Liam se había ofrecido para llevarme a casa y aunque realmente me había jodido que no hubiera insistido en que me quedara, tampoco tenía ninguna gana de volver andando. Así que acepté, pero todo el viaje de vuelta lo hicimos prácticamente en silencio, rompiéndolo únicamente cuando me preguntó la dirección de mi casa. Tampoco me dijo nada cuando salí del coche, ni un beso en la mejilla, se limitó a darme las buenas noches y esperar a que entrara en mi casa.
Así que aquí estaba yo, sin saber qué esperar de esta mañana de lunes y completamente nerviosa. Me miré una última vez en el espejo y luego salí mientras me ponía la chaqueta del uniforme.
Debería estar tranquila, hoy no tenía clase de gimnasia así que si conseguía esconderme bien, no tenía por qué verle. Pero otra parte de mí estaba ansiosa por hacerlo, por saber qué iba a pasar ahora. Era obvio que delante de los demás no iba a mostrar nada. Aunque yo era mayor de edad, lo nuestro no era legal teniendo en cuenta nuestros estatus. Pero una gran parte de mí albergaba la tonta posibilidad de que se las ingeniara para hablarme, para disculparse por haber sido tan idiota después de todo, para decirme que le había parecido tan jodidamente bueno el sexo entre nosotros como a mí.
Suspiré y tomé aire profundamente ante el gran portón de la escuela y luego entré. Era más que palpable el estrés de un lunes a primera hora de la mañana, todo el mundo corría de un lado a otro intentando no llegar tarde a clase mientras yo me movía a contracorriente de esa marea humana, luchando por llegar a mi casillero. Le vi a lo lejos. Liam tambié me vio, pero cuando pasó por mi lado, apartó la cara.
- ¿Así que así va a ser todo?- susurré solo para nosotros, poniéndome a su lado.
- No hay ningún todo.- dijo con indiferencia.- Honestamente, no sé de qué está hablando, señorita Woods.
Eso había dolido, pero me recompuse rápidamente. ¿Así que iba a ser así? Genial. Este día había empezado peor de lo esperado.
- Buenos días, profesor Reeds.- escupí con una sonrisa falsa y me volví a dirigir a mi casillero.
Empecé a sacar los libros cuando escuché mi nombre.
- Alexia, me gustaría hablar contigo.- Jamal parecía inseguro, nervioso. Bufé antes de girarme. De verdad que este no era mi día.
Hasta ahora no me había dado cuenta de lo poco que quería hablar con él. Había estado tan centrada pensando en Liam, que prácticamente había olvidado por qué había acabado en su coche. Pero ahora lo recordaba todo y sentía como mis manos temblaban de nuevo. No era posible que él supiera lo de Jeremy, no podía volver a pasar por lo mismo y, definitivamente, no quería verle.
- Necesito hablar contigo.- repitió más firme esta vez cuando le tuve frente a frente.
- Pero yo contigo no.- dije mordaz, pasando por su lado y tratando de evitarle.
- Alexia... No seas así de dura conmigo.- se quejó siguiéndome por los pasillos.- Te juro que lo siento y no voy a parar hasta que hables conmigo.- dijo con determinación y me giré a verle, haciendo que parara de golpe evitando tirarme al suelo con su cuerpo. Suspiré.
- Olvídalo, Jamal. Me da igual lo que tengas que decir. Me da igual lo que dijeras el sábado. Me da igual lo que pienses de mí. Y sobre todo, me da igual lo que sepas de Jeremy.- mentí.- Él, por si aún no lo sabías, ya no está aquí. Así que no quiero que vuelvas tan solo a nombrarle o insinuar algo relacionado con él. Ya no importa, ya es solo pasado y no tiene sentido revolver la mierda a estas alturas.- Dije cuadrando mis hombros con indiferencia, pero lo cierto es que dolía como el infierno decir estas palabras.
Jeremy seguía siendo mi presente. Sencillamente siempre lo sería, pero eso no quería decir que doliera un poco menos su ausencia.
- A mí no me engañas... No sé nada de tu vida, pero sí lo suficientemente como para saber que Jeremy sigue formando parte de tu vida. Tus ojos se cristalizan con su nombre y sé que él te sigue doliendo. Lo asumirás o no, Alexia, pero jamás lo superarás si no lo hablas con nadie.- Apreté mis puños, quería golpearle. Él no era nadie para decirme eso.- ¿Sabes? Si Jeremy estuviera aquí, no querría verte así. Él sencillamente...

ESTÁS LEYENDO
Después me iré
RomanceAlexia Woods se ve obligada a mudarse a Chicago cuando sus padres deciden darle esta segunda "oportunidad". Ha estado perdida mucho tiempo y es hora de reencontrarse, pero lo que no espera es que tal vez en este camino de vuelta, no sólo se encuent...