El momento de la despedida había llegado demasiado rápido, como si el tiempo se hubiera acelerado para recordarnos que nuestras vidas estaban destinadas a seguir caminos separados.
Marc y yo nos encontrábamos en el vestíbulo del hotel, con el peso de la inevitable separación colgando sobre nosotros como una sombra oscura. Habíamos compartido momentos inolvidables juntos en Menorca, pero ahora era el momento de enfrentar la realidad y aceptar que nuestras vidas tomarían rumbos diferentes.
—Clara... —empezó Marc, su voz cargada de emoción mientras me miraba con ojos llenos de tristeza—. No quiero que te vayas. No sé qué haré sin ti a mi lado.
Sus palabras me llegaron al corazón, haciéndome sentir una punzada de dolor por tener que dejar atrás todo lo que habíamos compartido juntos.
—Yo también voy a extrañarte, Marc. Pero sé que tenemos que seguir adelante con nuestras vidas y perseguir nuestros sueños —respondí, luchando por mantener la compostura.
Nos abrazamos con fuerza, como si ese momento pudiera detener el tiempo y mantenernos juntos para siempre. Pero sabíamos que era solo un adiós temporal, un punto de partida para nuestras vidas separadas.
—Prométeme que nunca olvidarás lo que compartimos aquí, en Menorca. Prométeme que siempre llevarás un pedazo de mí en tu corazón —dijo Marc, sus ojos brillando con una mezcla de amor y tristeza.
—Te lo prometo, Marc. Siempre llevaré nuestro amor conmigo, donde quiera que vaya —respondí, sintiendo una lágrima resbalar por mi mejilla.
Nos separamos lentamente, con el corazón lleno de amor y gratitud por haber encontrado a alguien tan especial como Marc. Sabía que esta despedida no era un adiós definitivo, sino más bien un hasta luego, un recordatorio de que nuestros caminos se cruzarían de nuevo algún día en el futuro.
Mientras observaba a Marc alejarse por el vestíbulo del hotel, con la determinación en sus pasos y la esperanza en sus ojos, supe que este era solo el comienzo de nuestra historia juntos. Aunque la distancia pudiera separarnos físicamente, nuestro amor permanecería inquebrantable, como una llama eterna que nunca se extinguiría.
Con una sonrisa en los labios y el corazón lleno de esperanza, me dirigí hacia la puerta, lista para comenzar mi nuevo viaje hacia el futuro desconocido que me esperaba en Valencia. Aunque dejar a Marc atrás fuera difícil, sabía que este era solo el primer paso en el camino hacia nuestro destino final juntos.
Antes de partir, giré sobre mis talones y le prometí a Marc que lo vería jugar en Barça, que estaría en la grada animándolo en cada partido. Y aunque la distancia nos separara físicamente, nuestro amor nos uniría en cada latido del corazón.
Otro cap más espero que os guste, vos estimee
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MENORCA//MARC GUIU
RomancePara celebrar su cumpleaños número 18, sus padres le regalan unas vacaciones en la isla, junto sus amigas María y Alicia. Emocionada, Clara llega a Menorca y queda maravillada con sus playas cristalinas, paisajes impresionantes y la calidez de su ge...