Terapia

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Los piratas se mantenían tranquilos en su pequeño refugio cerca del área de entrenamiento que Franky había construido desde el primer día; donde descansaban junto con el único 'agresor' sobreviviente, un hombre cuyo inquietante Quirk les había causado inconvenientes. 

A pesar de eso, lo custodiaban de cerca, no tanto por miedo a que intentara algo, sino por temor a que ocurriera otro de esos "accidentes" que habían cobrado las vidas de sus compañeros. Tanto Zoro, Jinbei y Robin, sospechaban que aquellos accidentes podrían no haber sido del todo naturales, por lo que decidieron mantener un ojo en el prisionero, mientras los maestros vigilaban en su refugio a quien era referido como "limpiador."

A diferencia de los Sombrero de paja; los héroes no tenían la misma suerte. Esa noche parecía más oscura de lo habitual, pero no era por falta de estrellas ni luna, sino por el espeso dosel de pinos que cubría el cielo. 

La caminata de regreso a su hogar temporal fue un martirio, ya que el camino era difícil de seguir entre las sombras de los árboles y la ligera capa de nieve que llegaba a sentirse en sus pies entumecidos, a los cuales ni siquiera el movimiento constante lograba devolverles algo de calor. Apenas podían sentir sus extremidades mientras caminaban y el viento helado cortaba sus mejillas. Sus cuerpos clamaban por descanso, pero sus mentes agitadas por las traumáticas experiencias recientes se lo negaban.

Finalmente, tras lo que pareció una eternidad, llegaron a su refugio: un enorme hueco natural en la montaña que había sido adaptado con gruesos troncos; resultado de los daños a los pinos durante los entrenamientos. 

La fachada se mimetizaba con la naturaleza con su techo cubierto de nieve y madera oculta entre los pinos que descansaban cerca de un arroyo.

Todoroki se adentró primero para iluminar el lugar con una suave luz desde su mano, con la que encendió la chimenea que habían construido junto a la roca para evitar que el fuego consumiera la madera del refugio. El calor del fuego creció rápidamente, llenando el espacio con su brillo cálido y reconfortante, aliviando momentáneamente la frialdad que había calado hasta sus huesos.

Alrededor de la acogedora hoguera estaban las bolsas de dormir fabricadas de telas ligeras rellenas con agujas de pino y hojas secas, apenas suficientes para proporcionar calor. 

Momo, debilitada por la falta de nutrientes, había limitado el uso de su Quirk para no agotarse más, ya que sus creaciones dependían de la energía que obtenían de una dieta pobre basada en bayas, raíces y peces; que habían descubierto para su desgracia, estaban contaminados por las toxinas del veneno de Medd que viajaban en el arroyo, lo que había dejado a muchos de ellos enfermos y debiles.

Para contrarrestarlo, Iida y Todoroki improvisaron un sistema de purificación, hirviendo el agua y condensando el vapor para eliminar las toxinas. El proceso era lento, pero lo habían logrado, al menos lo suficiente para tener una fuente de agua potable.

Entre Yaoyorozu y Sero, crearon un nuevo cobertor para la invitada, quien, visiblemente incómoda no parecía convencida de participar en una "pijamada" improvisada.

Los héroes, uno a uno se acomodaron en el suelo alrededor de la hoguera envolviéndose en sus mantas para atrapar el calor. Mientras tanto, los adultos se colocaron en una esquina más alejada, dejando la zona más cálida para los más jovenes.

Las brasas crepitaban, y el sonido de la madera al consumirse dominaba el espacio, pero la mente de cada héroe seguía intranquila. Las imágenes de batallas, las muertes que presenciaron sus ojos, el penetrante olor de la sangre, todo seguía vivo en sus recuerdos impidiendo que pudieran relajarse.

Pasaron unos largos minutos antes de que el silencio se rompiera.

—No puedo dormir —Susurró Sato con su cuerpo rígido como una tabla.

Milenio Vacío II: Viejo MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora