Capítulo 10 (1/2)

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                                          ♠️     

Dereck

Le compré una rosa negra en la floristería del pueblo mientras ella se estaba cambiándose porque quiero que sepa como me siento con ella que no quiero ser su amigo, sino su pareja, su cómplice y todo lo que venga por delante. Leí que regalarla simbolizaba el compromiso más allá de lo físico, es algo más espiritual, es como decirle que quiero que sea mía para siempre. Hace tiempo que le comenté algo de los significados, como no lo leí en uno de mis libros.

No era la primera vez que la veía con vestido, cuando nos encontramos aquella noche de elegante en la discoteca, llevaba un vestido rojo que le quedaba espectacular, tengo que decirle que se lo ponga para mí algún día, por que me encantaría estrenarlo, pero el vestido que lleva hoy no se queda atrás encima de color negro uno de mis colores favoritos, ceñido a su piel que hace que se le marquen las curvas que tiene, dan ganas de agarrarla y no soltarla incluso me había dado cuenta que no llevaba sujetador porque se le notaban los pezones, tengo que adimitir que me estaba poniendo no solo nervioso de verla así, sino cachondo, tenía que ir disimulando mi pene erecto.

Pensaba si realmente me había echo caso con que no se pusiese nada debajo del vestido, me estaba volviendo loco no saberlo, nunca me había pasado nada igual, pero quería experimentar esa sensación ya que nunca he echo nada de eso y ella me daba esa confianza para intentarlo, eso y más. Con los 18 años que tengo mis anteriores "rolletes" no es que tuviesen experiencia en algo. Fueron todos un desastre.

Pero en la cena algo me sorprendió cuando empezó a seguir mis bromas yo lo hacía para romper el hielo y que no estuviese incómoda, nunca antes ninguna me había seguido mi humor negro y fácil. Era la primera vez también que realmente estábamos en una cita pero entre broma y broma dicen que la verdad se asoma. Después de eso nos fuimos a una fiesta de playa que había al lado del restaurante, tengo que reconocer que en este pueblo se lo montan bien, buen ambiente y gente amable, creo que no se necesita nada más para pasarlo bien al lado de la persona que te gusta.

Madre mía creo que el vino de la cena me subió bastante así que le pedí que me esperase un momento sola en un lado de la fiesta para poder ir a buscar un poco de agua y ir al baño, empezaba a marearme, no quería aguarle la fiesta y preocuparla, me volví loco buscando uno, preguntando a todo el mundo pero nadie sabía nada, todos borrachos y drogados, hasta que vi como intentaban ligar con ella. Ahí ya no necesitaba el agua, todo el alcohol me bajó de golpe. Me puse como una furia.

En ese momento mi cuerpo respondió solo ante la situación, entendía que podría pasar eso ya que es preciosa con un cuerpazo de escándalo que cuando la ves te entran ganas de todo, de tocarla, de besarla, de sentirla y mucho más. Así que me acerqué y aparté al chico diciéndole que era mi mujer con cara de desprecio. Tengo que admitir que un poco de morbo me dió que intentasen ligar con ella sabiendo que era mía y no podría hacer nada. Aunque fuese asiático. La saqué de allí lo más rápido que pude, pero llegando al hotel ya no pude soportarlo más la agarré en brazos como una princesa para que me diese una sonrisa, una sonrisa que me vuelve loco ya que le salen unos hoyuelos tan bonitos en cada mejilla y que ella odia. Una sonrisa que cambiaría la cara que tenía de amargada en ese momento.

Cuando estábamos por entrar a la habitación por fin tuve el valor de decirle que luego de esa noche si ella me aceptaba sería mi pareja oficial, que no la dejaría escapar ni de broma ni en mil años, era la primera vez que me sentía así. Es una sensación súper extraña. No respondía a nada, se había quedado paralizada con cara de deseo luego de decirle que era mi droga mientras me quitaba la parte superior del traje.

Me puse bastante nervioso pero mi excitación era más fuerte que nunca, verla ahí con ese vestido, saber que se lo había puesto para mi aún me ponía más cachondo. La senté en la esquina de la cama, me puse de rodillas para poder quitar primero los tacones tan altos que llevaba poniéndolos en mi hombro mientras los desabrochaba para así poder comprobar y afirmar que no llevaba nada debajo del vestido. Admito que hice trampas para comprobarlo, encima iba depilada. Madre mía, temperatura subiendo por segundos.

- Vaya vaya señorita Xenia, me ha echo caso con lo de la ropa interior. No lleva nada puesto, buena chica.

Allí ella intentó cerrar las piernas pero yo lo evité poniendo mis manos en sus muslos para poder separarlos y observarla, subirle poco a poco el vestido hasta quitárselo por completo. En ese momento me quedé unos segundos mirándole de arriba a bajo, dios solo pensaba en poder ya entrar en ella, mientras me esquivaba la mirada, estaba tan sexy, me encanta su cuerpo, es perfecto incluso con sus cicatrices, sus tatuajes y todo. Pero volví a ponerme de rodillas después de repasarla con la mirada unas cuantas veces. Dios me obsesiona todo lo suyo.

- No tengas vergüenza de tu cuerpo eres bonita tal y como eres, mirate. Cualquier hombre mataría por estar en mi lugar ahora mismo.
- Que dices Dereck no inventes ni digas mentiras por favor. ¿ No me ves? - dijo empezando a respirar rápidamente. - No me gusta mi cuerpo. Es horrible. Y si cualquier hombre mataría por estar aquí tienen mal gusto. Les faltan gafas.
- A caso no te has dado cuenta que no puedo dejar de hacerlo, no puedo dejar de mirarte, es imposible - empecé acercarme lentamente a su parte íntima. - Incluso aquí. Eres preciosa y hueles muy bien, dan ganas de comerte.
- Dereck. ¿Que estás haciendo? No sabes la vergüenza que tengo ahora mismo que estés ahí abajo.

Mi mirada de reojo hacía ella lo decía todo pero no tenía más remedio que preguntarle, creo que esos libros eróticos que leía a escondidas de mi madre por la noche empezaban afectarme. Nunca sabrá donde los escondo, bueno si levanta el colchón los vería si o si.

ALL-IN, CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora