Capítulo 32

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Las semanas posteriores al nacimiento de Lluc fueron un torbellino de amor y aprendizaje. A medida que nos adaptábamos a nuestra nueva vida como padres, Marc y yo nos sentimos más unidos que nunca. Lluc llenaba nuestros días de alegría y nuestras noches de desvelos, pero cada momento valía la pena.

Sin embargo, había una gran noticia que aún no habíamos compartido con el mundo. Después de una temporada en el Manchester City, Marc había decidido regresar a su verdadero hogar: el FC Barcelona. Había renunciado a su contrato en Inglaterra para volver más fuerte que nunca y jugar en el equipo de su vida, rodeado de sus amigos y compañeros de siempre.

La decisión no había sido fácil. Manchester nos había brindado una oportunidad increíble y una experiencia invaluable, pero el corazón de Marc siempre había estado en Barcelona. Sabía que regresar era lo correcto, tanto para su carrera como para nuestra familia.

—Estoy orgullosa de ti, Marc. Sé que esta decisión no fue fácil, pero creo que es lo mejor para todos nosotros —le dije una noche, mientras acunaba a Lluc en mis brazos.

—Gracias, Clara. No podría haberlo hecho sin tu apoyo. Estoy emocionado de volver a casa y darlo todo por el Barça —respondió, besándonos suavemente.

La presentación de Marc en el Camp Nou fue un evento espectacular. El estadio estaba lleno de aficionados ansiosos por ver el regreso de su héroe. Marc se veía radiante, con una mezcla de orgullo y emoción en su rostro. Sosteniendo a Lluc en sus brazos, caminó hacia el centro del campo, donde lo esperaba una multitud vitoreante.

—¡Bienvenido de vuelta, Marc! —gritaba la multitud, mientras las banderas del Barça ondeaban con fuerza.

—Gracias a todos. Es un honor y un privilegio regresar a este club y a esta ciudad que tanto amo. Prometo dar lo mejor de mí en cada partido y luchar por los colores del Barça —dijo Marc, con la voz llena de emoción.

La ovación fue ensordecedora. Los aficionados estaban encantados de tener a Marc de vuelta, y la energía en el estadio era palpable. Mientras Marc hablaba, sentí una oleada de orgullo y felicidad. Estábamos comenzando un nuevo capítulo en nuestras vidas, y no podía esperar a ver lo que el futuro nos deparaba.

Después de la presentación, nos dirigimos a casa para celebrar con nuestros amigos y familiares. Fue una noche llena de risas, amor y esperanza para el futuro. Marc estaba radiante, y yo no podía dejar de sonreír al verlo tan feliz y emocionado.

—Hemos pasado por mucho juntos, Clara, y sé que lo mejor está por venir —dijo Marc, mientras brindábamos con nuestras familias.

—Sí, lo hemos hecho. Y estoy emocionada de ver lo que nos depara el futuro —respondí, besándolo suavemente.

Los siguientes días fueron un torbellino de actividad mientras Marc se preparaba para su regreso al campo. Entrenamientos, reuniones y entrevistas llenaban su agenda, pero siempre encontraba tiempo para estar con Lluc y conmigo. La vida era agitada, pero también increíblemente gratificante.

Finalmente, llegó el día del primer partido de Marc con el Barça después de su regreso. El Camp Nou estaba lleno hasta el tope, y la energía en el estadio era eléctrica. Marc estaba nervioso, pero también emocionado. Sabía que tenía algo que demostrar, no solo a los aficionados, sino también a sí mismo.

—Lo harás increíble, Marc. Estoy tan orgullosa de ti —le dije, dándole un beso de buena suerte antes de que saliera al campo.

—Gracias, Clara. Tenerte a ti y a Lluc aquí me da la fuerza que necesito —respondió, sonriendo.

El partido comenzó, y Marc estaba en su mejor forma. Desde el primer toque del balón, era evidente que había vuelto más fuerte y decidido que nunca. Sus movimientos eran precisos, su juego era fluido, y su determinación era palpable.

—¡Vamos, Marc! —grité desde las gradas, sosteniendo a Lluc en mis brazos.

Lluc, aunque demasiado joven para entender lo que estaba sucediendo, parecía captar la emoción en el aire. Miraba alrededor con curiosidad, sus pequeños ojos brillando con la luz del estadio.

El partido fue intenso, y cada jugada era crucial. El Barça dominaba el campo, y Marc estaba en el centro de cada acción. Finalmente, en el minuto 75, llegó el momento que todos esperábamos. Marc recibió un pase perfecto y, con una habilidad y precisión que solo él podía tener, disparó el balón hacia la portería.

El estadio estalló en vítores cuando el balón cruzó la línea de gol. Marc corrió hacia las gradas, levantando las manos en una "C", una señal para mí y para Lluc.

—¡Ese es mi chico! —grité, las lágrimas de felicidad rodando por mis mejillas.

Después del gol, el equipo continuó dominando el partido, y el Barça se llevó la victoria. La multitud estaba enloquecida, y el nombre de Marc resonaba por todo el estadio.

Después del partido, Marc fue entrevistado en el campo. Las cámaras capturaron cada momento, y las preguntas no se hicieron esperar.

—Marc, ¿cómo te sientes al regresar al Barça y marcar un gol tan importante en tu primer partido? —preguntó el entrevistador.

—Es un sueño hecho realidad. Este club y esta ciudad significan todo para mí. Marcar este gol es solo el comienzo. Estoy aquí para darlo todo y ayudar al equipo a lograr grandes cosas —respondió Marc, con una sonrisa radiante.

—Se te vio haciendo una "C" con las manos después del gol. ¿Puedes contarnos más sobre ese gesto? —continuó el entrevistador.

—Sí, esa "C" es para mi familia. Para Clara y Lluc, quienes son mi mayor inspiración y mi razón para luchar cada día. Todo lo que hago es por ellos —dijo, sus ojos brillando de emoción.

—Finalmente, Marc, ¿qué mensaje tienes para los aficionados del Barça? —preguntó el entrevistador.

—Gracias por vuestro apoyo incondicional. Prometo dar lo mejor de mí en cada partido y luchar por los colores del Barça. Juntos, podemos lograr grandes cosas —respondió Marc, mirando a la cámara con determinación.

Después de la entrevista, Marc corrió hacia las gradas donde yo estaba con Lluc. Salté la barrera y corrí hacia él, abrazándolo con fuerza.

—Lo hiciste increíble, Marc. Estoy tan orgullosa de ti —dije, con lágrimas de felicidad en los ojos.

—Gracias, Clara. No podría haberlo hecho sin ti —respondió, besándome apasionadamente.

Las cámaras capturaron nuestro momento, y pronto las imágenes de nuestro abrazo estaban en todas las noticias. Éramos el centro de atención, pero en ese momento, solo importaba nuestra pequeña familia.

Esa noche, celebramos la victoria con una cena especial en casa. Marc estaba radiante, y yo no podía dejar de sonreír al verlo tan feliz.

—Este es solo el comienzo, Clara. Lo sé —dijo, mientras brindábamos con una copa de vino.

—Sí, lo es. Y no puedo esperar a ver qué más nos depara el futuro —respondí, sintiendo una profunda gratitud por todo lo que habíamos logrado.

Después de la cena, nos dirigimos a la habitación de Lluc para acostarlo. Miré a nuestro hijo, que dormía tranquilamente en su cuna, y sentí una ola de amor y orgullo.

—Somos muy afortunados, Marc. Tenemos una hermosa familia y un futuro brillante por delante —dije, acariciando suavemente la cabeza de Lluc.

—Sí, lo somos. Y haré todo lo posible para asegurarnos de que siempre estemos felices y seguros —respondió, abrazándome.

Esa noche, mientras nos acostábamos, sentí una profunda paz y felicidad. Habíamos superado muchos desafíos y ahora estábamos listos para enfrentar lo que el futuro nos deparara. Con Lluc en nuestras vidas y Marc de regreso en el Barça, sabía que juntos podríamos lograr cualquier cosa.

Tenía que hacer que Marc volviese al Barça, y más con el nacimiento de Lluc, ya sabéis darle ⭐, vos estimee.

MENORCA//MARC GUIUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora