Capítulo 1 (1/2)

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❤️
Xenia

Había llegado el frío en mi "precioso" pueblo, que encima es de montaña y se nota más, donde después de un verano, un poquito largo, tan caluroso y sofocante que a todo el mundo al menos físicamente nos cansaba, pero fue bastante peor pero para mí. Y no fue el sol el problema. ¿Que por que?

Es un poco largo de explicar pero haré un resumen así rápido y corto. Han pasado tantas cosas este año que encima con mi memoria de Dori el pez azul de la película Buscando a Nemo, solo quiero que acabe ya. Que llegue ese año 2020 que se supone que va a ser el mejor, eso dice mi abuelo por parte paterna.

Entre el accidente que tuve con mi coche en Mayo lo destrocé contra el quitamiedos, justo un día antes de un acontecimiento importante para mi família era el cumpleaños de mi hermana, que a partir de ahí mis padres cada vez que voy a conducir o me voy algún lado tienen ese miedo dentro de ellos que no les deja en paz y que siempre me piden que les avise cuando llego al lugar, un susto tan grave con el alcohol que estuve en el hospital unos días ingresada , mi peor resaca sin duda, y lo mas importante perdí a mi segunda madre, a mi abuela. La que me cuidaba todos los veranos, siempre me apoyaba en todo, era su niña. La niña de sus ojos. La echo de menos.

Así que entre en una depresión que no sabía como salir me faltaba ella, era como un pozo sin fondo. Cayendo eternamente sin frenos, ni paracaídas, sin poder hacer nada. Así que volví a caer en el alcohol, cada vez que salía de fiesta necesitaba beber para poder olvidar, para mi era la única forma. Pero al final después de aquel susto en verano lo volvía hacer, siempre caigo en ello. Aunque esa noche no tenía muchas ganas de salir, raro pero si, tenía ese presentimiento. Algo  que me decía que tenía que ir a esa fiesta. Algo dentro de mi. Además era Halloween se suponía que sería "guay" por los disfraces, el show y eso. ¿ Que podría ocurrir?

Estaba cenando cuando sonó mi teléfono, esa esperada llamada de cada fin de semana de mi mejor amigo, siempre acaba llamándome a mi, parece que esté enamorado hasta las trancas de mi. Ya estaba yo pensando en que disfraz podría ponerme por que sé que la llamada sería para ir a la fiesta, yo sin ganas claro, así que me inventé algo. Pero mi amigo se esforzó tanto en que yo saliera con él para animarme que no podía decir que no, aunque admito que era fácil de convencerme y más en mi situación.

      - Xenia al aparato - le dije con tono de voz alto, a ver si se queda sordo y me deja descansar un día.
      - Tía me vas a dejar sordo un día de estos enserio                    - dijo burlándose de mi - Estás vestida ya, has cenado, porque te paso a buscar YA ! No me repliques que te conozco.
      - Relax cariño, relax. ¿ Estás ya tú? - dije apresurándome.- Eres un pesado.
      - Si dame cinco minutos y estoy bajo de tu casa. Así que espabila preciosa.

Mi madre observaba riéndose ya que aún no estaba preparada del todo. Como no. Era una lenta arreglándome para salir. Siempre era igual. Así que me puse lo primero que tenía pensado, en verdad era el disfraz del año pasado pero no me imporaba. Bajé lo más rápido que pude por las escaleras, que me veo un día que me voy a caer al final. Y si, como tenía previsto ahí estaba, esperándome mientras se fumaba un cigarro al lado de su coche rojo ya haciendo señas de que ya era hora que bajase.

Después de conducir 40 minutos y estar 30 buscando parquing, que eso lo odiaba y lo sigo odiando con toda mi alma, llegamos a la ciudad en donde se suponía que saldríamos de fiesta, que en verdad, siempre era el mismo lugar donde salíamos. La misma discoteca de todas las semanas. Donde ya todos los trabajadores nos conocían. Pero siempre decíamos que era nuestra zona de confort o como lo decía mi mejor amigo "nuestro lugar".

ALL-IN, CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora