Capítulo 44: Un Gran Despertar (parte 3)

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Harry se encontraba frente a su otro yo, una figura con ojos rojos y una mirada maliciosa. Estaban parados frente al armario debajo de la escalera, el lugar que había sido una suerte de dormitorio cuando era tan solo un niño pequeño en la casa de sus tíos. El otro Harry lo miraba con una sonrisa torcida.

—He vivido mucho tiempo dentro de ti —dijo el otro Harry, su voz resonando con una mezcla de burla y resentimiento—. He visto cómo te has enfrentado a incontables peligros y, aun así, no has tenido la fuerza suficiente para enfrentar tu destino.

Harry sintió un escalofrío recorrer su espalda. Las palabras de su doble lo llenaban de una inquietud profunda—¿Quién eres en realidad? —preguntó con su voz temblando ligeramente.

El otro Harry sonrió aún más, una sonrisa que no alcanzaba sus ojos rojos—Soy la magia que te permitió permanecer con vida en ese bosque —respondió— Soy la rabia que sientes por un mundo injusto que te obligó a crecer lejos del mundo mágico, encerrado en un armario—Señaló la puerta del armario bajo las escaleras, el lugar que había sido la prisión de Harry durante tantos años.

—Yo soy tu futuro —dijo con firmeza—. Y ahora, seré yo quien controle tu cuerpo y tome tu vida para reclamar lo que me pertenece por derecho.

Harry se quedó helado al escuchar esas palabras. La idea de perder el control de sí mismo, de ser reemplazado por esta versión oscura de él mismo, lo llenaba de terror. Pero también sabía que debía enfrentarse a esta parte de sí mismo, a esta oscuridad que había crecido dentro de él.

—No dejaré que eso suceda —dijo Harry, su voz ganando fuerza—. No puedes tomar mi vida. Yo soy Harry Potter, y lucharé contra ti si es necesario— Dijo antes de comenzar a sentir un ardor en la cabeza. Justo donde tenía la cicatriz.

El papel tapiz de las paredes comenzó a rasgarse. Sangre negra como la brea comenzaba a derramarse de las rasgaduras haciendo charcos en el suelo. Harry sentía un dolor muy fuerte. Las piernas le fallaron y se desplomó en el suelo mientras se presionaba la cabeza con las manos. No había sentido tanto dolor desde su enfrentamiento en el cementerio.

La figura de ojos rojos reía a carcajadas— ¿Duele, no es cierto? En este mundo yo tengo el control— Extendió su mano y una fuerza invisible acercaba cada vez más a un Harry que sufría mientras era arrastrado por el suelo— creo que es hora de que tu estés detrás del telón y yo sea el actor principal.

Pueblo de Hogsmeade.

Martes 30 de Junio 1995 — 01:13 pm.

Robert Gracee caminaba por el pintoresco pueblo de Hogsmeade junto al profesor Snape. Se dirigían a Hogwarts para hablar con Dumbledore. Mientras caminaba, Robert sentía cómo su magia se asentaba gracias a su varita, una sensación reconfortante después de tanto tiempo.

De repente, una figura oscura se acercó volando hacia él. Era un cuervo negro. Robert sonrió al reconocerlo.

—¡Marcus! —lo llamó con cariño, y el ave se posó en su brazo.

—¿Sentiste mi magia, cierto? —le preguntó, y el cuervo hizo un graznido en respuesta— Espero que cuidaras mis cosas en el refugio, son muy valiosas— Comentó con una ligera sonrisa, quizás la primera en años.

Snape le dio un corto vistazo al animal y, con su habitual tono severo, le dijo a Robert:

—Deja de perder el tiempo y sigue caminando.

Robert asintió, acariciando suavemente a Marcus antes de continuar su camino. Después de una media hora de caminata bajo el sol, cosa que Robert agradecía mucho después de estar encerrado tanto tiempo, Severus Snape y Robert Gracee llegaron a la entrada de Hogwarts.

Harry Potter: El Cuervo Entre el Ciervo y la Nutria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora