Capítulo 24

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Alexia

Si antes tenía alguna duda, ahora lo puedo asegurar: definitivamente la odio... ¡Odio a esa maldita perra! Me tiró todos los balones a mí. Bueno, no, los tiraba contra mí. ¡Quería matarme! Y yo creo que si no fuera porque estuve demasiado preocupada intentando proteger mi preciado cuerpo de cada uno de sus balonazos, ella ya estaría muerta... ¡No la soporto!

- ¡Ten cuidado, rubia!- gritó uno de los amigos de Jamal, Tyler creo que se llama, tras haber desviado un balón que iba directo a mi cara. Definitivamente, ella también me odia. ¡Y eso que aún no he hecho nada!

- Gracias.- le contesté, sonriendo con sinceridad. Mierda, ni siquiera lo había visto venir y esa era ya la tercera vez que me "salvaba" de uno de esos tiros traicioneros.

Escuché el silbato pitar con fuerza, taladrándome la cabeza. Todos nos giramos hacia Liam, o profesor Reeds como quiere que le llame, y me encontré con su mirada furiosa enfocándonos a Tyler y a mí directamente.

- ¡García!, diríjase con más respeto a la señorita Knudson. Es su profesora y hablo en serio cuando digo que no dudaré en penalizar a aquel que no la trate como tal.- Tras eso, Nancy sonrió de oreja a oreja, triunfante.

- Está bien, Reeds, pero solo estaba defendiendo a una compañera. Su ayudante debería tratarnos a nosotros con el mismo respeto.- Rebatió con un tono tranquilo el tal Tyler, recibiendo una dura mirada de Liam y un "¡mentira!" mal gritado de la rubia.

¿Puedo empezar a amar a este hombre? Porque creo que me acabo de enamorar. Aunque a Liam parecía haberle sentado como una patada en el trasero. Le lanzó una rápida mirada y luego se giró hasta el equipo contrario.

- Todos aquí deben tratarla con respeto y obedecer, pero como bien apunta García, tú también debes respetarles a ellos, Nancy, no olvides que esto no es una competición sino un juego y al decidir jugar te has expuesto a las mismas condiciones que ellos, así que una falta más hacia cualquiera de mis alumnos y me veré en mi obligación de expulsarte del juego.

¡Sí! Creo que en ese preciso momento podría haber bailado la macarena ante la cara de fastidio de la rubia. Casi podía ver como su clara cabecita soltaba humo del enfado. Ella apretó los puños a ambos lados de su cuerpo y cuando creí que iba a decir algo, Liam le lanzó una mirada dura y ella sólo asintió... ¡Chúpate esa, rubia! Le sonreí como modo de agradecimiento a Liam porque, tanto directa como indirectamente, me acaba de defender, pero la felicidad no duró mucho.

- Simplemente que aprendan a jugar. ¡No es mi culpa que algunas de tus alumnas sean tan blandas que no se sepan defender!- espetó ella con rabia contenida.

¿Perdona? Consiguió enfurecerme, ¿Qué diablos le pasaba conmigo? Y aunque Liam le volvió a reprender con un tajante "ya basta", esta vez no pude estar más que furiosa. ¡Pensaba machacarla!

Volvió a sonar el silbato y por mi periferia vi como sacaba el único chico del equipo contrario, pero mi vista no se apartó de ella... Maldita perra, ¿es que acaso los profesores no deberían también vestir bien? Si parecía ir en bikini en lugar de chándal con ese top tan ajustado y esos pantalones deportivos tan cortos. Sentí como mi amor propio resultaba lastimado con solo mirarla, ni siquiera podía criticarla por eso porque su cuerpo se veía genial en ese conjunto, sin embargo el mío se vería tan ridículo... La furia vino de nuevo a mi cuerpo y cuando vi la pelota venir directa a mí, me adelanté con un salto y rematé con fuerza, consiguiendo un punto.

Lo primero que vi es a Liam riendo y negando con la cabeza, pareciendo incrédulo, y luego estaba la cara descompuesta de la Nancy rubia, completamente furiosa por no haber podido darle a la pelota. Le lancé una sonrisa de suficiencia y roté de mi sitio.

Después me iréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora