AMANDA POV
Hoy supuestamente tengo el día libre. Es Domingo.
Me levanté temprano para ayudar a mamá a preparar desayuno.
João Pedro y Pedro Henrique entran a la cocina, jugando peleas y riendo, justo detrás de ellos viene papá, riéndose de los dos.
- Será mejor que paren o se lastimarán. - dice papá como si los dos fueran todavía niños y no adolescentes.
Se sientan y empiezan a comer. Es interesante comprobar cuánto pueden comer estos jóvenes en tan poco tiempo y no ganar peso.
- Márcia, tendré que ir a la tienda por la mañana. Tenemos ese pedido para la calle 7.- dice papá.
- Puedo ir a ayudarte. - Responde mamá.
- No es necesario, sólo hay esa entrega. - Papá me mira - ¿Quieres que te lleve, hija? hoy voy a pasar por tu trabajo - dice con los ojos brillantes.
- Hoy el Doctor me dio el día libre, papá. Pero gracias por la oferta.
Él sonrió.
- Este Doctor es un buen hombre. - Dice mamá, también sonriendo y me abraza de lado.
Sonrío forzadamente y no digo nada. No quiero frustrarlos diciéndoles cómo es realmente ese "buen hombre".
- No entiendo por qué trabajas con esto si quieres ser cantante. - dice João Pedro.
- Para no morir de hambre. - Rebate Pedro Henrique.
y empiezan a reír.
- Ja, ja, chicos graciosos. - digo sarcásticamente.
- Basta muchachos. - Mama dice.
La mañana transcurrió en paz. Papá fue a la floristería y mamá con mi ayuda limpiamos la cocina mientras los niños miraban la televisión.
Justo antes de que se sirviera el almuerzo, llegó Lucas, como es tradición todos los domingos.
Nunca faltó a un almuerzo dominical en casa de los Ramos. Aunque nunca fue invitado. Pero a nadie jamás le importó el intruso.
Después del almuerzo Lucas me invitó a dar un paseo.
Me habló de su nueva conquista y le conté de los últimos chistes del Dr. Mauro y lo cansada que estaba de todo.
- ¿Por qué no renuncias?
- ¿Estás loco?. No puedo hacer esto y lo sabes. Mamá y papá no lo entenderían.
- Lo entenderían si se lo dijeras.
- No les puedo decir, tienen una visión demasiado pura de él, lo ponen en un pedestal, no puedo simplemente llegar y decir que renuncié porque mi jefe es un imbécil. Están orgullosos y además ya viste lo difícil que fue conseguir ese trabajo.
- Mejor no tener uno. Y en serio, tus padres no son niños. Romper su mundo de fantasía no los traumatizará como crees.
- Más vale prevenir que lamentar.
- eres tonta.
- Eeeei – lo miro indignada.
- Hechos, querida. Hechos. Ahora corre. - Lucas presionó un timbre y echó a correr.
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LA EXTRANJERA
General FictionLos brasileños somos conocidos por ser como una especie de plaga. Hay al menos uno en cada rincón del mundo. Algunos son inofensivos, otros causan caos. Y somos fáciles de reconocer. ¿Pero quién además de nosotros puede juzgarnos? Creo que todos hem...