hacia mi pecho apretándolo, su rostro repleto de placer dejando escapar ligeros gemidos, todo esto en un sueño aparentemente profundo.

La posibilidad de que ella despertara y esto causara un gran incómodo entre nosotras era gigantesca.

Pero no la detuve.

Por Dios. Debí haberla detenido. Pero no lo hice.

Lo deseaba tanto que dejé que ella se diera placer en mí, sin perderme ni una sola migaja de sus expresiones. Haciéndome correrme solo con su estimulación en mi pecho mientras disfrutaba viendo su placer.

Cuando terminó, su cuerpo se tensó y convulsionó sobre el mío. No pude contener un gemido que salió del fondo de mi garganta al vela llegar a su ápice.

Doy gracias al cielo por ella no haber despertado. No sabría cómo explicar esta situación.

Ahora lo que me queda es atesorar este oscuro y libidinoso secreto.

Sólo espero que esta experiencia calme un poco mi deseo por ella.

Por la mañana, me levanté primero porque no pude dormir lo que quedaba de noche.

Preparé panqueques y jugo para el desayuno para pasar el tiempo y ocupar la mente.

Amanda llegó a la cocina y se quedó en la puerta mirándome.

LA EXTRANJERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora