Un hombre llamado Shin Hayata que está en el equipo Blizzard de la heroína de clase B: Fubuki.
Es un día bendecido por un extraterrestre de la Nebulosa M87, otorgándole la capacidad de transformarse en un gigante plateado que estará dispuesto a defe...
Era un día soleado donde la tranquilidad era la gobernante de esa mañana que a todos puso de buen humor, ignorando por unos momentos a los kaijin que atacaban las ciudades cercanas; era como si por alguna razón los esfuerzos de los héroes estuvieran dando frutos pese a la nueva organización que surgió de la nada. En una heladería se encontraba nuestro protagonista tomándose un pequeño descanso al comer un helado en una mesa, aunque la idea era buena, él parecía estar algo triste con cada bocado que daba. Con una cara chibi tristes que dejaba a los presentes algo conmocionados.
Ultraman: No tienes por que ahogarte de esta forma...
Solo fue un malentendido.
Hayata: Lo sé.
¡Pero ella no piensa de la misma forma!
Decía aun triste comenzado a devorar su helado.
Ultraman: Por favor detente. Se te va a congelar el cerebro.
Voz: Así que aquí me citaste.
Tuve suerte de que el viejo me diera permiso.
Las cosas en el dojo no van bastante bien además de mi trabajo.
Hayata: ¡Garou!
Así como lo oyen, el antiguo cazador de héroes había hecho las paces con su maestro Silver Fang quien se retiró para reformar a su antiguo estudiante. El cual, incluso comenzó a entrenar con él; dejando atrás ese sueño de ser el mal absoluto.
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Hace unos días, Hayata se encontraba patrullando en los callejones descubriendo el nuevo oficio de Garou, consiguiendo además de amistarse después de una plática donde ambos se pidieron perdón.
Hayata: Siéntate por favor.
Garou: No esperaba que vinieras a este tipo de lugares.
Creí que solo los niños vienen aquí.
Hayata: A veces veo también a familias enteras estar aquí.
