Después me iré

Capítulo 29

Alexia

Estaba tan furiosa. No entendía por qué mierda tenía que aparecer ella siempre para estropear los momentos... ¡Odiaba a esa estúpida con toda mi alma! Y odiaba aún más que Liam no se hubiera si quiera dignado a llamarme desde entonces. Digo, sé que no es su culpa y parecía igual de molesto que yo cuando irrumpió Nancy, pero aun así esperaba una llamada dándome un explicación. ¿De qué? tú misma viste que él tampoco lo esperaba. ¡Y era verdad! Pero no entendía por qué carajo me fastidiaba tanto, estaba empezando a cansarme de que desde que llegó esa idiota, estuviera en cada maldito lado mirándome con suficiencia. ¿Y a qué venía la mierda esa de "qué hace ella contigo"? ¿Desde cuando Liam debía darle explicaciones a ella? ¿Y qué era eso de "mi amor"? Porque eso tampoco me lo había perdido. Aunque ella siempre era así y más si sabía que yo estaba cerca... No entendía por qué me odiaba, porque realmente no le había hecho nada. Aunque ella se ganara cada onza de mi odio.

- ¡Arrg!- Gruñí y me levanté de la cama. No podía seguir pensando en él o iba a volverme loca.

Tenía que hacer algo. Tenía que distraerme o solucionar esta porquería de situación. Pero no podía seguir pensando. Di vueltas por mi habitación, nerviosa. Y estaba a punto de hacer una tontería, a punto de llamarle, cuando mi teléfono sonó.

- ¿Sí?- lo cogí sin ni siquiera mirar quien era, me costaba oír a través del rápido latir de mi corazón.

- Freezelexia.- no pude evitar la decepción que me inundó. Me dejé caer en la cama y contesté de mala gana. Idiota. Era obvio que él ya no iba a llamar.

- ¿Qué quieres, Jamal?

- ¡Guau! Yo también me alegro de oír tu voz...-le escuché reír suavemente.

Una pequeña punzada se instaló en mi pecho y no pude evitar sonreír también... Sería fácil seguir enfadada con él si tan solo no tuviera una risa tan parecida a la suya. Estaba empezando a deprimirme.

- No pretendo arruinar tu perfecta noche de viernes, pero... Llegas tarde al trabajo.- Mierda. Mierda. Mierda.

- Oh, joder, ¿está Johny ahí?- Dije desesperada contra el teléfono mientras corría por la habitación buscando el uniforme del trabajo.- Jamal... Yo...

- No te preocupes, aún no ha llegado. Voy a cubrirte, pero ven rápido.

- Gracias.- Dije antes de cambiarme a la velocidad de un rayo y salir pitando.

                         * * * * * * *

Me reí por enésima vez de las tonterías de Jamal. Bien, quizá estaba empezando a perdonarle. Él había cumplido su palabra y no le había dicho nada a Johny de mi demora de ayer, lo cual hacía más fácil que se fuera mi enfado.

- Eres un idiota, Jamal.- le acusé mientras secaba los vasos y él volvió a reír a mi lado. Otra vez la punzada, haciendo que mis ojos se humedeciran.

- Lo siento... No era mi intención decir algo que te ofendiese.- dijo extrañado, mirando mis ojos. Negué con la cabeza y le sonreí.

- No, no es eso.- Su ceño seguía fruncido y me miraba como si esperara oír algo más.- Tu risa me recuerda a...

- Jeremy.- terminó por mí, aunque esta vez le nombró con cuidado, como si temiera que yo fuera a romperme por eso.- ya sé que no te gusta hablar de eso, pero tarde o temprano tendrás que hacerlo y quiero que sepas que yo estaré aquí...- sonaba sincero y cuando me fijé en sus cálidos ojos negros, supe que era verdad.

- ¿De qué le conocías?- me atreví a decir, con el corazón en un puño. Sabía que no sería fácil oír hablar de él, pero a la vez me hacía volver a sentirle cerca. Jamal me miró como si esperara mi arrepentimiento, pero no llegó.