Harry Potter: El Cuervo Entre el Ciervo y la Nutria.

Capítulo 21: Invitación al baile.

A las afueras de Hogsmeade.

Sábado 06 de Diciembre 1994 – 3:28 pm

El camino de regreso al pueblo parecía mas largo que antes. A pesar de que no estaba nevando, la nieve bajo sus pies parecía estar frenando sus pasos. Con esto en mente Emely decidió parar un momento a descansar en la cerca que delimitaba los terrenos de la famosa "casa de los gritos" y quedarse mirando la lejanía. Poso sus brazos sobre la madera vieja y se quedó contemplando la vista. Se podía ver parte del castillo de Hogwarts desde ese punto, además de las montañas circundantes al bosque prohibido.

Harry no estaba seguro de que decir. Si bien sabia que ese encuentro entre la chica de Slytherin y su padrino no iba a salir del todo bien. Nunca pensó que fuera a ser tan grave la situación. Corrupción en el ministerio, Inefables, injusticia y un inocente encerrado. Son cosas que superan por creces las capacidades de unos estudiantes de cuarto ano. Sin embargo lo que dijo Sirius al final podría ser un comienzo.

Después de esperar tanto por una respuesta de utilidad, Emely seguí parada en el mismo lugar en el que comenzó. La historia de Sirius Black aunque pareciera algo enredada, era sencillo de comprender. Una hazaña que no tuvo que ver con magos poderosos o magia antigua. Un simple animago no registrado escapo en su forma animal. Parecía incluso gracioso de contar.

Harry se acerco a la chica sin saber que decir. Parecía que estaba perdida en su mundo mirando el horizonte. Quizás esperando una respuesta que le de conocer de nuevo, lo que se siente beber de la esperanza. Hizo un ademan con la mano para tocar su hombro, pero se arrepintió a medio camino. Harry no se sentía con la suficiente confianza o cercanía para hacer eso, pero algo tenia que hacer para traerla de vuelta a la realidad.

—¿Cómo te sientes?— Preguntó Harry dudando de sus palabras.

—Como cuando descubres que el hada de los dientes no es un ser amable que deja monedas a los niños. Sino una criatura que se alimenta del calcio de los dientes y aterroriza a los pueblos de Irlanda del norte— Contestó Emely con la vista fija en el paisaje.

—Supongo que no es un buen sentimiento— Comentó Harry a su lado.

—No lo es. Me siento desilusionada... obtuve lo que quería y al final no servirá de nada— Emely suspiro. El vaho de su aliento congelado le recordaba que estaba afuera del castillo soportando el frio que tanto evitaba.

—Oíste lo que dijo Sirius, todavía hay cosas que puedes hacer— Harry se acercó mas y apoyó sus manos en la madera oscura de la cerca —cosas que podemos hacer.

—Si... encontrar una forma de entrar al ministerio y hurgar en los expedientes criminales en busca del de mi hermano— espetó Emely— Como si fuera la tarea más fácil del mundo.

—Se que no es fácil pero no es imposible— Le dijo Harry buscando su mirada.

—Tu no entiendes Harry, no tengo a nadie dentro del ministerio que pueda ayudarme— Dijo Emely —No tengo familiares influyentes como Draco, o adinerados como los tíos de Theo. Tampoco tengo el favor del mago mas poderoso de Gran Bretaña como tu. Si tuviera de mi lado a Albus Dumbledore, seguro desde hace tiempo hubiera conseguido mas que los consejos de tu padrino. Solo soy una pequeña serpiente en un gran nido de víboras que están esperando comerme.

Harry no sabía que más podía hacer. Se sentía culpable de alguna manera por el hecho de que ocurrió lo que ya sabía. Que la información que buscaba Emely seria tan útil como los datos históricos de un cromo de chocolate. Aun así, el trato que había hecho con la chica la obligaba a continuar ayudándolo con el torneo. Cosa que antes para Emely no estaría tan mal debido a que se supone que ella obtendría lo que quería al ponerse en contacto con su padrino. Al final Harry hizo algo mejor. Le presento a Sirius en persona y pudo preguntarle lo que necesitaba. Sin embargo, no estaba bien del todo.