Psicólogo

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Las hojas caían a un ritmo constante de uno de los árboles más altos, decorando así la humedecida tierra, añadiendo una capa adicional de color al ligero manto de nieve. Mientras bajo la sombra del mismo, el trío de piratas esperaba pacientemente en ser guiado hacia el lugar acordado para su cita planeada por Nezu.

—Oi, date prisa, esto es aburrido. —Quejó el capitán, sacudiendo su sombrero de paja para quitar las hojas secas que caían en él.

Una sombra se proyectó frente a ellos, anunciando el descenso de su guía que había saltado desde la altura del árbol, aterrizando grácilmente en la nieve llevando un bolso grande en sus manos. —Lo lamento, aun no estoy lista.

La mujer llevaba largos caireles morados que combinaban de manera armoniosa con unas prótesis que sobresalían de su cabellera; Cuatro cuernos que adornaban su cabeza, difuminados en un contrastante color amarillo, igual que sus lentillas.

La apariencia confundió al azabache que inclinó la cabeza, siendo que, a pesar de su aspecto, la "voz" que emitía seguia siendo la misma.

—¿Por qué te volviste a disfrazar? —Cuestionó Nami

—Es complicado de explicar. —Dijo continuando con el paso mientras teñía pestañas y cejas de morado, finalizando con un cubrebocas negro. —La persona que vean salir de la institución debe lucir diferente a la que regresa...

—No confías en ellos. —Dedujo Robin.

—Ya lo dije antes... Es Complicado.

—Podremos entenderlo. —Dijo el capitán, siendo juzgado por la mirada de Nami.

—El no, pero nosotras sí.

—¡Oi!

—Lo se... Pero dar razones podría ocasionar malentendidos en su relación con ellos... Tienen una confianza recíproca y me gustaría que continuara así.

—Si tienes razones para desconfiar, ¿No sería mejor que nos enteráramos?

La asistente volteo con ambas mujeres, mientras el capitán hurgaba en la bolsa, colocándose una peluca negra sobre el sombrero.

—No hasta tener pruebas.

—Guardas demasiada información de nosotros... ¿No se suponía que ayudaríamos? —Reclamó la navegante, descansando sus manos en la cintura.

—Fufufu... ¿Deberíamos desconfiar de ti?

—Si eso les parece razonable, no me ofendería. —Respondió con una sonrisa, tomando la tela que sacó el capitán de la mochila, dejando ver dentro un familiar vestido negro.

—Cuando vas al cementerio sales y regresas con el mismo atuendo ¿Ese no lo cambias? —Preguntó intrigada Robin, notando como tanto la peluca como el vestido lo había usado anteriormente.

—Que reconozcan las identidades que uso para el cementerio no importa... Son las de uso constante las que debo proteger. —Continúo explicando mientras se quitaba su camisa del uniforme para colocar en su abdomen, una serie de capas de tela para ocultar su figura, procediendo por acomodar otra capa de vendas sobre su pecho para aplastar el busto.

—¿Me ayudas? —Solicitó a Robin, pero Luffy tomó ambos extremos y aplicó fuerza, dejándola sofocada y algo colorada, provocando que le cambiara la voz un tono mas chillón por la falta de aire.

—Luffy... Te excediste. —Señaló Nami con una gota deslizándose por su larga cabellera.

—Per-fecto... Justo co-mo la ajusto. —Pronunció con dificultad, avanzando tiesa por el vestido que el capitán se habia puesto traviesamente.

Milenio Vacío II: Viejo MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora