Liam
Habían pasado dos días y las cosas entre nosotros iban bien, muy bien diría yo. Alexia y yo habíamos quedado la misma noche de nuestro "reencuentro", el sexo con ella era simplemente exquisito y había descubierto que nos Complementábamos bastante bien: ni ella preguntaba, ni yo decía nada. Ambos sabíamos que era solo sexo y era perfecto así, aunque sabía que esto no podía ser eterno y que tarde o temprano dejaríamos de vernos, pero esperaba que no fuera tan malditamente pronto y por eso, después de todo el numerito del lunes, no me avergonzaba reconocer que me encontraba realmente acojonado sabiendo que tenía una maldita hora con Nancy y Alexia en la misma cancha. Dios nos salve a todos.
- Hola, Li.- Escuché la melosa voz de Nancy a mis espaldas y juro que sentí como se me ponían los pelos como escarpias. Puse los ojos en blanco.
- Hola, Nancy.- Se acercó a besar mis mejillas, pero yo la sujeté por los hombros, impidiéndoselo.- Aquí no, Nancy. Estamos trabajando, ¿de acuerdo? No quiero que se hable más de lo debido.- y era cierto, pero principalmente no quería que a Alexia, que ya se acercaba desde fondo, le empezara a salir humo por los oídos.
Maldita sea, tenía que jodidamente andar con pies de plomo.
- ¡Arg! Vale, Liam, pero esta tarde quiero quedar contigo. Tengo que hablarte sobre algo.- Asentí una única vez e hice sonar el silbato.
Pude ver como Alexia miraba con el ceño fruncido y cara de asco a Nancy, quien tampoco se quedaba atrás y le devolvía la mirada.
- Compórtate.- le susurré a Nancy, viendo venir el Apocalipsis entre estas dos. Ella gruñó por lo bajo y apartó la mirada de mi alumna, apretando los puños.
La mirada de Alexia se posó en mí, suavizándose y ocultando una cómplice sonrisa. Y aunque podría quedarme mirándola desafiantemente durante horas, rápidamente aparté la mirada, no queriendo ser obvio. Debíamos tener cuidado si queríamos seguir con lo que sea que tuviéramos y esperaba que ella lo entendiera en lugar de enfadarse y actuar como una niña malcriada. Aunque nunca se lo diría, realmente confiaba en que fuera madura y responsable y esperaba enormemente que no me decepcionara.
* * * * * * * * * * * *
Me posicioné tras Alexia, su culo en pompa mientras estiraba. Se había comportado tan bien durante toda la clase... Le agradecí mentalmente no tener que llamarle la atención ni una sola vez, ella sólo siguió provocándome con sus movimientos de mujer destructora y tremendamente erótica, pero ignoró como una campeona a Nancy, siendo mucho más madura que esta última que no hacía nada más que buscarla y resoplar cuando veía que hoy le sería imposible encontrarla. Tenía un gran trabajo entre estas dos mujeres, pero no podía evitar sentirme relajado al saber que habíamos superado un día sin problemas.
Alexia me sorprendió comiéndomela con la mirada y me guiñó pícaramente un ojo. No pude evitar reírme negando con la cabeza.
- ¿De qué te ríes?- preguntó una muy celosa Nancy.
- De nada.- Me limité a decir antes de dirigirme al interior del gimnasio con la red de pelotas de baloncesto en mis manos.
- No puedo esperar a esta noche.- Escuché decir a una susurrante y dulce voz a mis espaldas mientras entraba por la puerta. Me detuve y pude ver a Alexia adelantarme en dirección al baño con una sonrisa triunfante en su cara. Sujeté su muñeca, sorprendiéndola y haciendo que se detuviera.
- Espero que hayas calentado realmente bien hoy, porque mañana no serás capaz de dar dos pasos fuera de la cama.- le susurré esta vez yo a sus espaldas, con la voz cargada de excitación. Y sin más, seguí andando hasta el cuarto de los materiales, dejándola atrás totalmente petrificada.
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Después me iré
عاطفيةAlexia Woods se ve obligada a mudarse a Chicago cuando sus padres deciden darle esta segunda "oportunidad". Ha estado perdida mucho tiempo y es hora de reencontrarse, pero lo que no espera es que tal vez en este camino de vuelta, no sólo se encuent...