Esta historia comienza en el cuarto año y se desvía del canon oficial.
Se actualiza los domingos.
Harry Potter: El Cuervo entre el Ciervo y la Nutria.
Es una historia alternativa que narra cómo Harry se enfrenta a los desafíos del torneo con la a...
Ya había pasado una semana desde que Emely había empezado a entrenar con Potter todas las tardes después de clases. Aunque la mayor parte del entrenamiento la recibía el chico de Gryffindor. También era agotador el dedicarle tiempo a leer sobre hechizos avanzados, estar hasta tarde en el refugio de las alas negras y dedicarse a sus propios exámenes. Sabia que la iniciativa del "Equipo Antidragones" le estaba tomando mucho tiempo de estudio, lo que no le permitía enfocarse al cien en las lecciones privadas de Snape. Al final Draco había cumplido su parte del trato, aunque se le veía muy retraído últimamente. Eso le había permitido tener mas libertad para acercarse a Potter, tanto que ya era casi costumbre salir a la entrada principal antes de ir a desayunar para ver al chico corriendo alrededor del castillo. Ese era el momento mas feliz del día, ya que no paraba de reír al ver al flacucho de Potter intentando hacer ejercicio a pesar del frió del invierno que estaba comenzando en Hogwarts.
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Faltaba poco para su momento favorito del día por lo que al salir de la ducha se vistió lo más rápido que pudo para no perderse ni una sola cara de sufrimiento del joven mago. Pero antes de salir fue interrumpida por una de sus compañeras de dormitorio.
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—Te vas tan temprano Gracee...— Dijo una chica de cabello muy rubio, casi de platino sentada al borde de una de las camas — ¿Que tantas ocupaciones tiene el cuervo de Malfoy que ya no tiene tiempo para convivir con sus compañeras de cuarto?
—No tengo nada que ver con Draco— Respondió Emely— Y la ultima vez que revise mi agenda, no era tu problema que hago o deje de hacer con mi tiempo Greengrass.
—Oh lo siento mucho... ¿acaso la actitud de Malfoy te esta alejando de sus seguidores?— Pregunto la chica rubia acercándose a Emely cruzada de brazos- No me digas que hay problemas en el paraíso de los idiotas.
—Yo no sigo a Draco... solo evito ser su objetivo, ni siquiera gente como tu esta a salvo del príncipe de Slytherin.
—Oh no, no, querida... eso esta cambiando— La chica se sentó en una de las camas golpeando suavemente un sitio a su lado para llamar a Emely a sentarse con ella.
