Emely Gracee estaba en el expreso de Hogwarts cómodamente sentada en camino a cursar su cuarto año escolar sin mucho entusiasmo. Estaba algo distraída con la plática de sus compañeras de sexto año. Generalmente no convivía mucho con los ostros estudiantes de su curso. Tenía un par de excepciones por supuesto, pero no eran tan cercanos según ella. Solía llevarse bien con los alumnos mayores ya que ella tenía el conocimiento suficiente para cursar uno o dos años por encima de su curso. Esto siempre le ha traído problemas para relacionarse con sus iguales, la mayoría no se tomaba tan en serio la educación como ella lo hacía. La biblioteca era el único lugar donde sentía que no perdía el tiempo en Hogwarts, y estaba segura de que en un año más estaría al nivel de presentar exámenes EXTASIS de por lo menos tres materias.
Ella era un enigma para sus compañeros de casa, la mayoría del tiempo estaba sola o en la biblioteca. Solía hablar con algunas chicas de cursos superiores para hacer alguna que otra tarea juntas y ponerse al día con los chismes del colegio. Que en su mayoría involucraban al famoso Harry Potter y a sus dos mascotas; Ron Weasley, el menor de los varones Weasley. Cuyo único talento era no tener una indigestión cada vez que almorzaba una cantidad obscena de comida en el gran comedor. Y Hermione Granger, una chica brillante a pesar de ser hija de muggles. Granger era muy irritante en clase en su opinión. Siempre queriendo saberlo todo y ella seguía a esos dos a todos lados como un perrito faldero desde primer año.
A menudo los veía corriendo de un lado a otro por todo el colegio o visitando al enorme y peludo guardabosques en su cabaña. Al parecer entablaron una amistad con él gigante profesor que seguramente les proporcionaba algún tipo de permiso especial. Sospechaba que ese era el motivo de que no recibieran tantos castigos como deberían. Ellos tenían una diferencia bien notable con respecto a qué tipo de alumnos eran en comparación con Emely. Ella nunca salía a vagar de noche por el castillo. Rara vez se le veía por los terrenos cerca de lago o en algún club compartiendo bromas que le puedan meter en problemas. Para ella lo más importante era convertirse en una bruja poderosa. Pero los inquietantes sucesos que ocurrian en Hogwarts desde que Harry Potter entro al colegio solian impedirle avanzar en sus estudios.
Magos oscuros, un basilisco y un asesino fugitivo de Askaban son un resumen muy pobre de lo que ha sucedido en ese castillo y donde siempre estaba involucrado el trio de oro de Gryffindor. Las consecuencias de estos eventos han sido: toques de queda, restricciones a las visitas en la biblioteca, cancelación de exámenes finales, despidos de profesores e incluso del mismo director. Cosas que Emely consideraba que entorpecían su proceso para convertirse en una bruja de gran poder. Necesitaba serlo para poder ayudar a la única persona que se ha preocupado por ella en la vida.
Aprender todo lo que pueda en Hogwarts para ayudar a su hermano era su gran objetivo. Considerando que para ella la mayoría de los profesores del colegio eran un chiste exceptuando por supuesto a los líderes de casas. Era casi un milagro que estuviera tan avanzada en la realización de hechizos y encantamientos. La clase del Profesor Severus Snape era bastante interesante para solo ser una clase de posiciones. Rara vez el profesor Snape daba una larga explicación sobre el material a utilizar o sobre los posibles usos de los brebajes que mandaba a preparar, pero Emely conocía a su líder de casa y sabía que su conocimiento en todo tipo de artes era basto. Sobre todo, en las artes oscuras. No por nada ha querido el puesto de profesor de defensa desde antes que ella entrara al colegio.
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Harry Potter: El Cuervo Entre el Ciervo y la Nutria.
FantasíaEsta historia comienza en el cuarto año y se desvía del canon oficial. Se actualiza los domingos. Harry Potter: El Cuervo entre el Ciervo y la Nutria. Es una historia alternativa que narra cómo Harry se enfrenta a los desafíos del torneo con la a...