Capítulo 27

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Alexia

El despertador sonó taladrando mi cabeza. Gruñí y lo apagué. Cerré los ojos cinco minutos más y luego, por un milagro divino, me desperté apartando la mantas de un empujón. Odiaba madrugar... Odiaba ir a clase... Sin embargo, he de decir que últimamente estaba empezando a gustarme sabiendo que me encontraría con Liam por los pasillos. Aunque no podía decirle nada, era divertido fingir desinterés sabiendo lo que habíamos estado haciendo la noche anterior. Y hoy, gracias al incómodo y a la vez placentero dolor que sentía entre mis piernas, sería mucho más difícil olvidarlo.

Sonreí a mi imagen en el espejo. Hacía muchísimo tiempo ya que no se me veía tan bien, feliz, y no pude evitar sonrojarme. Juro que ese hombre era una maldita máquina en la cama... Aún podía sentir por todos lados sus dedos, su lengua, su... ¡Mierda, Alexia! Llegaba jodidamente tarde... Otra vez.

* * * * * * * * * * *

Navegué prácticamente a contracorriente por los pasillos en dirección a mi casillero. Saqué el libro de Historia y corrí nuevamente hacia la clase. Quedaban 2 minutos. Suspiré tranquila y no pude reprimir la sonrisa cuando al girar por el pasillo le vi. Estaba hablando con el profesor Ferguson justo delante de mi clase. Me acerqué lentamente y les escuché reír, aún sin verme. Era tan bonita su risa...

- Buenos días, Woods.- Su férrea y masculina voz me sorprendió a pesar de que no había dejado de mirarle.

Juro que sentí mariposas en mi estómago y le devolví el saludo con la cabeza, segura de que si abría la boca saldrían todas las malditas mariposas disparadas dejándome como una idiota incapaz de articular palabra.

- ¡No lo puedo creer, Alexia!- Escuché al señor Ferguson decir, claramente exagerando su sorpresa.- llegas pronto... ¡Por primera vez, llega pronto!- Dijo entre risas mirando a Liam y él me sonrió de una manera arrebatadora.

Santa mierda... ¿Cada día era más guapo o yo estaba empezando a encariñarme demasiado? Ese pensamiento me hizo sonrojar y sentir miedo... No podía encariñarme con él, sencillamente no era correcto.

- Pues debes gustarle mucho, Marcus, porque a mi clase aún no ha llegado pronto ni un día.- Soltó juguetón, mirándome directamente a los ojos. Estaba jugando conmigo.

- ¿Cómo no voy a hacerlo?- Dijo con una gran risotada Ferguson, rodeando mis hombros con su brazo. Liam levantó una ceja sorprendido, mirando directamente a su mano que rozaba mi brazo.- Aquí te presento a mi alumna estrella.- volvió a decir, guiñándome un ojo.

No sabía por qué lo estaba haciendo el profesor Ferguson, era cierto que me caía bien y creía que era recíproco, pero juraría que su comportamiento perseguía otros fines. Todo dio igual cuando vi la mirada mordaz de Liam, que sonreía falsamente y con la mandíbula ligeramente apretada. Quise reír... Eso por jugar conmigo, guapito. El timbre sonó, sorprendiéndonos a los tres y el señor Ferguson estalló en risas, soltándome y palmeando la espalda de Liam.

- Nos vemos luego, colega.- luego clavó su mirada en mí y me sonrió cómplice. ¿Qué carajos le pasaba a este ahora?- ¿vamos?- Y yo le devolví la sonrisa, asintiendo. ¡Era tan raro!

- Alexia... Woods.- Escuché la tensa voz de Liam. Reprimí una sonrisa y me giré hacia él.- Tengo que comentarle algo... Ahora entra, Marcus.- el profesor Ferguson sonrió ampliamente y movió la cabeza.

- un minuto... ¡Nada más o empezaré a echarla de menos!

No pude evitar abrir los ojos como platos en sorpresa y él entró en el aula, dejando la puerta abierta y con una gran carcajada.

- Alexia...- Escuché decir a Liam, susurrando con el gesto serio.

- Reeds.- le devolví la mirada con descaro. Di un paso hacia él y le vi tensarse.- ¿Ferguson sabe algo?- pregunté alarmada y Liam frunció el ceño.

Después me iréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora