Como lo prometido es deuda, nos pasaron el enlace de la aplicación por correo electrónico y nada más recibirlo, la instalamos.
Mia_11:38
¿Ya tienes la aplicación?Yo_11:38
Sí, ahora mismo me la acabo de poner.Mia_11:38
¿Sabes cómo se reserva?Yo_11:40
Lo acabo de mirar y parece fácil.Mia_11:40
¿A qué clase quieres ir?Yo_11:40
Es que no sé qué son cada cosa.Yo_11:40
¿Qué es GAP?Mia_11:41
Eso es Glúteos, Abdomen y Piernas.Yo_11:41
¿Y core?Mia_11:42
Es lo del centro. En plan, abdomen, lumbares...Yo_11:42
¿Y espalda sana?Mia_11:42
Ni idea, pero creo que no será importante.Yo_11:43
Es que no sé qué se hace, no sé si esas clases me gustarán.Mia_11:43
Vámonos a ciclismo, que es spinning. Ya sabemos qué es eso al 100%.Mia_11:43
Por si no lo sabías, eso son bicis estáticas.Yo_11:44
Sí, Mia, hasta ahí llegó.Realmente a ciclismo no quería ir. Nunca aprendí a montar en bicicleta y me da miedo. Pero pensé que sería mejor seguirle a ella, que sabía del tema.
Mia_11:44
Pues reserva para ir a la clase de las 19.Yo_11:44
¿No hay hora más pronto?Mia_11:45
Sí, pero es para las 15, demasiado pronto.Yo_11:46
A mí me parece un poco tarde ir a las 19. Creo que sería mejor ir a las 15.Mia_11:46
Que va, si a las 19 es pronto.Mia_11:46
Vente.Yo_11:47
Vale.Yo_11:47
Vendré a esa hora.–¡Hombre! ¡Las nuevas van a venir a mi clase de spinning! –exclamó la monitora rubia cuando nos vio entrar en la sala de bicicletas. –Sentaros en las bicis que queráis, y que claramente estén libres.
Convencí a Mia para sentarnos al final. No quería que la gente me viera por detrás porque no sabía si lo haría bien o mal.
Vi cómo poco a poco se llenó la sala hasta arriba de personas. Veinte personas, como mínimo, en una pequeña sala.
–¡Paqui! ¡Vigílame a las chicas que tienes a tu derecha, que son nuevas!
–Vale, vale. Un placer. Chicas, ¿veis esa tuerca que tenéis ahí? Sirve para subir y bajar la resistencia de la rueda de la bici. Cuanto más la apretéis, más sensación habrá de estar subiendo una montaña, y cuanto más la aflojéis, más sensación de bajar esa montaña tendréis, ¿vale?
Ahí fue cuando la profesora empezó a decir lo que teníamos que hacer.
–Empezamos con la rueda a una resistencia normal. Ahora la subimos.
Mientras mi compañera la subía, yo también. Estábamos todos concentrados en nuestras bicis.
–Irene, que gires la tuerca.
–Pero Mia, ya la he subido.
–No te he visto.
–Pues ese no es mi problema.
–Que te pongas más resistencia –me ordenó mi amiga. Le di solo media vuelta ya que ya tenía la resistencia subida por antes. –No seas floja, súbete más, que yo le he dado dos vueltas enteras.
No tuve más remedio que hacerle caso y subir el peso de la máquina.
–¡Venga! ¡Lo estáis haciendo muy bien! Bajamos un poco el peso.
Quise quitarme todo lo que Mia me obligó a ponerme.
–Pero Irene, que ella ha dicho poco, no todo.
–Ahora me miras, ¿no?
–¡Ahora subirle todos la tuerca a tope!
–Irene, súbele hasta que no gire más, no seas vaga.
Estaba mirando la hora constantemente. Estaba desesperada porque ella no paraba de decirme la resistencia que tenía que ponerme.
Cuando nos fuimos a casa, llegué con ganas de llorar. Iba al gimnasio por ella y aún me obligaba a hacer lo que ella quería.
No me atreví a decirle nada a la cara, por eso se lo dije por mensaje.
Yo_20:06
Oye Mia.Yo_20:06
No me ha parecido nada bien que me hayas llamado floja ni que me hayas obligado a ponerme la misma resistencia que te has puesto tú.Yo_20:07
Cada uno tiene un cuerpo diferente y no tenemos por qué hacerlo todo igual.Yo_20:07
Si sigues obligándome a hacer lo que tú quieras y además me dices floja y más cosas, me acabaré desapuntando del gimnasio.Mia_20:19
Yo en ningún momento te he llamado floja ni te he obligado a hacer lo mismo que hacía yo.Mia_20:20
Pero bueno.Mia_20:20
Lo que tú digas.Aparte de eso, le dejé bien claro que yo no volveré a spinning. Empezamos a hablar de la clase que haríamos al día siguiente. Claramente hicimos lo que ella dijo porque yo no tenía idea de nada.
Nos apuntamos a GAP a la misma hora a la que hicimos spinning ese día, aunque yo insistí en ir más pronto. No tendríamos que preocuparnos por el calor, ya que estábamos en pleno invierno y hacía más frío que otra cosa.
Estuve un par de minutos esperándola en su portal hasta que al final bajó y nos fuimos directas al gimnasio sin decir ni una palabra.
Lo que me alegró fue que era otra profesora. La rubia de ayer, que descubrí que se llamaba Raquel, me caía bien, pero no me gustaba cómo daba las clases.
La profesora de ese día se llamaba Cristina y era todo lo contrario a Raquel. Ella no llevaba piercings y era pelinegra. Tal vez tendría veinte años más que Raquel.
–Bueno, tenéis que cogeros una barra de esas. Tranquilas, que las barras que se utilizan en las clases no pesan nada. Os ponéis el peso mínimo porque es vuestra primera vez haciendo esto. Coged una esterilla y un step.
Cristina fue amable, pero no entendía ni la mitad de lo que decía. No sabía qué era una esterilla, mucho menos un step. Tuve que ver lo que llevaban los demás para saber qué cosas eran.
Esta vez Mia no decía nada y no se quejaba de mí. A veces nos mirábamos y nos sonreíamos. Para un ejercicio que hicimos tumbados en la esterilla, yo me tumbé inconscientemente para adelante y Mia se quedó un poco detrás mía. No le hacía falta girar tanto el cuello para verme ni mirarme.
En un ejercicio de los que hacíamos tumbados me salía mal y miré a Mia, como llevábamos haciendo desde que empezó esa clase. Ella no hizo esa risa forzada, ella se rió y yo no le respondí a esa risa.
Me sentí juzgada otra vez, pero no le dije nada ya que yo le devolví la sonrisa casi todas las veces y no me dijo nada del peso que me puse en la barra ni de las repeticiones que hacía.
Esta clase me gustó más. Era más tranquila que la de ayer, aunque también fue un sufrimiento estar todo el rato agachándome y levantándome. La música fue una maravilla. Sabiendo que me empezaba a gustar algún tema de AC/DC, vienen y me ponen más rock de su estilo.
Me las apañé como pude para encontrar el título de todas las canciones que pusieron y me las puse en favoritos.

ESTÁS LEYENDO
Mi querida amiga Alexa [Completa]
Teen FictionPrimer libro de la bilogía 'Querida Amiga'. En "Mi querida amiga Alexa", sumérgete en la vida de Irene, una joven que ha soportado el acoso y la indiferencia desde la primaria. La llegada de Alexa, una nueva y carismática alumna, transforma su mundo...