Yonko 1/2

634 38 32
                                    

Los jóvenes héroes no pudieron evitar actuar como niños, dejándose caer por el resbaladero creado con las nubes saliendo del templo hasta llegar a la zona inferior, siendo los más intrépidos quienes saltaron de una a otra, aprovechando el cero impacto que recibían al aterrizar; Siendo los adultos quienes bajaron como personas civilizadas caminando por la rampa, a excepción de Sanji que se unió a las chicas rodando y creando una esponjosa esfera, aparentando una oveja, ocasionando risas entre el grupo y vergüenza con los mayores.

Los héroes tenían su animo a tope gracias al relajado ambiente y la invitación directa del Monarca del reino, pero sobre todo por el entorno tan irreal que visitaban. Admirando todos los distintos y extraños artefactos que abundaban en toda vivienda.

—Estas muy pensativa Nerumi. —Comentó extrañada Robin

—No puedo dejar de pensar en los tambores...

—¿POR QUÉ LE DAS TANTA IMPORTANCIA?

—No solo yo; Al parecer todos... En Lemuria hicieron sonar los tambores durante toda la ceremonia, incluso invitaron a cuatro de nuestros estudiantes a manera de honrarlos... Me pregunto ¿Estarán tratando de llamar al Dios del sol?

—No me sorprendería... Desean ser libres. Quizás deseen crear su propio Nika. —Respondió Aizawa, llamando la atención de la arqueóloga.

—¿Crear su propio Nika?

—Así es... Dios del sol llamado Nika, que quien posea su poder se le refiere como Joy Boy... ¿Son dos nombres para una misma entidad? ¿o acaso Joy Boy es el concepto de quien pueda llegar a cumplir con los propósitos de Nika?... Muchos dicen que los Dioses crean a las personas, pero mas bien son las personas quienes crean a sus Dioses.

—Como el pastafarismo. —Burló Mic, levantando su índice con una actitud arrogante.

—¿Qué es eso? —Cuestionó Brook

—No le hagas caso... Es una tontería.

—La religión que adora al monstruo de espagueti volador. —Respondió entre risas.

—Tienes que estar bromeando... —Dijo Sanji sintiendo vergüenza por la respuesta.

Un alboroto se escuchó frente a los mayores, proviniendo de los estudiantes que llamaban con saltos para que se apresuraran para visitar la ciudad.

—Sanji san, ¿Podemos ir a ver la ciudad ¿¿¿siii??? —Pidieron las chicas, que a este punto se aprovechaban del rubio que jamás negaría alguna de sus peticiones.

—¡¡AYE-AYE!! —Respondió girando sobre su propio eje, acercándose como torbellino a las jovencitas, viendo como era juzgado por los profesores que no paraban de recordarle que respetara a las menores.

—Ejem... quiero decir... No veo problema, tenemos el permiso de ... —El cocinero recordó el angelical rostro del rey, desplomándose en el suelo, golpeándolo con sus puños tosiendo sangre. —¡Maldita sea!

—Tranquilo Sanji san, es muy confuso. —Mina trató de consolarlo, dándole palmadas en la espalda recuperándolo al instante al sentir el apoyo de la linda chica.

Los exóticos aromas hicieron levitar a los antojosos héroes que les fue rechazado el servicio al no tener dinero local, no importaba cuanto sonaran sus estómagos, los comerciantes no negociaban con ellos, negándoles incluso a entregar pruebas.

—Qué pena, había una lampara que me había gustado. —Lloriqueó Midnight

—Está por anochecer y aun no cenamos. —Quejó Uraraka pasando sus manos sobre su estómago.

Milenio Vacío II: Viejo MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora