21. Óscar

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–¿Por qué no se fue al otro instituto con Óscar si tanto se quieren? –Ese fue uno de los comentarios que escuché mientras me comía el bocadillo en una esquina de nuestra zona ese día.

–Tiene una madre muy rara, es normal que no le deje hacer nada. Si fuera mi hija, la habría obligado a ir con su súper amigo el chungo ese.

–Ya, ahora entiendo por qué es tan rara. Lo ha sacado de la familia.

–¿Tiene hermanos?

–Sí, una pequeña.

–Pobre señora. ¿Cómo será aguantar a dos niñatas con la misma personalidad?

–Aún no sé cómo no las ha dejado en adopción o las ha abandonado en un contenedor al nacer. No las aguantaría.

–¡Todos a clase! Recordad que no podéis coincidir con nadie de otras clases. Esperad, no salgáis aún, que salen los de 3º. ¡Que no salgáis, coño! ¡Tú, si vuelves a hacer eso te expulsaremos!

Cuando llegué al 2º piso, vi cómo Enzo se caía por varios escalones y cómo algunos le señalaban riéndose.

–¿Quién quiere ser el siguiente? –Entonces todos empezaron a buscarme. –¡Mierda, ya está en el piso de arriba! ¡Puta Irene de los cojones, la siguiente no te libras!

Me asusté cuando el que empujó a Enzo exclamó esas palabras. Todos empezaron a subir cuando vieron que el siguiente curso iba a entrar en el edificio. Me metí corriendo en la clase sin mirar atrás y me senté.

Me puse a observar cómo todos entraban desde mi sitio. Enzo parecía avergonzado después de la caída por las escaleras, o mejor dicho, el empujón.

El bullying es lo peor que hay. No veo la necesidad de reírse de los demás. ¿Acaso quieren que sus familiares más cercanos, o ellos mismos, sufran como nosotros lo hacemos? En ese caso, no les hará tanta gracia.

–¡Irene! Oye, cuando acabes los deberes, te irás al supermercado a comprar lo de la lista de la compra que te estoy escribiendo, ¿vale? Yo no puedo ir porque a tu hermana le han invitado a un cumpleaños y tengo que acompañarla.

Era viernes, en teoría todos suelen salir y quedar con sus amigos porque no hay que madrugar al día siguiente y los deberes los suelen hacer el domingo por la noche. Me da miedo a quién me pueda encontrar dentro o fuera del supermercado, ya que muchos entran a comprar bolsas de patatas y refrescos para merendar y se quedan por la zona.

–Aquí tienes la lista. Espérate que te doy 50€, te debería llegar con eso. Como ahora está todo tan caro... Llévate el carro de la compra, no podrás con todo. Si te sobra dinero, puedes comprarte algo para ti.

LISTA DE LA COMPRA

3 docenas de huevos 6 litros de leche 2 kilos de harina 4 litros de agua

Cuando metí en el carrito todo lo de la lista, vi que me sobraba dinero, así que decidí pasar por el pasillo de las patatas y las chuches.

Cuando entré en el pasillo, vi lo que llevaba pensando desde que salí de casa: gente de mi edad que conocía comprando algo para merendar. Para algunos pasé desapercibida, pero para otros no. Algunas cámaras me grababan y otros comentaban que era raro verme por la calle, y sobre todo yo sola. También se metían con mi físico otra vez, porque recordemos que era una gorda en el pasillo de las patatas. Enviaban videos, hablaban por teléfono, seguían criticando.

Me fui de la tienda sin ninguna bolsa de patatas. Cuando salí, vi a una masa de chavales y chavalas alrededor de la única puerta de salida de la tienda.

–Mirad a quién tenemos aquí –se rió Noa (no podía ser otra persona). –¿Has venido a hacer la compra tú solita? ¿Te estás preparando para ser una buena ama de casa y cuidar de Óscar y tus futuros hijos con él?

Quedé cabizbaja con ganas de llorar. No dije nada.

–Queremos que contestes. ¿Lo haces para estar con él?

–N-No –tartamudeé.

–¿No? Qué pena, porque mira quién está aquí.

Óscar se hizo un hueco entre la gente y se plantó delante de mí. Se quedó quieto un rato mientras me miraba a los ojos y el resto miraba como no hacíamos nada importante. Él se acercó e intentó besarme, pero me alejé. La gente empezó a abuchear, ya que no esperaban que reaccionara así. Cuando intenté irme por un lado, me acorralaron por todos los sitios.

No sé si por suerte o por desgracia, pasó Manolo por delante en el coche. Él acababa de trabajar en ese momento. Me vio y se paró. Hizo hueco entre la multitud y me sacó de ahí.

–Uy, pobre Óscar. ¿Por qué lo dejas plantado con un viejo? Eres muy mala. Ojalá te pudras en el infierno.

¿Por qué la gente es tan mala? ¿Por qué hay gente que no sufre nada y otra gente que sufre tanto?

Me hubiera gustado estar con Alexa en ese momento. Creo que la gente no se atrevería a meterse conmigo si estuviera con alguien. Alexa no me dijo de quedar, pero si no me lo dice ella, no me lo diría nadie más. Lara y Lea son más de quedarse en casa o salir ellas solas (por el simple hecho de ser mejores amigas). Alexa no pudo salir por los exámenes que tenía.

A los de 2ºB les echan más caña, o a los de 2ºA nos echan menos. Como todos, o la gran mayoría, de los que se portaban mal estaban en mi clase, los profesores no podían explicar como lo hacían en la otra clase. Puede que sea por eso que tenemos menos exámenes, porque no dejamos explicar a los profesores.

–¿Qué ha pasado? ¿Tú no estabas en el trabajo? –se cuestionó mi madre cuando papá y yo entramos en el salón.

–Se ha estropeado el coche de la autoescuela y lo tuve que llevar al taller. –Manolo era profesor de autoescuela. Que se estropeara el coche era muy común. –Entonces vine con el coche normal.

–¿Y qué le pasa a la niña? ¿Por qué está tan chunga?

–¿Ahora te preocupas por ella? Te tendrías que haber preocupado antes. Dudo que se pueda solucionar algo.

–¡Cuéntame qué ha pasado!

–Sus compañeros la han acorralado.

–Tendré que creerte, lo has visto con tus ojos y tú eres de fiar. Antes no le creía y no le ayudaba, tendré que empezar a tomar medidas. –Entonces ella me abrazó. –Cuéntamelo todo desde el principio.

–Yo también quiero oírlo todo. ¿Quién es ese Óscar? ¿Por qué decían que era tu novio o no sé qué?

Me daba pereza tener que contar la historia desde cero, pero tuve que hacerlo.

Llamé a Alexa para contarle lo que pasó, esperando que no estuviera estresada por los exámenes.

He llegado al punto de depender emocionalmente de Alexa. Puede que de Manolo también. Quiero acabar con todo esto. No descartaré volver a intentar quitarme la vida.

Mi querida amiga Alexa [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora