Capítulo 39: Engaño y Decepción

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Aula 3c de Hogwarts.

Despacho del Profesor de Defensa.

Miércoles 24 de Junio 1995 — 09:38 pm.

El despacho del profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras estaba en silencio, excepto por el murmullo de voces preocupadas. Albus Dumbledore, Minerva Mcgonagall y un par de aurores estaban reunidos alrededor de un baúl mágico que había servido como prisión para Alastor Moody. Neville Longbottom, con su corazón latiendo con fuerza, observaba la escena con una mezcla de ansiedad y esperanza.

Con un hechizo cuidadosamente pronunciado, el baúl se abrió, revelando a un desaliñado y cansado Moody. Sus ojos, uno natural y otro una fosa hueca, atravesada por una cicatriz los frotaba con impaciencia. Parpadeo un par de veces con su ojo bueno mientras se acostumbraba a la luz. Y se sentó en una silla de madera mientras sobaba el muñón de su pierna.

Neville se adelantó, su preocupación por el bienestar de su profesor superando su timidez habitual. —¿Profesor Moody? ¿Cómo está?

Moody lo miró fijamente, su expresión era una mezcla de confusión y alivio. —Podría estar mejor, Muchacho— gruñó. —De eso puedes estar seguro

—Alastor, tenemos que llevarte a la enfermería de inmediato— Dijo Dumbledore— Es importante que estés bien para presentar tu declaración ante lo sucedido.

—Patrañas Albus, puedo hablar sin ningún problema sobre lo que me hizo ese bastardo— Respondió Moody— Ahora... ¿Dónde está mi ojo?

—Aquí tiene señor— Dijo Neville entregándole la correa de cuero con el ojo mágico— Supuse que lo querría de regreso.

Moody tomo bruscamente la correa y se acomodó el ojo, que empezó a girar en todas direcciones apenas estuvo de vuelta en su lugar—¿Y tú quién eres?

—Soy yo, Neville Longbottom— respondió Neville, su voz temblorosa. —¿No me recuerda?

Moody lo examinó más detenidamente. —Te pareces mucho a Frank Longbottom... pero esta es la primera vez que te veo muchacho. El infeliz de Barty me secuestró antes de que pudiera llegar a Hogwarts.

Esas palabras golpearon a Neville como un hechizo aturdidor. Cayó de rodillas, la realidad golpeándolo con una fuerza brutal. El profesor Moody que había conocido, que lo había enseñado y apoyado desde el comienzo del año escolar, siempre había sido Barty Crouch Jr.

La ira y la confusión se apoderaron de él; las lágrimas amenazaban con desbordarse mientras luchaba por comprender la magnitud del engaño.

—Señor Longbottom... ¿está usted bien?— Preguntó Mcgonagall acercándose al muchacho y poniéndole una mano reconfortante sobre su hombro— Ya todo acabo... Ese hombre no se acercara más a ustedes los estudiantes.

Pero las palabras de consuelo apenas llegaban a Neville. La traición era demasiado profunda, el dolor demasiado agudo. Había confiado en un hombre que no existía. Un hombre que le había contado de una manera tan sínica como el mismo había torturado a su madre. Como le había confirmado que pudo haberla matado si no lo hubiera detenido el Alastor Moody real.

Neville le había confiado sus miedos, sus inseguridades. Se había acercado cada vez más al hombre y se había ganado su respeto y admiración. Pero solo era una burda imitación. Una mentira para no ser descubierto. Un juego enfermizo donde se burlaba del hijo de los aurores que le habían hecho frente en el pasado.

Sin darse cuenta, Neville había convivido durante un año completo con un asesino. Un seguidor del que no debe ser nombrado. Alguien que había conspirado para lastimar a Harry, que en ese momento no se sabía con exactitud donde se encontraba.

Harry Potter: El Cuervo Entre el Ciervo y la Nutria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora