Luffy Sensei

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Las hojas de los árboles danzaban sin cesar al ritmo del viento insistente, camuflando cualquier sonido proveniente de los héroes y criaturas ocultas entre ellos. Sin embargo, para el pirata, no había dificultad en percibir sus "voces".

Luffy continuó su búsqueda del trío, con Aizawa siguiéndolo a una distancia segura por si surgía alguna emergencia. El camino llevó a través de una transición de árboles de tamaño mediano a altos pinos con enormes troncos, cuyas ramas comenzaban a extenderse a partir de los 5 metros de altura. Esto dejaba el suelo despejado, con solo rocas asomando entre la nieve y algunos arbustos enterrados bajo ella.

La nieve dificultaba el desplazamiento de Luffy por el suelo, así que optó por columpiarse entre las ramas que le ofrecían un camino más libre cerca del suelo, ya que la frondosidad de las copas de los árboles dificultaba el movimiento en la parte superior.

Mientras buscaba al trío, algo llamó su atención. Los arbustos parecían moverse de manera extraña. El capitán se detuvo de inmediato al ver salir de entre ellos a unos ciervos cuyas astas estaban adornadas con follaje.

—¡AAAH! ¡CHOPPERS!

Exclamó emocionado al ver el desfile de ciervos con flores, bayas y hojas adornando sus astas, como si tuvieran peinados divertidos.

El sonido de las hojas moviéndose continuaba resonando a mayor distancia, así que, entre risas, Luffy se adentró más en el bosque para ver el rebaño, encontrándose con un rebaño de ciervos. Observó maravillado cómo dos de ellos estaban atorados después de una riña, y sin dudarlo, descendió hasta la nieve lo que espantó a las misteriosas criaturas, que corrieron en estampida en dirección opuesta, dejando al par enredado y sin poder moverse.

Los ciervos bramaron, tratando de advertir a Luffy que se retirara, pero él no les hizo caso y se acercó a ayudarles.

—Tranquilos, soy amigo, les ayudaré. —Dijo tomando las astas y tratando de desatorarlos. —Ya... ya casi...

Al intentar liberar a los ciervos, Luffy rompió uno de sus cuernos, liberando a ambos animales, quienes corrieron en direcciones opuestas.

—Ya ven... no era tan difi... —Sus palabras fueron silenciadas cuando una fuerza desconocida, le hizo viajar sin rumbo por la nieve.

Miraba a su alrededor, sin divisar nada que pudiera causar semejante efecto, mientras era arrastrado sin control por el suelo, golpeando piedras en su camino. Intentó mover los pies, pero se dio cuenta de que estaban atados. La cinta blanca, oculta entre la nieve, había sido la trampa que lo atrapó, y la insaciable curiosidad del capitán lo había llevado directamente a caer en ella.

—¡AAAAAAH, JAJAJAJAJA WAHOO! —A pesar de los estruendos que comenzaban a resonar a su alrededor, Luffy parecía estar completamente absorto en el repentino paseo.

Impulsado por el impacto de una de las enormes rocas, Luffy se vio arrojado hacia el cielo, envuelto en un torbellino de nieve que había sido recientemente agitado. En medio de la confusión y turbulencia, extendió su brazo para romper las ataduras que lo aprisionaban, logrando finalmente liberarse. 

—¡Jajajaja, Necesitarán más que eso para vencerme!

Celebró con confianza mientras se preparaba para enfrentar el ataque coordinado que provenía de dos direcciones distintas. Sin embargo, la situación cambió repentinamente cuando una de las direcciones lo llevó a una trampa, donde una cinta lo atrapó por la espalda. 

Con rapidez, Luffy tomó la cinta con sus manos y tiró con fuerza, utilizando el movimiento de su cuerpo para liberarse, atrapando en el proceso a Sero, a quien golpeó contra un árbol con fuerza.

Milenio Vacío II: Viejo MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora