Harry Potter: El Cuervo Entre el Ciervo y la Nutria.

Capítulo 9: El Niño que Mintió

Dormitorio de quinto año.

Sala común de Gryffindor.

Domingo 01 de Noviembre 1994 - 7:30 am.

Cuando Harry abrió la cortina de su cama vio que ya la habitación estaba vacía. Fue el ultimo en levantarse esa mañana, no porque se hubiera quedado dormido. Apenas pudo conciliar el sueño la noche anterior. Si no porque no quería enfrentarse a sus compañeros de cuarto, en especial a Ron, quien se levantó muy temprano. Harry supuso que no quería hablar con él por la discusión que tuvieron la noche anterior.

Ya casi terminaba la hora del desayuno, pero no se sentía con ganas de comer algo. Se metió a la ducha y se preparó para salir. Escucho el ruido que solía tener la sala común a esa hora de la mañana. Algunos estudiantes mayores solían saltarse el desayuno porque solían comprar comida en Hogsmeade, con el fin de tener mas tiempo para estudiar para sus TIMOS y EXTASIS. Harry bajo las escaleras con cautela. Lo recibió Colin Creevey al final del ultimo escalón con un flashazo de su cámara.

—¡Hola Harry!— saludó el chico preparándose para tomar otra foto— No bajaste a desayunar, te estábamos esperando. Queríamos saber ¿Cómo lograste entrar al torneo?.

—¿Quiénes me estaban esperando?—Preguntó Harry entrecerrando los ojos para protegerse de la luz de la cámara.

—¡Pues todos!—dijo una voz a sus espaldas que reconoció como la de uno de los gemelos Weasley— Anoche estábamos todos esperando a que regresaras de tu reunión con Dumbledore. Hasta tarde en la noche.

—SI, luego supusimos que no regresarías pronto y nos fuimos a dormir—Dijo el otro gemelo saliendo detrás de su hermano. Harry creía que era George.

—Pero teníamos una gran fiesta preparada, un campeón de Gryffindor... lo mas seguro es que esos Puff estén muy molestos contigo ahora— soltó Fred rodeándolo con su brazo sobre su hombro.

—Tienes que decirnos como lo hiciste y...— George fue interrumpido con otro flash de la cámara de Colin— Basta niño, deja de tomar fotos.

—Lo siento— Se disculpó el chico de tercer año— Es que planeo abrir un periódico escolar... y esto es lo mas interesante que ha pasado en el castillo desde la llegada de las otras escuelas.

—Como sea... lo que estaba diciendo es que tienes que decirnos ¿Cómo lo hiciste? Freddy y yo buscamos muchas formas y la mas efectiva que pudimos encontrar y que se pudiera realizar a corto plazo era la poción de la vejez.

—Y como podrás notar no funcionó muy bien. Todavía George y yo tenemos que tomar un brebaje de Madame Pomfrey hasta que deje de crecernos pelo blanco en la espalda.

Harry comenzó a sentirse abrumado. Veía que los demás estudiantes empezaron a ponerle atención a la conversación de los gemelos. Todos estaban esperando una respuesta, y aunque les dijera que el no fue quien puso su nombre en el cáliz, dudaba mucho que le fueran a creer. Necesitaba salir de ahí lo antes posible. Antes de que más personas se acercaran a el y lo llenaran más de preguntas incomodas.

—Escuchen chicos— Harry se alejo unos pasos y camino de espaldas hacia el agujero del retrato mientras hablaba— Se que no van a creer lo que digo, pero les aseguro que estoy tan sorprendido como ustedes... yo no puse mi nombre... y ahora si me disculpan tengo que ir a otra parte...— Justo antes de llegar al retrato de la dama gorda se giro esperando que se abriera y choco con alguien al darse la vuelta.

—Auch... Fíjate por donde... Harry!— Exclamó Hermione al darse cuenta de que su amigo era el que caminaba de espaldas por el túnel.

—Hermione... yo.