El divorcio es algo difícil para toda familia, sin embargo, lo es aún peor para quienes tienen hijos. Im Nayeon y Yoo Jeongyeon fueron un feliz matrimonio durante seis años, hasta que, después de momentos sumamente tensos entre ambas, llevaron al di...
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IM NAYEON'S POV:
Estaba frustrada por no haber podido lograr mi cometido; quería besar a Jeongyeon, estaba decidida a hacerlo, pero de pronto, la realidad nos cayó como un balde de agua fría. No culpo a mi hija, no estoy enojada con ella porque, obviamente, ella jamás podría haber adivinado que estábamos en esta situación; es solo mi pequeña bebé que había tenido una fea pesadilla durante su descanso. Con quien yo estaba frustrada era con el destino, o lo que sea que haya provocado que Jeongyeon y yo seamos interrumpidas.
Nuestra Ryujinnie se acercó a nosotras, sus ojitos llenos de lágrimas por lo que estuvo soñando. Por suerte, no tardó demasiado en quedarse dormida nuevamente en los brazos de mi ex esposa. Jeongyeon y yo la mimamos por un rato, hasta que la realización de lo que habíamos estado a punto de hacer llegó. Nos miramos por largos minutos, sin saber qué decir o cómo actuar, estaba claro que no haríamos nada en presencia de nuestra hija, tampoco hablaríamos acerca de ello hasta que podamos estar solas.
Ella estiró su mano para acariciar la mía con suavidad, dedicándome una pequeña sonrisa.
— Ve a dormir, Nayeon —dijo, tan segura de sus palabras que no me quedó de otra que aceptar—. Yo iré a dormir con Ryujinnie.
Ambas hicimos lo que fue anteriormente dicho; nos deseamos las buenas noches y cada una se fue por su lado.
Debo admitir que volver a esta habitación me trae recuerdos y la sensación de que todo estará bien. Me recuesto en la cama, que es la misma que solía compartir con Jeongyeon hace un año atrás; puedo sentir la comodidad de ésta, no solo por el material del que está hecho, sino que me siento a salvo. Estoy sintiendo lo que no he podido sentir en mi propia casa: un hogar. Este es mi hogar, no ese apartamento aburrido y vacío. Estoy del mismo lado que solía utilizar durante mi matrimonio, trazo líneas imaginarias en el lado de Jeongyeon, tratando de sentir aunque sea su esencia, y soy capaz de hacerlo, todo su espacio grita que es de ella; desde esa funda de almohadas color verde, hasta el leve hundimiento que la cama posee por seguir siendo utilizada sólo desde ese lado. Su olor también está impregnado aquí, sobre su almohada es incluso más notorio, así que me abrazo a ella durante toda la noche, imaginando que estoy en los brazos de mi esposa.
Exceptuando que, en realidad, no es mi esposa.
Cierro los ojos, comenzando a imaginar lo que sería mi mundo perfecto, una realidad en la que Jeongyeon y yo podamos estar juntas en tranquilidad, sin peleas, con la perfecta compatibilidad que solíamos tener. Nuestra pequeña corriendo por el jardín, quizás esperando a nuestro segundo bebé, como lo habíamos planeado para este año. Ambas nos vemos felices, con el mismo amor que nos tenemos actualmente, pero con la diferencia de que tenemos la libertad suficiente como para poder mostrarlo, tenemos estabilidad para poder mantenerlo.
Deseo que eso pueda cumplirse, quiero que mi familia vuelva a ser la que era, pero en una versión mejorada. Sé que es posible, porque hemos pasado bastante tiempo alejadas, madurando y pensando las cosas desde otra perspectiva. Si volviéramos a intentarlo... Podría dar resultado. No conocemos cómo podríamos ser en pareja con nuestras versiones actuales, sabemos lo que fue, lo que ocurrió; pero no tenemos idea de lo que pasará en el futuro. Quiero descubrirlo con ella, como lo prometimos en el altar y como nos juramos la una a la otra cada noche en la que compartíamos la intimidad de nuestra habitación.
