El divorcio es algo difícil para toda familia, sin embargo, lo es aún peor para quienes tienen hijos. Im Nayeon y Yoo Jeongyeon fueron un feliz matrimonio durante seis años, hasta que, después de momentos sumamente tensos entre ambas, llevaron al di...
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IM NAYEON'S POV:
Mis ojos tardaron en acostumbrarse a su alrededor; para mi suerte, la luz estaba apagada. Me pregunté por cuánto tiempo estuve dormida, porque por lo cansadas que mi piernas se sienten, y el dolor que siento en toda mi musculatura, supongo que debe de haber sido un largo tiempo. A mi lado, puedo ver a Jeongyeon con su cabeza por sobre uno de sus brazos, mi corazón late con fuerza al darme cuenta de que ella está junto a mí, pero me preocupo por la posición en la que se ha dormido.
No puedo diferenciar bien si todo lo que he oído ha sido un sueño o ha sido algo real; y al mirar a mi alrededor, me doy cuenta de que estoy en una habitación del mismo hospital en el que solía trabajar, mis brazos conectados a través de intravenosas, y mi pecho cubierto de electrodos para poder seguir mi pulso.
De pronto, a mi cabeza vienen imágenes sobre lo que me trajo hasta aquí, aquel horrible día en el que se suponía que solo cosas positivas llegarían a nosotras. Con mi pequeña hija caminábamos por el centro de la ciudad; le compré aquel helado que ella tanto había estado deseando, mientras nos dirigíamos a una farmacia cercana. No alcanzamos a llegar ni a mitad de camino cuando oímos gritos, en cuanto me di cuenta, aquel camión venía a gran velocidad hasta nosotras. Lo primero que mi cabeza maquinó fue proteger a Ryujin, y así lo hice.
Ryujinnie... Necesito ver a mi bebé.
Miro hacia mis costados, tratando de encontrar algo que me pueda ser de ayuda para huir de esta habitación y encontrar a mi hija, pero en lugar de eso, tan solo puedo observar fotos pegadas en la lámpara a un costado de mí, y algunas esparcidas en la mesa. Las tomo entre mis manos, y lo que veo solo me hace desistir de mi lucha. Ryujinnie está bien, y aparentemente, igual de traviesa que siempre.
Tiene fotos de mí en esta misma cama, algunas de Jeongyeon comiendo o junto a nuestras amigas. Otras de mis padres y la madre de Jeongyeon a mi lado. Ahí es cuando me doy cuenta de que ha pasado bastante tiempo en el que he permanecido ausente, todos han venido a visitarme, y yo no he tenido ni la más mínima noción de ello, más que palabras sueltas que mi cerebro se niega a olvidar.
Recuerdo a Jeongyeon llamándome «su esposa», preguntándome porqué había decidido utilizar nuestro anillo de compromiso, y contándome acerca de los resultados de la transferencia. Acaricio su cabello con delicadeza mientras no puedo dejar de procesar todo lo que puedo recordar.
Ella sostiene algo en una de sus manos, y permito que mi curiosidad gane, así que, con cuidado, lo retiro de su lugar para poder tener una mejor vista.
Una ecografía... El nombre de Jeongyeon está en la parte superior de ésta, y puedo observar una pequeña forma en el centro. ¿Cuánto tiempo he permanecido dormida? Me he perdido de todo esto, y la he dejado sola en un proceso tan importante como este. Mi mujer está embarazada y yo no he podido hacer nada por ella durante este tiempo. Ella siempre me demostró lo mejor de sí durante mi embarazo, pero... ¿Qué he hecho yo por ella?
