Un hombre llamado Shin Hayata que está en el equipo Blizzard de la heroína de clase B: Fubuki.
Es un día bendecido por un extraterrestre de la Nebulosa M87, otorgándole la capacidad de transformarse en un gigante plateado que estará dispuesto a defe...
A las 8 de la mañana del día de la ejecución de Ultraseven, los ejecutivos de la asociación de héroes se habían reunido para la llegada del señor Agoni. Esto con el objetivo de cerrar su trato para que Tetsuo les entregará una Match Beta, como muestra del cumplimiento con su promesa antes realizada. Mccoy era el encargado de manejar esa última junta antes de la ejecución de Ultraseven.
Mccoy: Vayan rápido.
En estos momentos, cada minuto es crucial para el acto final.
Guiches: Estamos a un paso de convertirnos en los amos de la tierra, no, del propio universo.
Zeimet: Así es.
Todo gracias a Mephilas.
El gran Tetsuo.
Hombre mayor con barba: Ahora que el señor Agoni firme el tratado, la asociación será nuestra y gozaremos de una gran riqueza.
Mccoy: Así es.
Nuestros planes están saliendo a la perfección.
Finalmente cada uno será el amo y señor de su propia facción.
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Los ejecutivos comenzaron a reír de una forma burlona ante sus deseos perversos que tanto exclamaban, transmitiendo su orgullo que representaba una gran victoria para esa bola de viejos avariciosos, pero ignoraban algo muy importante. Una alarma comenzó a escucharse por el lugar alertando a los presentes, haciendo que la pantalla del lugar se encendiera para ver mejor la situación.
Mccoy: ¡¿Qué diablos pasa ahora?!
Exclamó en un tono de rabia ese ejecutivo.
Operadora de la consola: Hay un kaijin en ciudad V.
Está provocando el caos.
Guiches: ¡¿Qué dices?!
Operadora de la rama principal: Voy a transmitir las imágenes que tenemos.
La mujer comienza a transmitir en esa gran pantalla ficha escena, donde se podía ver a algunas personas escapando del lugar a toda prisa ante el kaijin que ocasionaba esa destrucción. Se trataba ni más ni menos que de Marluru, que se encontraba caminando mientras usaba destello de brazo, enviando una rafaga de balas al cielo y a algunos edificios para ocasionar una pequeña destrucción.
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