# fourty five

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YOO JEONGYEON'S POV:

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YOO JEONGYEON'S POV:

Recibí una llamada tres días después de haber visto a mi padre; era mi jefe, preguntando qué había sucedido ese día en urgencias, y cuando se lo expliqué, quiso culpar a mi embarazo por los «repentinos cambios de humor». No estuve de acuerdo, porque desde que tengo memoria he sabido que no atenderé a ese hombre en caso de que él lo necesitase, y ahora que está ocurriendo, me estoy asegurando de mantener aquella promesa que me hice a mí misma hace años. El embarazo no es algo que cambie mi manera de pensar o que me esté imposibilitando ser empática con el resto, y me enoja que mi jefe quiera quitarme la responsabilidad de lo que hice solo para no tener problemas con esa familia. Siendo honesta, a mí no me interesa si tengo problemas con ellos, porque sé que en cualquier caso yo saldré ganando por la violencia que él ejerció en mi madre y en mí hace años.

Me presenté al trabajo por media jornada durante esos días, y no vi a mi jefe incluso cuando él me llamó a su oficina. No he estado haciendo mucho más que consultas con pacientes y cirugías no muy complicadas, cosas que me mantienen ocupada pero no demasiado estresada. He estado con Mina siempre que puedo, y en caso de no estar con ella, simplemente me dirijo a mi consulta; no quiero cruzarme con Seulgi u otra persona que no sea de mi agrado.

En estos momentos, Ryujin está tomando la siesta en su habitación. Se despertó temprano hoy, para ser un fin de semana, porque la llevamos a ver un show en vivo de sus princesas favoritas, y ha llegado tan feliz que no pudo dejar de saltar por todas partes, cansándose con rapidez. Nayeon y yo estamos recostadas en el sofá, viendo una película de nuestro agrado y disfrutando de la presencia de la otra. Ella masajea mi cabello con cariño, mientras yo simplemente me mantengo abrazada a su cintura.

Hemos estado teniendo buenos días últimamente, la pasamos bien juntas, y desde que supimos el sexo de nuestra bebé, las cosas han sido emocionantes. Hacemos todo a nuestro alcance para que nuestra pequeña disfrute este tiempo, para que tenga buenos recuerdos de esta etapa, en la que aún no es hermana mayor. Siempre que ella esté feliz, para nosotras todo estará en orden.

La familia de aquel hombre ha seguido insistiendo, desde distintos números, para que sea yo quien le dé lo que necesita; para que yo sacrifique mi salud por alguien que no ha hecho ni el más mínimo esfuerzo por mí. Mi respuesta ya está clara, y no me he siquiera molestado en contestarles nuevamente, no tengo interés en mantener algún tipo de contacto con ellos, ni tengo energías para seguir rechazándolos, sabiendo que ya lo he hecho en otras ocasiones. No permito que ellos sean capaces de amargarme ni un solo minuto, por eso lo he estado pasando tan bien con mi familia y amigas.

Después de que Tzuyu fue a su consulta, hicimos lo habitual, y ella nos reveló que, para su suerte, otra niña sería añadida en nuestro círculo. La paz que su rostro reflejaba es inigualable, estoy segura de que nunca antes había visto a alguien tan aliviada por algo como esto. Todas sabemos que Tzuyu aún no se sentía preparada para formar su propia familia, por eso siempre estamos mucho más al pendiente de ella, aunque, actualmente, ella se demuestra emocionada. Siempre habla de los planes a futuro que tiene con esta bebé, buscando saltar la etapa en la que depende totalmente de ella para poder sobrevivir, porque eso es algo que le desagrada por tener que pausar su carrera.

Por mi parte, yo busco disfrutar cada instante desde el nacimiento de mi bebé. Recuerdo que cuando Ryujinnie era tan solo una recién nacida, Nayeon y yo no queríamos soltarla, porque sabíamos que esa etapa sería corta y ella jamás volvería a ser así de pequeña. Tener a una bebé en casa siempre fue grato para nosotras, la pasábamos bien, pese a que estuviésemos cansadas. Aun así, siempre buscamos tener un tiempo en conjunto, para que nuestra relación no se viera descuidada y terminase desgastada; de todas formas, nos divorciamos por esa misma razón, por no encontrar un punto medio entre nuestra relación, nuestra hija, y el trabajo. Ahora que hemos aprendido, sé que lo haremos mejor, y que podremos tener una oportunidad en la que sepamos equilibrar todo nuestro trabajo, tanto en casa como fuera de ella.

Hemos crecido en muchos ámbitos, y creo que eso hará una gran diferencia a la hora de tener que dividir nuestros tiempos para darle atención a todo lo que lo requiera.

Nayeon me muestra los nuevos bocetos que ha hecho últimamente, ya que sigue sin ir por tiempo completo a su trabajo, debido a que no quiere esforzar demasiado a su cuerpo después del accidente, y para poder atender a todas mis necesidades; pese a que le he mencionado que no es algo que deba hacer, a ella le gusta estar al pendiente.

Mientras veo el último dibujo que ella ha hecho, comienzo a sentir algo raro, incómodo, y que me asusta en demasía. No sé qué será con exactitud, pero con rapidez me siento en el sofá, causando que Nayeon también lo haga, con una expresión preocupada en su rostro.

— ¿Amor, estás bien? —pregunta ella, sus cejas fruncidas, mientras trata de averiguar qué ocurre conmigo, examinando cada lugar de mi cuerpo.

-— Siento algo muy raro, Nayeon... Deberíamos ir al hospital —le digo yo, mi voz asustada.

Ella con rapidez coloca su mano en mi abultado vientre; yo cierro los ojos, tratando de no pensar en negativo, pero se me hace imposible no hacerlo en estas circunstancias. Han pasado tantas cosas últimamente que he comenzado a pensar siempre en lo peor, antes que en las cosas buenas; sé que eso no es algo bueno, y se lo he mencionado a la psicóloga en cada sesión a la que he asistido desde que Nayeon me impulsó a hacerlo, pero aun así, no puedo controlar cómo reacciona mi cabeza.

Nayeon levanta su cabeza, sonriendo en grande. Deja un corto beso en mi mejilla, uno bastante reconfortante y que logra tranquilizarme un poco, pero también confundirme al no comprender qué ocurre.

— Solo se está moviendo —dice ella, sin despegarse de mí en ningún momento.

Sus ojos se llenan de lágrimas, y también los míos, cuando vuelvo a sentir ese raro movimiento en mi interior. Nayeon se abraza a mí, acomodando su cabeza en el hueco entre mi cuello, puedo sentir sus lágrimas humedecer mi blusa, y sus manos aferrarse a mi piel. La bebé no deja de moverse, e incrementa su actividad cuando Nayeon comienza a hablarle desde cerca.

Ryujin se despierta pronto, y camina tiernamente hacia nosotras, parecido al andar de un pingüino buscando reunirse con el resto de los suyos. Cuando se percata de la situación en la que estamos, se emociona, y también quiere sentir los movimientos que me producen aquella sensación tan extraña.

Entre las tres, comenzamos un pequeño show en el que la bebé es la artista principal. Todas empecinadas en seguir sintiéndola, queriendo tener un poco de aquella atención.

Custody | 2yeon AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora