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YOO JEONGYEON'S POV:

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YOO JEONGYEON'S POV:

Observé a mi hija jugar con Chaeryeong por un buen rato; sus ánimos se levantaban brevemente al estar con su amiga, pero caían más rápido de lo que creí que lo harían. Mina y Chaeyoung se dieron cuenta antes de que yo siquiera tuviese el pensamiento de decírselos, pero por suerte, no tuve que enfrentarme a pedirles que se fueran de mi casa. Todas sabíamos que Ryujin necesitaba un tiempo a solas, así que lo obtuvo. Le preparé su vaso favorito con leche de chocolate con algunas galletas con forma de dinosaurios. Antes de todo eso, le puse su pijama favorita y la llevé a mi cama.

Ryujin parecía tener aceptado nuestro divorcio desde hace algunos meses, sabía que vería a Nayeon siempre que quisiera y que yo no me iría de su lado, pero al parecer, esa pequeña rutina que habíamos estado formando se rompió. El saber que Nayeon la iría a buscar a la escuela al siguiente día ya no era suficiente, ya no podía seguir viendo a sus madres por separado. Y lamentablemente, esta no es la primera vez en la que pensé eso. Siempre supe que no iba a durarnos demasiado la forma en la que la custodia era compartida, porque Ryujin es alguien que siempre conoció el amor de familia, por eso quise implementar los días domingos para estar las tres juntas. Tuve muchas razones para hacerlo; el saber que Ryujin debería tener al menos un día en la semana con nosotras dos y el sufrimiento que sé que Nayeon estuvo viviendo por la poca cantidad de tiempo que tenía para visitar a nuestra hija, esas fueron las razones que me impulsaron totalmente a decidir que así tenía que ser, pero en el fondo, no eran las únicas.

Como médica, sé que mi trabajo me quita demasiadas horas para poder disfrutar con mi pequeña, pese a que ahora tenga un horario mucho más reducido que la mayoría de mis compañeros, aún no es suficiente. He estado considerando genuinamente el abandonar mi profesión, ignorando todos los años que me tomó estudiarla y poder finalmente llamarme a mí misma como una profesional de la salud, nada de eso importa si sé que puedo tener algunas horas más con Ryujin.

— ¿Qué pasa si derramo un poco de leche, mami? —su voz tan débil y baja rompió mi corazón, ella suele ser bastante alegre a la hora de hablar, y el que ahora se encuentre en este estado me hace inundar de culpabilidad.

— No pasará nada, amor —dejé un corto beso en su frente, tratando de asegurarle que jamás iba a ser regañada por algo así.

— ¿Por qué mamá no se puede quedar con nosotras?

Tomé su pie derecho entre mis manos, tratando de distraerme al pensar en lo pequeños que sus dedos son y el parecido que tiene su dedo más pequeño con el de Nayeon; los dos igual de chuecos.

No puedo decirle a mi hija que no puedo quedarme en la misma casa que su madre porque aún la amo, porque sé que si nos quedamos juntas perderé la razón y le confesaré que me arrepiento de no haber luchado más por nuestro matrimonio. Tampoco puedo inventar una excusa como lo sería que el juez nos dio la orden de no dormir en la misma casa; porque si soy honesta, desde el momento en el que él me dio la custodia tan solo viendo que Ryujin y yo compartimos ADN, lo he ignorado olímpicamente. Se supone que Nayeon tenía acceso a nuestra hija solo un día a la semana, su orden era ridícula, no puedo permitir que madre e hija sean separadas por algo tan ridículo como lo es el ADN; Nayeon llevó a nuestra hija en su vientre durante nueve meses, la protegió con su cuerpo hasta que ella llegó al mundo, la ha amado en todo momento de su vida; no es justo que solo por no compartir un gen no sea vista como su madre delante de la ley.

Custody | 2yeon AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora