Capítulo 34: Una solicitud complicada

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5to piso de Hogwarts

Antigua aula de Teoría de Hechizos.

Viernes 30 de Mayo 1995 — 7:03 pm.

El silencio se apoderó del aula abandonada cuando Randall, un estudiante de último año de Slytherin, apareció en la puerta. Su presencia imponente y su mirada inquisitiva hicieron que Harry, Hermione, Emely, Evangeline y Theodore se quedaran inmóviles, como si un hechizo de parálisis les hubiera sido lanzado.

—¿Qué tenemos aquí? La líder de Ravenclaw con el niño que vivió, una sangre sucia y dos Slytherin de cuarto año...— preguntó Randall con una mezcla de curiosidad y desdén.

Evangeline, con su inteligencia característica y una rapidez nacida del pánico, intervino. —Estamos... estábamos realizando un ejercicio académico— dijo con voz temblorosa —bajo la supervisión del profesor Flitwick.

Randall frunció el ceño, claramente escéptico. Con un gesto fluido de su varita, atrajo hacia sí un montón de pergaminos que se encontraban sobre una mesa cercana. Los pergaminos se desplegaron ante él, revelando diagramas y anotaciones sobre un hechizo de cambio de cuerpos.

 Los pergaminos se desplegaron ante él, revelando diagramas y anotaciones sobre un hechizo de cambio de cuerpos

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—¿Un ejercicio académico, dices?— replicó Randall, levantando una ceja. —Esto parece ser algo mucho más... avanzado y prohibido. Por suerte tengo quienes me informan sobre los estudiantes de interés en este colegio. ¿No es así querida?

De pronto una estudiante rubia de Slytherin se asomó por el costado de la puerta para unirse a Randall Lutterworth, quien le estaba dando unos vistazos rápidos a los pergaminos que había confiscado.

"Astoria, maldita chica traidora..." Pensó Emely, aun recuperándose del shock inicial. Sabía que tenían que actuar rápido para evitar más sospechas o incluso una denuncia al profesorado. —Lutterworth— comenzó con cautela —Sabes que en Hogwarts se fomenta la innovación y el aprendizaje práctico. No estamos haciendo nada fuera de los límites de nuestra educación.

Hermione asintió, apoyando a Emely. —Exactamente. Y si tienes alguna duda, puedes acompañarnos a hablar con el profesor Flitwick ahora mismo— Dijo recordando que Lutterworth era el apellido del estudiante que hizo que un chico recibiera una especie de castigo convirtiéndose en el sirviente de Gracee por el día de San Valentín.

—¿Acaso te dirigí la palabra sangre sucia?—Pregunto Randall con una expresión de asco.

Harry por un momento perdió la paciencia y solo quería acercarse para darle un puñetazo al chico de slytherin. La rabia de que insultaran a Hermione era tal, que incluso se olvidó por un momento que era un mago y que tenía una varita con la cual podía atacar desde la distancia. Por suerte, tanto Hermione como Emely lo sujetaron para que no hiciera nada estúpido.

No te muevas Potter... vas a empeorar todo—Hablo Emely en voz baja sujetándolo por la muñeca.

Estoy bien Harry... por favor cálmate—Susurro Hermione para tranquilizarlo.

Harry Potter: El Cuervo Entre el Ciervo y la Nutria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora