YOO JEONGYEON'S POV:
Hoy ha sido un día un tanto extraño, pero muy feliz para mí. Empezamos con que mi hija pateó la arena y, a causa de ello, pasó por un episodio angustiante de tener su vista limitada por algún tiempo. Tuve que limpiar sus ojos con agua de botella y papel higiénico para poder remover la arena que había quedado atrapada allí. Al menos, parecía no tener ningún daño que la hiciera requerir asistencia de un médico especializado en ojos. Con tener dos madres que tienen títulos en el área de salud fue suficiente para que pudiese seguir disfrutando de su día con normalidad.
Obviamente, también lloró porque perdió sus mandarinas; lo bueno, es que el anciano que las vendía aún no se marchaba, y pudimos conseguirle otras.
Hicimos castillos de arena las tres juntas, solo para que después Ryujin quisiera entrar en uno de ellos y terminase destruyéndolo. Y como lo amistosa que es, luego ayudó a una pequeña a formar su propio castillo de arena. Nayeon y yo la observamos desde nuestros lugares, mientras que el padre de la niña se mantuvo más cerca, ya que era un par de años más pequeña que mi Ryujinnie.
Me acomodé entre las piernas de Nayeon, apoyando mi cabeza en el hueco de su cuello, disfrutando de su suave y dulce aroma. El oír sus latidos tranquilos ayudó a mi propio corazón a sentirse mucho más seguro. Dejé un corto beso en donde su pulso se puede sentir, pero el pequeño sonido que salió de ella no me lo esperaba.
— ¿Qué fue eso? —le pregunté, ocultando mi risa burlona.
El rostro de Nayeon rápidamente se sonrojó, provocando que me suelte y se lance de espalda en la arena, con sus manos sobre su cara.
— ¡Estás roja como un tomate!
— ¡Déjame! —dice ella en cambio, aún sin atreverse a devolverme la mirada.
Me permito reírme de ella, que se ha mantenido en su lugar. A mis espaldas puedo oír a Ryujin riéndose, cuando me volteo, la veo apuntarnos a ambas y reír, aunque probablemente ni siquiera entiende porqué nos estamos burlando de su madre.
Disfrutamos del mediodía en la playa sin ninguna interrupción, las tres jugando y disfrutando en conjunto. La hora del almuerzo llegó, y todas pudimos sentir el hambre, así que nos dirigimos a un restaurante cercano para poder comer algo. Elegimos una mesa que tenía vistas al mar por nuestra hija, que no quería dejar de observarlo, ni a los pájaros que se encontraban a su alrededor. La comida llegó con rapidez, pese a que el local se encontraba bastante concurrido.
De pronto, un pájaro se posó justo delante de la ventana, distrayendo a nuestra hija de su comida.
— Hola, amigo pájaro, me llamo Ryujin —ella saludó, apuntándose a sí misma para presentarse. El pájaro solo la observó, pero para ella eso fue un indicador de que le estaba prestando atención—. Estoy comiendo con mis mamás... ¿Tú tienes mamás?
Ante la nula respuesta del pájaro ella hizo un puchero frustrado, incapaz de comprender porqué el ave no hacía un esfuerzo para comunicarse con ella de alguna manera.
— ¿O tú eres una mamá? ¿En dónde está tu esposa?
Nayeon y yo sonreímos ante la inocencia de nuestra pequeña, que no se rindió con el pájaro hasta que éste se fue del lugar. Su primera reacción fue enfadarse con él, ya que no se tomó la molestia de despedirse de ella... En su defensa, ha crecido viendo a las princesas de Disney, por lo que estando en la playa y viendo pájaros, su único pensamiento es que éstos hablarán, así como lo hacían en «La Sirenita».
Al pasar el rato, decidimos pagar e ir a otro lugar en el cual podamos pasar un rato agradable. El elegido fue ir a pintar en una cafetería, el postre fue una buena idea para todas, y el que incluyera poder pintar fue incluso mejor. Esta vez, como el lugar queda mucho más al interior de la isla, la playa no es visible, pero de todos modos podemos observar los grandes campos de fruta a través de la ventana.
