Capítulo 30: La Segunda Prueba

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Biblioteca de Hogwarts

Miércoles 27 de Marzo 1995 — 07:52 pm.

Madame pince estaba con el seño fruncido desde su escritorio

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Madame pince estaba con el seño fruncido desde su escritorio. La bibliotecaria de Hogwarts suspiraba y entrecerraba sus ojos detrás de unas gruesas gafas, mientras observaba con desaprobación a Harry Potter y sus amigos. La biblioteca, un santuario de conocimiento y silencio, estaba perturbada por los susurros y risitas de la pequeña reunión secreta. Los estudiantes, agrupados alrededor de una mesa en un rincón oscuro, discutían animadamente sobre las pruebas del Torneo de los Tres Magos, ignorando las miradas fulminantes de Madame Pince. Ella maldecía con frustración para sus adentros, deseando volver a la tranquilidad de sus libros y la paz de la noche, pero el bullicio persistente de la conspiración estudiantil la mantenía alerta y molesta, incapaz de concentrarse en su lectura.

Como era costumbre, Harry y su grupo de estudio se quedaba en la biblioteca un par de veces a la semana hasta tarde, saltándose la hora de la comida. Cosa que a Ron no le gustaba, pero para su suerte, desde que habían visitado las cocinas, el chico pelirrojo gozaba de una buena relación con los elfos domésticos que allí trabajaban. Estos lo dotaban felizmente de cuanto aperitivo quisiera y solía guardarlos en su túnica. Por lo que comía a escondidas de Madame Pince.

Luna Lovegood a pesar de no cursar el cuarto año como Harry , se había unido al grupo de estudio con la intención de pasar más tiempo hablando sobre magicriptozoología, que en hacer los deberes. Y si la conversación se desviaba hacia el torneo de los tres magos no solía molestarle para nada. Eso hacía que Neville tuviera mas oportunidad de intervenir en las conversaciones, ya que no le gustaba mucho hablar sobre los ensayos extras que el profesor Snape le mandaba cada semana para "mejorar su mediocre desempeño". Cosa que lo ponía de muy mal humor, sobre todo cuando ya había mejorado mucho en esa clase desde que tenía más confianza en sí mismo. No como para hacer una de las ultimas pociones a la perfección, pero al menos ya no necesitaba las instrucciones de Hermione para completar la tarea lo suficientemente bien como para que un profesor de pociones que no fuera Snape, lo calificara con un "supera las expectativas". Y Todo gracias a la estupenda varita que Harry le había conseguido, que le dio la fuerza necesaria para enfrentar sus miedos. Sin embargo a Emely Grace no solía molestarle cuando hablaban de pociones. A pesar de que su presencia era más esporádica que otra cosa en esas sesiones de estudio. Por lo general cuando se dignaba aparecer, era más que todo para hablar sobre el torneo.

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Harry Potter: El Cuervo Entre el Ciervo y la Nutria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora