Capítulo 44

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Alexia

Abrí los ojos lentamente y me estiré en la cama. Gruñí al tocar el espacio ahora frío que había a mi lado. Liam se fue hace unas cuantas horas, asegurando que tenía planes familiares muy importantes a los que acudir. Me sentí un poco triste y vacía, para qué mentir, sabiendo que ahora que al fin nos habíamos reconciliado, volvía a mi plan inicial de pasar las navidades sola. Pero no podía culparle, no es como si pudiéramos salir simplemente por la puerta cogidos de la mano y fingiendo que éramos una pareja normal cuando ambos sabíamos que: en primer lugar, no éramos pareja; y en segundo lugar, sea cual sea el carácter de la relación extraescolar que estábamos manteniendo, está no era muy correcta o ético/moral. Al menos no para el resto. Suspiré y decidí salir de la cama para desayunar. Me esperaban dos largas semanas de aburrimiento y chocolate hasta que él volviera.

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Liam

Salí de la ducha con una toalla anudada a la cintura y con otra más pequeña sacudiéndome el pelo. No me sorprendí al encontrar a una Nancy muy ligera de ropa para estar en pleno diciembre, sentada sobre mi cama perfectamente estirada.

- ¿dónde estuviste anoche?- me inquirió cruzándose de brazos.

- ¿En el baile del instituto?- contesté irónico.

- No volví a verte desde que hablamos, ¿dónde estabas?- me quedé mirándola con cara de pocos amigos y la ignoré dirigiéndome hasta la cómoda a por mi ropa interior.- ¿dónde has dormido?- suspiré dramáticamente y me giré.

- ¿Desde cuando me pides explicaciones?- y era verdad. Ella nunca lo hacía, aunque ambos siempre habíamos sido conscientes de mis "infidelidades".

- No has dormido aquí.- enarqué una ceja y la miré dispuesto a escuchar cualquiera de sus disparatadas hipótesis.- La cama está perfectamente hecha, tal como la dejamos ayer.

- ¿Sabes, Nancy? La gente suele hacer la cama a diario y yo no soy la excepción a esa regla.- dije sarcástico. Aunque sabía que tenía razón, nunca iba a decírselo.

Vi como Nancy asentía aún con cara de decepción, pero rápidamente se levantó de la cama y caminó hasta mí, rodeando mi cadera con sus delgados brazos. Apoyó su barbilla en mi pecho y me miró con adoración. Odiaba cuando hacía eso.

- Es solo que no quiero perderte justo ahora que nos vamos a casar.- susurró melosa y yo reprimí una mueca de disgusto mientras ella besaba mis labios.

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Alexia

El lunes me desperté con el sonido del timbre de la puerta taladrando el pacífico silencio que había reinado en mi casa estos últimos días. Salí de la cama maldiciendo y rezando para que no fuera un maldito cartero, porque pensaba tirarle todas las cartas encima. ¿Quién carajos llama un lunes de vacaciones a las nueve de la mañana?

Abrí la puerta con fuerza y me quedé petrificada al ver a Tyler al otro lado con un gran ceño fruncido estampado en su cara. Le devolví el gesto y él dio un paso entrando en mi casa.

- Bonito pijama, muñeca.- susurró dedicándome una larga mirada y yo me encogí totalmente colorada. ¡Qué vergüenza! Me había visto en mi infantil pijama de la abeja Maya.

- Bueno, me habría arreglado para la ocasión si hubiera sabido que te presentarías en mi casa.- contesté mordaz, tratando de sonar indiferente.- por cierto, puedes pasar.- dije irónicamente dado que Tyler ya se encontraba en el hall analizando cada rincón de mi casa con la mirada.

Después me iréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora