Después de nuestra boda de ensueño en Menorca, Marc y yo estábamos más que listos para nuestra luna de miel. Decidimos combinar dos destinos que siempre habíamos soñado visitar: la vibrante y colorida India y las paradisíacas islas Maldivas.
Lluc se quedó con nuestros padres, quienes estaban más que felices de cuidar de él mientras nos tomábamos este tiempo para nosotros. Aun así, despedirnos de nuestro pequeño fue un momento agridulce.
—Prometo llamarte todos los días, Lluc —le dije mientras lo abrazaba y él me miraba con esos ojos grandes y curiosos.
—Te prometo que te traeremos algo increíble —añadió Marc, dándole un beso en la frente.
Después de despedirnos, nos dirigimos al aeropuerto con una mezcla de emoción y nerviosismo. Sabíamos que esta luna de miel sería una experiencia única, una oportunidad para desconectar y disfrutar plenamente el uno del otro.
Nuestra primera parada fue la India, un país que siempre me había fascinado por su riqueza cultural y espiritual. Llegamos a Nueva Delhi, donde nos recibieron con una bienvenida cálida y colorida. El bullicio de la ciudad, los olores especiados y los colores vibrantes nos envolvieron inmediatamente.
—Este lugar es increíble —dijo Marc mientras nos dirigíamos a nuestro hotel.
—Sí, lo es. Siento que cada esquina tiene una historia que contar —respondí, maravillada por la energía de la ciudad.
Nos alojamos en un hermoso hotel boutique que combinaba el lujo moderno con la arquitectura tradicional india. La primera noche, después de una cena exquisita en el restaurante del hotel, nos retiramos a nuestra suite, que era una mezcla perfecta de elegancia y comodidad.
—Estoy tan feliz de estar aquí contigo —dije mientras nos acomodábamos en la cama, mirando las luces de la ciudad desde nuestra ventana.
—Yo también, Clara. Este es solo el comienzo de nuestra aventura juntos.
Nos acercamos y compartimos un beso suave, que rápidamente se volvió más apasionado. Sentí el calor de su cuerpo contra el mío y supe que esta noche sería especial. Marc me desnudó lentamente, sus manos recorriendo cada centímetro de mi piel, despertando todos mis sentidos. Nos entregamos el uno al otro, disfrutando de cada momento, cada caricia, cada susurro.
A la mañana siguiente, nos levantamos temprano para explorar la ciudad. Visitamos el impresionante Taj Mahal, donde nos quedamos sin palabras ante su majestuosidad. Caminamos por sus jardines, tomados de la mano, sintiendo la magia del lugar.
—Este lugar es simplemente mágico —dije, apoyando mi cabeza en el hombro de Marc mientras observábamos el reflejo del Taj Mahal en el estanque.
—Sí, lo es. Es como si el tiempo se detuviera aquí.
Después de unos días en la India, nos dirigimos a nuestra segunda parada: las Maldivas. Desde el momento en que aterrizamos, fuimos recibidos por un paisaje de ensueño: aguas cristalinas, playas de arena blanca y bungalows sobre el agua. Nos alojamos en uno de estos bungalows, un lugar que parecía sacado de un cuento de hadas.
—Esto es el paraíso —dije, maravillada por la vista desde nuestra terraza.
—Lo es. No puedo imaginar un lugar más perfecto para nuestra luna de miel.
Pasamos los días explorando las islas, buceando en los arrecifes de coral y disfrutando de la tranquilidad del lugar. Pero la verdadera magia ocurrió por las noches, cuando nos retirábamos a nuestro bungalow y nos sumergíamos en nuestra intimidad.
Una noche, después de una cena romántica en la playa, nos dirigimos de vuelta a nuestro bungalow. La luna brillaba en el cielo y las estrellas parecían estar más cerca que nunca.
—Ven aquí —dijo Marc, tomándome de la mano y llevándome a la cama.
Nos desnudamos lentamente, disfrutando de cada segundo, de cada caricia. Marc me besó suavemente, su lengua encontrando la mía en un baile apasionado. Sus manos recorrieron mi cuerpo, despertando cada uno de mis sentidos. Sentí su calor, su deseo, y supe que esta noche sería inolvidable.
Nos entregamos el uno al otro con una intensidad que nunca antes habíamos experimentado. Cada beso, cada caricia, cada susurro era una promesa de amor eterno. Marc se movió dentro de mí con una ternura y una pasión que me llevaron al borde del éxtasis. Nos movimos juntos, sincronizados, como si fuéramos uno solo.
Después, nos quedamos abrazados, escuchando el sonido del mar y sintiendo la brisa cálida en nuestra piel.
—Te amo, Clara —susurró Marc, besando mi frente.
—Yo también te amo, Marc. No puedo esperar a pasar el resto de mi vida contigo.
La luna de miel fue una combinación perfecta de aventura, amor y pasión. Exploramos nuevos lugares, creamos recuerdos inolvidables y fortalecimos nuestro vínculo de una manera que solo un viaje así podría hacer.
A medida que se acercaba el final de nuestra luna de miel, sentimos una mezcla de tristeza y gratitud. Sabíamos que estábamos regresando a una vida llena de responsabilidades y desafíos, pero también a una vida llena de amor y nuevas aventuras.
En nuestro último día en las Maldivas, nos sentamos en la terraza de nuestro bungalow, observando la puesta de sol.
—Este viaje ha sido increíble —dije, tomando la mano de Marc.
—Sí, lo ha sido. Pero lo mejor está por venir, Clara. Este es solo el comienzo de nuestra historia juntos.
Nos besamos, sellando nuestra promesa de amor y compromiso. Sabíamos que, sin importar los desafíos que enfrentáramos, siempre nos tendríamos el uno al otro.
Regresamos a casa con el corazón lleno de amor y recuerdos, listos para enfrentar el futuro juntos. Nuestra luna de miel en India y Maldivas fue todo lo que habíamos soñado y más, una celebración de nuestro amor y el comienzo de una nueva y emocionante etapa en nuestra vida juntos.
Holaa, ya que tengo la historia acabada voy a subir todos los capitulos que me quedan, ya sabéis darle ⭐, vos estimee.
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MENORCA//MARC GUIU
RomancePara celebrar su cumpleaños número 18, sus padres le regalan unas vacaciones en la isla, junto sus amigas María y Alicia. Emocionada, Clara llega a Menorca y queda maravillada con sus playas cristalinas, paisajes impresionantes y la calidez de su ge...