El divorcio es algo difícil para toda familia, sin embargo, lo es aún peor para quienes tienen hijos. Im Nayeon y Yoo Jeongyeon fueron un feliz matrimonio durante seis años, hasta que, después de momentos sumamente tensos entre ambas, llevaron al di...
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IM NAYEON'S POV:
Cuando llegué a la cafetería en donde estábamos con Jeongyeon, faltaban solo diez minutos para poder estar con nuestra pequeña. La espera me puso ansiosa, era primera vez que no sabía cómo actuar frente a algo que mi hija pudiese decirme. Jamás imaginé que ella podría estar pasando por algo como esto, ser molestada por sus compañeros sonaba como algo lejano, sobretodo porque ella es bastante amistosa con ellos; solía disfrutar mucho su tiempo en la escuela por lo bien que se llevaban todos, porque podía hablar con diferentes niños todos los días y jugar a distintas cosas con ellos. Su favorita es Chaeryeong, su mejor amiga; Mina y Chaeyoung la adoptaron desde que tenía un año, así que siempre han estado juntas, se comprenden mejor que nadie, más que nada porque tienen la misma edad. Con Jisu y Yeji a veces juegan en los recreos, pero ellas al ser mayores suelen estar con otros de sus amigos.
Para mí, era impensable que ella fuera molestada, mucho menos por nuestro divorcio. No podría comprenderlo, y probablemente, no podré hacerlo jamás. Ahora que mi pequeña podrá contármelo de una manera más directa, puedo saber qué tan grave es el asunto y cómo tratarlo, pero la ansiedad me invade a un punto en el que no sé qué hacer o decir para consolarla. Cosa que espero poder manejar en el momento en que ella lo necesite.
Muerdo la piel de mis labios, una mala costumbre que he adquirido desde mi divorcio con Jeongyeon. Ella se percata de ello, porque me da un suave apretón en el brazo para distraerme. Me vuelvo para mirarla y ella apunta hacia la entrada de la escuela, las puertas están abiertas. Nos acercamos rápidamente y Ryujin nos encuentra, abrazándonos a ambas tal como lo hizo en la mañana.
— ¡Sí vinieron las dos! —ella exclama emocionada, casi como si hubiese estado esperando que una de nosotras se retractara. Ella se separa y corre hacia Chaeryeong, tomando su mano para guiarla hasta nosotras—. ¡Tenías razón, Chae!
Su amiga ríe y aplaude con la misma intensidad que mi hija. Se abrazan y saltan en su lugar, lo que causa que mi ex esposa y yo nos riamos, contagiadas por su felicidad.
Chaeyoung se acerca hasta nosotras, siendo ella quien vino a buscar a su hija a la escuela. Mina trabaja en el mismo hospital que Jeongyeon, siendo ella pediatra, a estas horas tiene que estar allí. Aunque como a Jeongyeon, le han reducido el horario por cuestión familiar. Nos saluda, viéndose un tanto confundida por el hecho de que estemos las dos juntas aquí, como las niñas siguen hablando con emoción, se acerca un poco más a nosotras, poniéndose en medio y abrazándonos por los hombros.
— Sabía que iban a volver —nos susurra al oído, me volteo a verla inmediatamente, alarmada por lo que ha dicho; mi corazón dio un vuelco en mi pecho, comenzando a latir a alta velocidad, logrando teñir mi rostro de rojo—. ¿Qué cosas han estado omitiendo contarme?
Jeongyeon y yo nos miramos, ambas tenemos esa pequeña alarma en los ojos, así que soy capaz de notar que su rostro está igual de rojo que el mío. Chaeyoung es bastante directa a la hora de decir las cosas, así que no me sorprende que esté insinuando este tipo de cosas sin ningún tipo de pelos en la lengua. Tenemos suerte de que las niñas estén lo suficientemente distraídas como para no notar lo que está pasando entre nosotras, sobretodo la pequeña tensión entre Jeongyeon y yo -que no sabría realmente explicar si es romántica o el hecho de estar en aprietos debido a nuestros obvios sentimientos-.
