Capítulo 31: Viendo a través de tus ojos.

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Gradas frente al Lago Negro de Hogwarts

Jueves 29 de Mayo 1995— 11:13 am.

Emely comenzaba agitar la pierna derecha mientras luchaba por no quitarse los guantes y arremeter contra sus perfectas y cuidadas uñas. El movimiento de su pierna le recordó un poco a cuando veía a Harry ansioso antes de enfrentarse a algo o a alguien. Así que conscientemente tomó el control de sus nervios y se obligó a detenerse. Ya tenía suficiente con Theo haciendo insinuaciones raras con respecto a si usaba mucho la bufanda que le había regalado Harry. No quería que la molestara también por su preocupación excesiva por el chico de Gryffindor.

—¡Mira allá, creo que es Granger!—Exclamo Theo con más emoción de la que esperaba viendo como a lo lejos en medio del lago, flotaban dos cuerpos a la deriva —¿Quién será la chica a su lado?

—Supongo que tiene que ser el tesoro de Delacour—Dijo Emely poniéndose de pie para observar mejor, podía sentir como la mandíbula se le tensaba al hablar— Ese tonto no pudo dejar pasar la oportunidad de hacerse el héroe— Dijo apretando los dientes con fuerza.

—¿Puedes culparlo al no querer dejar sola a esa niña en el fondo del lago?—Preguntó Theo poniéndose de pie junto a Emely— Ya verás que el chico saldrá en cualquier momento y se llevara el aplauso de todos y Draco se frustrara como siempre. Relájate.

Es un tonto, es un tonto, es un tonto—Repetía Emely en susurros sin perder de vista el área donde se había visto la fuente extraña de luz. Ya una vez Harry fue imprudente enfrentándose directamente al colacuerno. Ahora Emely no sabía a qué cosa se habría enfrentado para traer a las dos chicas de vuelta. Cuando de pronto una tercera persona sale del lago y se acerca nadando a Granger y a la niña rubia.

Theo voltea y le guiña un ojo a la chica— Ves lo que digo... todo salió bien. Ahora tu chico va a tener una gran admiradora con una cuarta parte Veela.

—¡Cállate Nott!

El Estruendo por la culminación de la segunda prueba era ensordecedor. Casi todos los estudiantes de Gryffindor, Hufflepuff y Beuxbatons se colocaron de pie para vitorear al cuarto campeón del torneo al ver como traía en brazos a la pequeña rubia hasta la orilla. Emely sintió un gran alivio al ver a Harry nadar a la orilla del lago sin ningún daño aparente. Todo el entrenamiento había funcionado. No es que creyera que Dumbledore permitiría que un estudiante de Hogwarts muriera en su lago, pero desde la primera prueba no confiaba mucho en el juicio del director. Los dragones fueron algo bastante extremo a su parecer.

La chica no alcanzaba a ver mucho con casi todos de pie gritando y aplaudiendo, pero pudo observar como Fleur Delacour se aproximó corriendo hasta donde estaba Harry Potter y lo abrazo con fuerza para después plantarle dos besos en el rostro dejando al chico atónito.

—Una recompensa digna de un héroe­— Comentó Theo con un par de aplausos— ¿No te parece Emely?

—¿Alguna vez cierras la boca?

—¿Acaso son celos lo que estoy vie...?— Theo se detuvo al sentir la punta de una varita en su cuello— Por supuesto que no, que tonto soy al insinuar tal cosa...— Dijo poniéndose más nervioso colocando las manos al aire— Sé que tengo una gran bocota, por favor no quiero vivir como un cuervo el resto de mi vida...

—¿Por qué no? Podrías visitar a tu querida Astoria en la enfermería cuando quisieras y además...

—¡Algo le pasa a Potter!— Señaló Theo con urgencia apuntado hacia la orilla del lago.

Emely bajó su varita y volteo en dirección al lago solo para ver a Harry arrodillado en la arena. A pesar de la distancia se podía ver a simple vista que estaba sufriendo. Lo más probable es que alguna criatura lo hubiera lastimado.

Harry Potter: El Cuervo Entre el Ciervo y la Nutria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora