Capítulo 36

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Alexia

- ¿Qué pasa?- me pregunta nada más verme entrar al coche. Yo le miro y por un momento siento que me pierdo... Es tan... Perfecto para mí.

- No hables.- me limito a decir antes de abalanzarme y juntar sus labios con los míos, con necesidad.

Y puedo jurar que en ese preciso instante se detiene todo. No me importa nada, nada más que sus labios y los míos al fin juntos. Liam me devuelve el beso y enreda su mano derecha en mi pelo, acercándome más a él, provocando que mis labios se abran y nuestras lenguas se rocen. Un escalofrío recorre mi cuerpo. Estar con Liam es algo de otro mundo, confunde totalmente mis sentidos. Gimo y paseo mi mano por su trabajado pecho, acariciándole, disfrutando de la sensación que provoca el sentirle tan cerca, tan mío...

- Liam... hace sólo unas horas que estábamos juntos y ya te echo de menos.- susurré contra sus labios, mi voz empañada por el deseo.- te necesito...- gimo eso último, completamente enloquecida por su contacto. Noto como él ríe suavemente y yo le sonrío, aún con nuestras bocas a milímetros.

- vamos a mi casa, pequeña.

* * * * * * * * *

Liam está frente a mí, con su torso desnudo y el botón de sus pantalones vaqueros desabrochado. Descalzo y despeinado, mirándome como un depredador a punto de atacar a su presa, o como un niño contemplando magia. Con deseo, determinación y algo de fascinación. Por un momento me hace sentir poderosa. Es tan perfecto que... Un sólo vistazo a él, supone un golpe a mi ego y a mi integridad. Es el hombre más sexy y guapo del mundo. Es mi perdición y mi salvación al mismo tiempo. Y eso me da miedo.

Él da un paso más hacia mí, contemplando la totalidad de mi cuerpo en ropa interior sobre su cama. Me ahogo en su forma de mirarme, en le curva sensual y un poco cruel que tienen sus labios de torcerse en una perversa sonrisa... En la manera en que sus largos dedos reposan inquietos a ambos lados de su cuerpo, como si le picaran por tocarme. Me encanta su cuerpo, la manera que tienen sus músculos de contraerse y relajarse con el más mínimo movimiento. Sus preciosos ojos claros que resplandecen con un brillo travieso cuando me sonríe. Su voz, su forma de hablar. Me encanta él entero. No puedo dejar de mirarle, tratando de buscar algún defecto, pero en realidad no soy capaz de ver ninguno. Me gusta demasiado, aunque eso Liam no deba saberlo.

Siento mis entrañas encogerse por la expectación y como el calor poco a poco invade mi cuerpo, excitándome.

- Ven, vamos.- le digo algo impaciente, ansiosa por sentirle de nuevo.

Liam no tarda en llegar y yo me enderezo frente a él, quedando arrodillada sobre la cama. Busco sus labios con los míos. Le necesitaba cerca. Recordaba el dolor por Jeremy, por Niall, por mi madre y por mí y ahora le necesitaba a él para hacerlo desaparecer. Es tan bueno en borrar todo de mi mente excepto él tan solo con mirarme que... Puedo notar la calidez de su torso acariciar el mío, su cuerpo fibroso y esbelto dejándome sin aliento e insegura.

- Te necesito...- volví a decir contra sus labios y mis dedos descendieron por su musculosa espalda, llegando a su duro trasero.

Lo aprieto contra mí, haciendo que Liam gima sonoramente. Suelto una pequeña risita y él muerde mi labio inferior.

- Vas a ser mi muerte.- gruñe agarrando mi culo y apretándome más contra su cuerpo. Nuestras pelvis se rozan y yo reprimo un gemido. Liam mueve mis caderas en rítmicos sube y bajas, haciendo que mi entrepierna resbale sobre la suya ahora muy dura. Gimo contra sus labios y quien ríe ahora es él. Acaricio su pecho terso y suave, como metal forrado de terciopelo y luego vuelvo a descender por él clavando mis uñas. Me excito aún más cuando le oigo gruñir.

Después me iréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora