Capítulo 49: Circunstancias.

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Noroeste de Londres.

12 Grimmauld Place

Lunes 13 de julio 1995 — 01:43 pm.

Emely estaba en la sala de estar de la casa, caminando de un lado a otro mientras se frotaba las manos con ansiedad y nerviosismo. Desde un rincón, Kreacher la observaba en silencio, sus grandes ojos siguiendo cada uno de sus movimientos.

Emely no podía dejar de pensar en lo molesto que estaría Sirius cuando regresara. Al principio, ella había sido una de las primeras en protestar por ocultarle la verdad a Harry. Sin embargo, no podía discutir contra Dumbledore. Gracias a él, su hermano estaba libre de Azkaban, así que obedeció diligentemente. Pero ahora, por un error, Harry había descubierto la verdad y estaba furioso.

Sirius, desde que es un hombre libre y los adoptó a ambos, ha tratado de construir una relación con Harry, buscando que algún día Harry lo vea como un padre. Ahora, por su culpa, tendrían una gran discusión. Emely no podía soportar ser la causa de una pelea entre ellos dos.

Kreacher, con su voz rasposa, rompió el silencio. —¿Quiere una taza de té para los nervios, señorita Black?

Emely, sin dejar de caminar, respondió —Ahora no, Kreacher.

El elfo doméstico asintió y volvió a su rincón, observando cómo Emely continuaba su marcha inquieta. La tensión en la sala era palpable, y Emely solo podía esperar que, de alguna manera, pudieran resolver este conflicto sin que la relación entre Harry y Sirius se viera demasiado afectada. Luchaba ferozmente por no morderse las uñas sin parar de observar su reloj de arena de muñeca. Sirius no debería tardar en llegar.

El poco tiempo que habían compartido le había servido para demostrarle a Sirius que no solo no sería un estorbo para él, sino que también podría ser una hija útil. Quizás estaba compensando el hecho de nunca haber recibido la aprobación de su verdadero padre asesino. Así que ahora tenía miedo de que Sirius se molestara lo suficiente como para que la echara de la casa y tener que regresar con su tía Lana.

Sirius llegó a la casa y caminó por el pasillo, sus botas resonando suavemente contra el suelo de madera. Al entrar en la sala de estar, encontró a Emely caminando nerviosa de un lado a otro.

—Emely... ¿todo bien?— la saludó con una sonrisa que rápidamente se desvaneció al ver su expresión de angustia.

Emely lo miró exaltada y corrió hacia él. —Cometí un error— dijo, con la voz temblorosa.

Sirius le colocó las manos en los hombros, tratando de calmarla. —Tranquila, Emely. Explícame qué está sucediendo.

Emely, con los ojos llenos de preocupación, le suplicó —Por favor, no me mandes de regreso con mi tía.

Sirius frunció el ceño, preocupado. Emely se veía más asustada que preocupada —No te voy a mandar a ningún lado. Dime qué pasó.

De pronto, Kreacher desapareció con un pop. Emely, al ver que el elfo se iba, dijo rápidamente —Harry ya se enteró de la Orden del Fénix.

Sirius desvió la mirada por un momento, procesando la información. —Ahora entiendo la situación— murmuró luego de un suspiro cansado.

De repente, Kreacher apareció de nuevo en medio de la sala, tomado de la mano de Harry. —Tengo que hablar contigo, Sirius— dijo Harry, visiblemente molesto.

Sirius asintió —Ve a tu habitación, por favor— le pidió a Emely.

—Señor Black... yo...

—Tranquila Emely, hablaremos más tarde de esto, y puedes seguir llamándome padre... por favor no vuelvas a ser así de formal conmigo.

Harry Potter: El Cuervo Entre el Ciervo y la Nutria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora