El divorcio es algo difícil para toda familia, sin embargo, lo es aún peor para quienes tienen hijos. Im Nayeon y Yoo Jeongyeon fueron un feliz matrimonio durante seis años, hasta que, después de momentos sumamente tensos entre ambas, llevaron al di...
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YOO JEONGYEON'S POV:
Ella tenía el anillo de compromiso, ¿por qué? Sigo pensando en ello y haciéndome la misma pregunta una y otra vez. ¿Por qué justo hoy? No lo había estado utilizando en este tiempo que llevamos viviendo juntas, pero hoy se lo ha puesto, y la peor pesadilla que podría estar viviendo ocurre; transformándome en una espectadora de mi propia vida. La situación fue tan estresante que, mientras observaba la cirugía de Nayeon, todo mi cuerpo entró en parálisis, terminando en una inconsciencia temporal.
Durante el tiempo que pasé dormida tan solo pude soñar con Nayeon y Ryujin; la vida que deseábamos y nuestra familia en crecimiento siendo interrumpidas por este trágico accidente. Mi ropa llena de la sangre de Nayeon, y yo misma teniendo que reanimarla, incluso si eso no ocurrió. Fue estresante el tiempo que pasé inconsciente, mi cabeza lo único que hizo fue burlarse de la situación, causando un profundo dolor en mi pecho. Mi trabajo lo he dado por perdido, y me parece gracioso estar pensando en algo tan básico como en eso, pero no puedo evitarlo; mi cabeza quiere, de alguna forma, pensar en algo que no sea en el maltratado cuerpo del amor de mi vida; en la cirugía a la que mi hija tendrá que someterse, y en el peligro inminente de quedarme sin las personas que más amo en este mundo. El miedo de perderlas va en aumento, y cada minuto que pasé sin poder despertar fue peor.
Al abrir los ojos me hallé a mí misma en una habitación, distinta a la que los pacientes suelen usar, pero me di cuenta de que estaba en una de las salas que generalmente utilizamos para casos que son más rápidos de despachar. A mi lado se encuentran Jihyo y Momo; busco a Mina con la mirada, pero sé que es ridículo hacerlo, ya que ella debe estar con mi Ryujinnie en este momento. Jennie, la enfermera que me ayudó antes, está también aquí, en una esquina terminando con un papeleo.
— Nayeon... —digo, queriendo saber sobre ella antes que cualquier otra cosa.
Jihyo me mira con lástima, mientras que Momo gira su rostro; por sus hombros en movimiento sé que está llorando. Lo peor pasa por mi cabeza: está muerta.
— Salió bien de la cirugía —Jihyo es quien habla, golpeando a Momo para que pare de llorar, y logrando calmar mi temor—. Ella...
— ¿En dónde está? Quiero ir a verla.
— Está en cirugía cerebral, Jeongyeon.
Mi mundo se cae con esas cinco palabras, ¿cirugía cerebral?
Trato de pararme de la cama, pero mis piernas siguen sin estar de mi lado, mi cuerpo se encuentra débil, temblando sin control. El olor a hospital invade mis fosas nasales, y comienzo a odiarlo; lo odio con todas mis fuerzas. Sé que el trauma me está jugando una mala pasada, pero no quiero dejarlo ganar. Es decir, no puedo hacerlo. Tengo una hija de la cual debo cuidar, y tengo que estar al pendiente de mi mujer. No puedo echarme a morir en este instante, porque sé que no es lo que ellas necesitan. Aún sabiendo todo eso, no puedo evitar sentirme miserable. Mi vida se ha ido cuesta abajo, lo único que tengo ahora es el sentimiento de la preocupación permanente, alojado en cada parte de mi cuerpo.
