Señor Dixon.

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El grupo que había sobrevivido en la cantera y luego al CDC, había perdido a la hija de Carol y durante su búsqueda, Carl había sido herido por una bala pérdida. Eso los llevó a la granja Green dónde esperaban que el pequeño se recuperara mientras buscaban a la niña y eso era lo que hacía Daryl en esos momentos, antes del encuentro que cambiaría su vida para siempre.

- ¡Sophia! - Clarissa escuchó como un hombre gritaba fuera de la casa donde ella se ocultaba y apretó más el oso que sujetaba entre sus manos, se metió en el pequeño armario que usaba para dormir rezando para que no la encontrarán. Su padre le había dicho que debía cuidarse de los muertos y de los vivos, en ese nuevo mundo todos eran peligrosos y ella estaba completamente sola. Sintió los pasos acercarse y se cubrió la boca para no hacer ruido, tratando de aguantar la respiración. - ¡Sophia! - volvió a escuchar, se abrazo a sus piernas y escondió la cabeza, sabía que no tardaría en revisar el armario y encontrarla. Cuando la puerta se abrió, el hombre le apuntaba con una ballesta y eso la asustó.

- Por favor no me mate - le pidió rompiendo en llanto, él la miró perplejo y bajo el arma con rapidez.

- ¿Estás sola? - le preguntó y ella le dijo que si con la cabeza, el extraño le tendió la mano para que saliera del armario pero la niña aún desconfiaba. - No voy a lastimarte niña.- ella se limpió las lágrimas y acepto su mano para ponerse de pie. - ¿Que haces aquí sola?

- Estaba con mí papá - le respondió agachando la mirada - pero esas cosas lo atraparon y... y me quedé sola. - Clary volvió a mirara al hombre y apretó su oso. - ¿Busca a alguien cierto? ¿Sophia?

- Si, es una niña como tú. ¿La has visto?

- Estoy sola hace días... lo siento - le dijo caminando para sentarse en un sillón desvencijado volviendo a abrazar sus piernas. Daryl solo la miraba, una niña pequeña sola en ese mundo no sobreviviría.

- ¿Tienes comida? - fue lo primero que se le ocurrió preguntar y la niña negó con la cabeza - ¿Agua?

- Mí papá me dijo que debía hervirla antes de tomarla pero... no llego a enseñarme como hacer fuego así que... no tengo, lo siento - volvió a disculparse como si el hecho de no poder brindarle esas cosas fuera su culpa.

- ¿Por qué te quedaste aquí?

- Porque no soy tonta señor y se que allá afuera es peligroso... mí papá me dijo que me mantuviera oculta pero... usted me encontró. - Daryl se tomó el tiempo de mirar a la niña, tenía grandes ojeras bajo sus ojos y estaba pálida o quizás su piel era siempre así de blanca. Estaba sucia y definitivamente necesitaba comer algo porque parecía que pronto iba a desmayarse.

- ¿Piensas quedarte aquí?

- No tengo otro lugar al que ir... mí mamá se murió hace unos años en un incendio y mí papá... hace unos días - le respondió tratando de no llorar, el cazador sintió pena por lo que la niña le contaba, él había perdido a su madre de la misma manera y aunque su familia estaba lejos de ser una feliz, seguía siendo su familia.

- ¿Cómo te llamas?

- Clary... Clarissa - la niña bostezó y recostó la cabeza en sus rodillas.

- Soy Daryl Dixon... estoy en una granja, no muy lejos de aquí. Es un lugar bastante seguro, podrías venir conmigo. - la niña no apartaba su mirada de aquel hombre, su papá le había repetido tantas veces que debía cuidarse de los extraños que no se sentía segura de seguir a ese hombre pero estaba tan asustada y cansada que no podía pensar con claridad.

- ¿Por qué?

- Porque es peligroso para alguien tan pequeña estar sola.

- ¿Por qué? - insistió la niña

Soy Una Dixon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora