Esta historia comienza en el cuarto año y se desvía del canon oficial.
Se actualiza los domingos.
Harry Potter: El Cuervo entre el Ciervo y la Nutria.
Es una historia alternativa que narra cómo Harry se enfrenta a los desafíos del torneo con la a...
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Después de entrar tarde en su dormitorio se percató de que ya todas sus compañeras estaban dormidas, por lo que corrió las cortinas de su cama para no malestar con la luz de su varita. Sabía que tenía todavía mucho tiempo para planear como distribuir los bloques libres de Harry para sus futuras sesiones de estudio. Sin embargo, la emoción de por fin poder tener un compañero en la biblioteca y que fuera nada menos que su mejor amigo hacía que el sueño escapara de ella como los estudiantes de primer año de la clase de Hagrid.
Tenía que organizar el tiempo de la manera más eficiente posible, Hermione tenía dos clases más que los muchachos. "Runas antiguas" y "Aritmancia" así que tenía menos tiempo para dedicarle a las sesiones de estudio con Harry. Ya no poseía un giratiempo, por lo que tendría que desvelarse para cuadrar las sesiones de la semana, no, del mes y tenerlas lista para mañana antes del desayuno.
Antes de terminar los últimos arreglos en su agenda comprobó que todo estaba en orden. Fue mas sencillo de lo que imagino debido a que el quiddicth se canceló, por lo que no había horarios de prácticas para Harry. Aun el profesor Dumbledore no había anunciado cuando serian las pruebas del torneo, pero supuso que serían seguramente en algún fin de semana por lo que no tenía que modificar sus horarios en el futuro. Ahora si estaba lista para dormir, pero sorpresivamente no podía hacerlo. Este año prometía ser el mejor que a tenido hasta ahora. No solo porque su mejor amigo se uniría con ella en la biblioteca sino también porque conocería estudiantes de último año de otras escuelas de magia. Moría de curiosidad por saber como serían sus planes de estudios, que tipo de enseñanzas podrían compartirle y sobre todo como eran sus castillos. Se preguntó si serían cómo Hogwarts o serían completamente diferentes.
El sueño por fin la alcanzó unas cuantas horas antes del amanecer. Luego antes de que saliera el sol por completo ya Hermione estaba vestida y preparada en la sala común esperando a sus dos amigos para ir a desayunar. La sala común estaba casi vacía y la mayoría de los estudiantes salían de su dormitorio y se apresuraban a salir por el agujero del retrato. Si esos dos no se apresuraban Hermione iba a enviar a Crookshanks a despertarlos si es que todavía estaban dormidos, pero antes de llamar a su gato vio que un pelirrojo se asomaba por la escalera seguido de un chico con el pelo muy desordenado.
—Bueno días Hermione...—saludó Ron ahogando un bostezo— bajemos a desayunar antes de que se acabe el tocino.
—Buenos días, pensé que no aparecerían— contestó Hermione
—Lo siento— se disculpó Harry— estábamos teniendo una discusión y no nos dimos cuenta que se hacía tarde.
—¿Y qué era eso tan importante que estaban discutiendo? si se puede saber.
—Que Harry te cuente en el camino tengo hambre...
Se dirigieron con prisa al gran comedor, las ansias de Ron no ayudaban a llevar la conversación tranquila, por esa razón Hermione decidió seguir el interrogatorio ya cuando estuvieran sentados. Unos minutos después y muchas quejas de la falta de tocino por parte de Ron, por fin encontraron un lugar junto a Neville en la mesa de Gryffindor.
