Capítulo 24

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El silencio se cernía sobre la habitación mientras Marc y yo nos mirábamos fijamente. Sentía el peso de la prueba de embarazo en mi mano como si fuera un objeto de gran importancia, y, en realidad, lo era. Miré de nuevo la pequeña ventana de la prueba, asegurándome de que no estaba imaginando cosas.

Dos líneas. Positivo.

Sentí un torrente de emociones que iban desde el asombro hasta el miedo, pasando por una profunda alegría. Levanté la vista hacia Marc, cuyos ojos reflejaban la misma mezcla de emociones que sentía yo.

-Marc... -susurré, mostrando la prueba-. Es positivo.

Marc se quedó paralizado por un momento, y luego, una sonrisa lenta y maravillosa comenzó a aparecer en su rostro. Me abrazó con fuerza, levantándome del suelo y girándome en el aire.

-¡Vamos a ser padres, Clara! -dijo con una voz llena de asombro y felicidad.

Nos quedamos abrazados durante lo que pareció una eternidad, ambos asimilando la enormidad de la noticia. Finalmente, Marc me dejó en el suelo y me miró con una seriedad que no había visto antes.

-Necesitamos contarle a nuestras familias -dijo-. Ellos deben ser los primeros en saberlo.

Asentí, sabiendo que tenía razón. Esta noticia era demasiado importante para guardarla. Fuimos juntos al salón, donde nuestras llamadas tendrían lugar. Marc tomó su teléfono y yo tomé el mío, y ambos nos preparamos para hacer las llamadas más importantes de nuestras vidas.

Decidimos empezar con mis padres. Marc se sentó a mi lado, tomando mi mano para darme apoyo. Marqué el número de mi madre, y después de unos pocos timbres, escuché su voz cálida y familiar.

-Hola, mamá -dije, intentando mantener la calma.

-¡Clara! ¡Qué sorpresa escucharte! ¿Cómo estás, cariño? -respondió mi madre.

-Estoy bien, mamá. De hecho, tengo algo muy importante que decirte -dije, sintiendo que mi corazón latía con fuerza.

-¿Qué pasa, Clara? Suenas nerviosa -dijo, preocupada.

Tomé una profunda respiración antes de soltar la noticia.

-Mamá, estoy embarazada. Marc y yo vamos a tener un bebé.

Hubo un momento de silencio en la línea, y luego escuché un grito de alegría.

-¡Oh, Dios mío! ¡Clara, cariño, eso es maravilloso! ¡Estoy tan feliz por ustedes! -exclamó mi madre, y podía escuchar a mi padre en el fondo preguntando qué estaba pasando.

-Papá, también está aquí -dije-. Quiere hablar contigo.

Le pasé el teléfono a Marc, quien comenzó a hablar con mis padres, compartiendo la noticia y recibiendo sus felicitaciones y bendiciones.

Mientras Marc hablaba con mis padres, tomé mi teléfono y marqué el número de su madre, Rosi. Después de unos momentos, escuché su voz.

-Hola, Clara, ¿cómo estás, querida? -dijo, sonando encantada de escucharme.

-Hola, Rosi. Tengo algo muy importante que decirte -dije, intentando contener mi emoción.

-¿Qué sucede, Clara? -preguntó con interés.

-Rosi, estoy embarazada. Marc y yo vamos a ser padres.

Escuché un grito de alegría y luego Rosi comenzó a hablar rápidamente.

-¡Oh, Clara, eso es increíble! ¡No puedo creerlo! ¡Vamos a ser abuelos! -exclamó, y podía escuchar a Manel, el padre de Marc, preguntando qué estaba pasando.

-Rosi, ¿puedes decirle a Manel también? -pedí.

Pasó unos momentos hablando con Manel, quien pronto compartió su alegría y emoción con nosotros. Mientras tanto, Marc terminó de hablar con mis padres y me devolvió el teléfono.

Nos sentamos en el sofá, agotados pero felices, sabiendo que nuestras familias compartían nuestra alegría. Hablamos sobre lo que vendría después, sobre cómo nuestra vida cambiaría y sobre todas las nuevas experiencias que nos esperaban.

-Clara, esto es increíble -dijo Marc, tomando mi mano-. Vamos a enfrentar esto juntos, como siempre lo hemos hecho.

-Sí, Marc. Vamos a ser una familia -respondí, sintiendo una profunda felicidad.

La emoción de la noticia seguía vibrando en el aire. Marc y yo decidimos que era importante seguir compartiendo esta alegría con nuestros seres queridos más cercanos, así que continuamos haciendo llamadas. Primero, Marc llamó a su hermana Emilia, que estaba tan emocionada que casi no podía hablar. Luego llamamos a nuestros amigos más cercanos, incluido Héctor, quien había sido una parte fundamental de nuestra historia juntos.

-¡Marc, Clara! No puedo creerlo. ¡Felicidades! -exclamó Héctor al enterarse de la noticia-. ¡Esto es increíble!

Después de hablar con todos, finalmente nos encontramos nuevamente sentados en el sofá, exhaustos pero felices. Nos abrazamos, disfrutando de la paz y la felicidad del momento. Habíamos compartido nuestra noticia con las personas más importantes para nosotros, y ahora podíamos empezar a planificar nuestro futuro con nuestro bebé.

-Clara, esto es solo el comienzo -dijo Marc, mirándome con amor-. Vamos a tener una vida increíble juntos, con nuestro pequeño.

-Sí, Marc. No puedo esperar para ver todo lo que nos espera -respondí, sintiendo una profunda gratitud por todo lo que habíamos compartido y por todo lo que estaba por venir.

Nos quedamos allí, abrazados, dejando que la realidad de nuestra nueva vida se asentara. Sabíamos que habría desafíos, pero también sabíamos que teníamos el amor y el apoyo necesarios para enfrentarlos juntos. Con Marc a mi lado, estaba lista para cualquier cosa.

La noche cayó sobre Manchester, y mientras el mundo seguía girando, nosotros permanecimos en nuestro pequeño rincón de felicidad, sabiendo que, pase lo que pase, estábamos juntos y eso era lo que más importaba.

La família augmenta, ¿qué creéis que es?, ya sabéis darle ⭐, vos estimee.

MENORCA//MARC GUIUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora