57. Mesecito asquerosillo

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No mola nada ver cómo tus amigos quedan para ver una película en casa de alguien y a ti no te invitan. Tampoco mola ver que están todos online en el mismo minijuego de Roblox en llamada y no te han invitado.

Estaba en la sala de máquinas y, casualmente, vino Olivia para hacer una clase.

–¡Hombre, Irene! ¿Vienes a BodyPump?

–No. Me quedo en la sala de máquinas haciendo mis cosas.

–Me sabe muy mal que no vengas conmigo ni con Mia.

–Y a mí me sabe mal que no quedéis conmigo.

–Ya quedaremos tú y yo un día y ya.

–Y yo quiero quedar con todos, no solo contigo, Olivia.

–Es difícil quedar todos juntos, sobre todo con Mia. Ella queda poco por no dejar solo a su perro.

–Que yo sepa, es ilegal dejar a tu perro solo más de 24 horas, no 2 horas. Además, puede que estén sus hermanas o sus padres.

–Su familia suele estar poco por casa. Y no es por que sea ilegal ni nada, es que su perro está enfermo y por eso necesita compañía.

–Pues que se baje al perro.

–Su perro es viejo y se cansará muy rápido.

–Al lado de su casa hay bancos, es tan fácil como sentarnos ahí.

–Pero Irene, tú te lo rebuscas todo. Si nos sentamos en un banco, el perro se aburrirá.

–¿Quieres que me lleve el perro de mi vecina, la del cuarto piso?

– El perro de Mia es muy agresivo.

–¿No sería más fácil decir que no queréis quedar conmigo y ya?

–Sí queremos estar contigo, pero es muy complicado juntarnos todos.

–Veo fotos vuestras todos los días.

–Son todas del mismo día.

–¿Ese día os cambiasteis de ropa 50 veces para haceros las fotos y parecer que sí quedáis todos los días?

–No le des más vueltas al asunto, no llegarás a nada. Si quieres, te llamamos para jugar Roblox.

–Me parece bien. Si puede ser, antes de las nueve, que me voy a la cama pronto.

–Nuestra primera llamada juntos, al parecer.

–Pero si nos llamamos todos los días – dijo extrañado Marcos.

–Pero es la primera vez que me incluís en una llamada vuestra.

Tuve que aguantar las quejas de Mia por haberla matado uno u otro y también tuve que soportar su risa porque nos ganó a todos. No se acabaría el mundo si ella perdiera una partida. No tiene que ganar siempre.

Después de estar horas jugando, colgamos la llamada para hacer cada uno lo suyo.

Al día siguiente me quedé esperando su llamada. Pensé que no llamarían ni mandarían ningún mensaje... Estuve un rato en la cama y el tono de llamada me despertó. No contesté. Ellos sabían que me iba pronto a la cama y llamaron tarde. No sé para el resto de las personas del planeta, pero no me parece bien que llames a alguien para jugar a la una de la madrugada.

Al día siguiente hicieron lo mismo. Eran como las doce de la noche.

Así fueron muchos días más, hasta que llegó el día en que me llamaron pronto, a eso de las seis de la tarde. Cuando fui a contestar, colgaron. Volvieron a llamar y volvieron a rechazar la llamada al instante. Me costó contestar al teléfono cuando colgaban todo el rato. Me di cuenta de que solo estaba Olivia, el resto se había ido de la llamada.

–¿Por qué me llamaste tantas veces?

–Para que cogieras antes el teléfono.

–Que me llames muchas veces en un minuto no hará que conteste rápido. Gracias a que no parabas de colgar, no pude descolgar el teléfono para llamarte. Y menos mal que estaba en TikTok, porque si estuviera en otro sitio, cocinando o haciendo otra cosa, no hubiera podido cogerlo por muchas llamadas que hicieras.

–No se te puede hacer nada, hija mía.

–Yo tampoco puedo hacer nada. Estoy eternamente esperando a que me llamarais para jugar, cuando recibí la llamada a una hora normal solo un día. Aún no hemos quedado en persona. No puedo hacer nada, porque solo os estoy esperando a vosotros. Me caéis bien y quiero estar con vosotros, pero me lo estáis haciendo difícil. Somos un grupo, ¿no? Los grupos siempre están juntos.

–Siempre voy con Zoe, Bruno y Marcos a ver una peli en casa de Diego. Te prometo que te llamaré para la siguiente película que veamos para que vengas.

–Vale. Esperaré tu llamada. Recuerda que me lo prometiste.

Las promesas están para cumplirse y ella rompió la que hizo. Todos los viernes que quedaban de mes subieron fotos viendo cualquier cosa en la gran tele de Diego y yo no estaba en ninguna de esas fotos.

Nadie me quería a su lado ese verano. Pero no estaba perdida del todo. Aún quedaba el cumpleaños de Alexa, que sería dentro de unos pocos días.

Mi querida amiga Alexa [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora