Capítulo 45

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El tiempo había volado de una manera que nunca imaginé. Apenas podía creer que ya había pasado casi un año desde que Lluc llegó a nuestras vidas. Mientras miraba su carita sonriente y sus primeros intentos de caminar por la sala de estar, me llenaba de una mezcla de nostalgia y alegría. Nuestro pequeño niño estaba creciendo rápido, y su primer cumpleaños se acercaba.

Marc y yo queríamos que esta celebración fuera especial, no solo para nosotros sino también para Lluc. Decidimos organizar una fiesta en nuestra casa de Barcelona, invitando a amigos cercanos, familiares, y los compañeros de equipo de Marc junto a sus familias.

—¿Qué te parece un tema de animales para la fiesta? —sugerí una tarde mientras Lluc dormía la siesta.

—Me encanta la idea. Lluc adora los animales, sería perfecto —respondió Marc con entusiasmo, mirando algunas ideas en su teléfono.

Durante las siguientes semanas, nos sumergimos en la planificación. Decoramos el jardín con globos, pancartas y figuras de animales, creando un ambiente alegre y festivo. Pedimos una tarta especial decorada con pequeños animales de fondant y organizamos varias actividades para los niños que asistirían. También preparamos una selección de deliciosos aperitivos y bebidas para los adultos, asegurándonos de que todos pasaran un buen rato.

El día del cumpleaños de Lluc, el sol brillaba con fuerza y el cielo estaba despejado, como si incluso el clima quisiera celebrar con nosotros. La casa estaba llena de risas y voces mientras los invitados llegaban, y pronto, el jardín se llenó de niños corriendo y jugando, acompañados por las conversaciones animadas de los adultos.

—¡Feliz cumpleaños, Lluc! —dijo Pedri, uno de los compañeros de equipo más cercanos de Marc, mientras le entregaba a Lluc un regalo envuelto en papel colorido.

Lluc, aunque un poco abrumado por toda la atención, sonreía encantado mientras abría sus regalos con nuestra ayuda. Había juguetes, libros y ropa, cada uno recibido con la misma emoción infantil.

—Es increíble lo rápido que ha pasado el tiempo —comentó Héctor, otro de los amigos de Marc, mientras observaba a Lluc jugar con uno de sus nuevos juguetes.

—Sí, parece que fue ayer cuando nació —respondí, sintiendo una punzada de nostalgia.

Marc se acercó, poniendo un brazo alrededor de mis hombros. —Estamos muy felices de tener a todos ustedes aquí para celebrar con nosotros. Lluc es muy afortunado de tener tanta gente que lo quiere.

La fiesta continuó con juegos y risas. Los niños disfrutaron de una piñata llena de dulces y juguetes pequeños, mientras los adultos conversaban y se ponían al día. El ambiente era alegre y relajado, y podías sentir el amor y la amistad en el aire.

Cuando llegó el momento de cortar la tarta, todos se reunieron alrededor de la mesa, cantando “Cumpleaños Feliz” mientras Lluc miraba maravillado las velas encendidas.

—Vamos, Lluc, pide un deseo —le dije, ayudándolo a soplar las velas.

La tarta era deliciosa, y todos disfrutaron de las generosas porciones mientras seguían charlando y riendo. Lluc, con la cara manchada de crema, estaba en su elemento, encantado con toda la atención y los juegos.

Mientras la tarde se convertía en noche, los invitados comenzaron a despedirse, dejándonos con un jardín lleno de recuerdos felices y un pequeño que estaba claramente agotado pero muy contento.

—Ha sido un día maravilloso —dije a Marc mientras nos quedábamos a solas, recogiendo los últimos restos de la fiesta.

—Sí, lo ha sido. Lluc se lo pasó genial, y creo que todos nosotros también —respondió, sonriendo mientras miraba a nuestro hijo dormir plácidamente en su cuna.

Nos sentamos en el sofá, disfrutando del silencio de la noche después de un día tan lleno de actividad. Marc me abrazó, y yo apoyé mi cabeza en su hombro, sintiéndome agradecida por todo lo que teníamos.

—Hemos hecho un buen trabajo, ¿verdad? —pregunté suavemente.

—Sí, lo hemos hecho. Lluc es feliz, y eso es lo más importante —respondió Marc, besándome en la frente.

Esa noche, mientras miraba a Marc y a Lluc, supe que estábamos en el camino correcto. La vida tenía sus desafíos, pero también estaba llena de momentos preciosos como este, momentos que nos recordaban lo afortunados que éramos de tenernos unos a otros.

Me acosté esa noche sintiéndome satisfecha y agradecida. Estábamos construyendo una vida hermosa juntos, una vida llena de amor, risas y sueños por cumplir. Y mientras miraba a mi familia, supe que el futuro nos deparaba aún más momentos maravillosos por vivir juntos.

Lluc, con su primer año lleno de descubrimientos y aventuras, nos había enseñado mucho sobre el amor y la alegría de la vida. Y con cada nuevo día, sabíamos que había más por venir, más recuerdos que crear y más sueños que alcanzar, siempre juntos, como una familia.

MENORCA//MARC GUIUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora