El divorcio es algo difícil para toda familia, sin embargo, lo es aún peor para quienes tienen hijos. Im Nayeon y Yoo Jeongyeon fueron un feliz matrimonio durante seis años, hasta que, después de momentos sumamente tensos entre ambas, llevaron al di...
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CINCO AÑOS ANTES . . .
YOO JEONGYEON'S POV:
Con mi pequeña familia hemos decidido venir de vacaciones al campo; nos estamos hospedando en una preciosa casa que hemos arrendado para poder pasar este tiempo, teniendo animales cerca y conexión infinita con la naturaleza. Es la primera vez que traemos a Ryujinnie a un lugar así, y nos hemos estado dando cuenta de que es un peligro, ya que ha cumplido el añito de edad, y lo único que hace es pararse y tratar de caminar por su cuenta, pero cayéndose de feas maneras mientras intenta lograr su objetivo. Estando aquí, no hay muchas cosas de las que pueda sostenerse cuando estamos fuera de la casa, por lo que las caídas son más recurrentes.
Por ahora, no deja de llamarnos a cada minuto, puesto a que sabe una cantidad limitada de palabras, su favorita es «mamá», ya que tiene en cuenta que, al decirla, tendrá a dos personas a su disposición para asistirla. En ocasiones, se queda parada, y entra en pánico cuando se da cuenta de que no hay nada para sostenerse, sin atreverse aún a dar sus primeros pasos sin ningún apoyo; su primer reflejo es, por supuesto, llamarnos para que podamos socorrerla.
Este tiempo como madres primerizas ha sido increíble, y cada vez es más impresionante al darnos cuenta de lo mucho que ha crecido nuestra bebé en poco tiempo. Hace tan solo unos meses era un pequeño bulto en nuestros brazos, que no hacía más que despertarse para comer... Y ahora está aprendiendo a caminar. Definitivamente, ni mi esposa, ni yo, esperábamos que el tiempo avanzara con tal rapidez.
El día del primer cumpleaños de nuestra Ryu fue un sinfín de emociones; hicimos algo pequeño, solo con nuestras amigas, sus bebés y nuestros padres. Todos lo pasamos increíble, y al finalizar, en la tarde, Nayeon y yo no pudimos evitar llorar mientras nos abrazábamos a nuestra pequeña durmiente. El solo pensar que hace un año que está junto a nosotras nos causa una emoción desbordante, que no podemos controlar aún si lo intentáramos. Ryujinnie es lo mejor que nos ha pasado, lo confirmamos día a día; el haber decidido que necesitábamos esa pequeña extensión de nuestro amor es algo que nos aplaudimos con seguridad.
Ahora Ryujinnie va en mis brazos, jugando con mi cabello rubio, como si no hubiese nada más divertido por hacer. Nayeon va a nuestro lado, tomando mi mano mientras caminamos hasta el río más cercano. Aquel río se encuentra en medio de un precioso bosque, a no más de diez minutos de donde nos estamos hospedando; hemos ido dos veces anteriormente, y cada vez nuestra Ryujinnie lo disfruta más.
— Mamá, mamá, mamá —murmuró Ryu, pegada a mi pecho, mientras podía sentir cómo masticaba mi cabello, pese a haberle dicho que no lo hiciera—. Mamá, mamá, mamá.
— ¿Quieres algo, bebé? —Nayeon ladeó su cabeza, a la par en que su voz se suavizaba al hablarle a nuestra pequeña.
Ryu solo rió, soltando mi cabello y provocando que éste se pegase en mi piel de una manera desagradable. Rápidamente mi bebé se recompuso y estiró sus brazos hacia mi esposa, queriendo ser cargada por ella.