Ryujin sintió el deseo de poder mirar algo que la inspire mientras pinta, así que en el celular de Nayeon puso una de sus series animadas favoritas. Mi bebé no tiene el don de la pintura demasiado desarrollado, es algo que debo aceptar; pero me parece tierno que haya comenzado a pintar un pequeño animalito azul para representar a su «musa»; Bluey. En mi propio celular tiene lleno de fotos que ha guardado y muchas veces se las ha mandado a mis propias amigas por mensaje privado, o posteado en mis redes sociales acerca de ello.
Nayeon y yo, en cambio, nos dedicamos a hacer algo más personal. No tan relacionado a programas que nos gustan, como nuestra hija. Mi novia tiene un gran talento para hacer bocetos sobre sus diseños, así que el dibujo no se le dificulta. Yo tiendo a hacer otro tipo de cosas cuando tengo que dibujar; órganos, en su mayoría. Y es algo de lo que realmente no quiero pintar ahora. Así que solo hago un paisaje y bastantes flores a su alrededor.
— ¿Has hablado con tu madre? —me pregunta Nayeon, yo niego con mi cabeza, porque la vez que quise llamarla no me atendió—. ¿Qué hora es? Probablemente ya haya salido de su terapia, ¿no?
— Sí, ya salió, intentaré llamarla de nuevo.
— ¡Yo quiero hablar con mi abuela! —exclama Ryujin, dejando su pintura de lado para poder mirarme con más atención.
— Veremos si atiende, ¿está bien? —ella asiente, y yo coloco el celular en mi oreja.
Escucho los pitidos... Uno, dos, tres... Al cuarto ella responde. Tenemos una charla normal, común. Ella me pregunta cómo la estoy pasando, y yo le pregunto cómo se está sintiendo. Las dos nos contamos sobre nuestros días, lo que hemos hecho hasta ahora. No queremos demorar demasiado en nuestra conversación, porque ella se encuentra junto a uno de sus compañeros de trabajo, y yo con mi familia. Le tiendo el celular a Ryujinnie para que pueda saludarla, y cuando se despiden, mi mamá es la que corta primero.
Sé que ese hombre le gusta, y por eso no he querido alargar nuestra charla. Mi mamá merece de alguien que pueda amarla y respetarla, un amor romántico que sea tan apasionado como el que yo siento por mi esposa.
Oh, mi esposa.
Es tan raro que hayamos pasado de ser «esposas» a ser «novias»... Me aseguraré de devolverle el título pronto.
La noche cayó, y nosotras, desde la playa, nos devolvimos al hotel. El horario de sueño de Ryujin es algo que nosotras buscamos respetar al máximo posible, porque ni siquiera en las vacaciones ella debería alterar su ciclo normal de éste. Las hormonas que se producen durante la noche y durante todas las horas que ella debe dormir son importantes para su desarrollo y crecimiento, así que no está en discusión el que su horario sea pasado a llevar. De vez en cuando se lo permitimos, pero lo ideal es que no sea concurrente. Al menos para nosotras no es muy difícil llevarla a la cama, porque no suele discutir cuando se trata de dormir. La vez que tuvimos que cuidar de Jisu porque Sana y Jihyo estaban en el hospital fue un caos; no quería dormirse a la misma hora en la que Ryujinnie solía irse a la cama, discutió con nosotras hasta que aplicamos un poco de soborno.
Esta noche, nuestra hija ha querido dormir junto a nosotras nuevamente, así que la acostamos en nuestra cama. Nayeon le contó un cuento, mientras ambas la abrazamos para que pueda sentir el calor y cariño de ambas. Sus ojos se fueron cerrando de a poco, su respiración tranquila se volvió mucho más relajada, y en un momento, el pequeño ronquido de alivio que dejó salir nos indicó que ya estaba completamente dormida. No nos levantamos de nuestro lugar, porque quisimos observarla dormir por un rato más; fijarnos en sus pequeñas y delicadas facciones, notar los parecidos que tiene a cada una de nosotras, recordar cada momento del día en el que nos hizo feliz... Ambas sentimos el amor más grande que puede haber en este planeta, todo por nuestra hija.
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Custody | 2yeon AU
FanfictionEl divorcio es algo difícil para toda familia, sin embargo, lo es aún peor para quienes tienen hijos. Im Nayeon y Yoo Jeongyeon fueron un feliz matrimonio durante seis años, hasta que, después de momentos sumamente tensos entre ambas, llevaron al di...