Capitulo 30 (2/2)

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Me paré unos segundos delante de ella, sin ropa, sin miedo, sin vergüenza alguna antes de hacerla mía, quería contemplarla, mirarla de arriba a bajo de izquierda a derecha. Era como si hiciese fotos con mis ojos a todo su cuerpo para nunca olvidarme. Ella me miraba de la misma forma y me ponía nervioso. Nuestros ojos hablaban entre ellos, como si se entendiesen sin decir ninguna palabra por la boca. No me puse ni el condón, me acomodé encima de ella para hacerle el amor, abrazándola.

- No quiero que pienses que te quiero solo para esto Amor. Pero hoy no vamos hacer sexo salvaje, quiero hacerte el amor. Con pasión, que disfrutes del momento.

En ese preciso instante cuando iba a responderme, introducí mi erección en ella lentamente, poco a poco para que lo notase más. Quería que recordáramos esto para siempre, como el polvo de reconciliación de lo nuestro. Dentro, fuera, se arqueaba pidiendo que entrase más hasta el fondo, dentro, fuera, me pedía que no parase ni que la sacase, que fuese más rápido, dentro, fuera, besos apasionados entre embestida y embestida, jugando lengua con lengua, dentro, fuera, pura calor infernal que nos pedía que hiciésemos ese sexo salvaje del cual nuestros cuerpos estaban acostumbrados, hasta que no pude aguantar más. Me jadeaba, sus ojos me pedían eso. Y se lo dí. Claro que se lo dí.

Las embestidas se volvierón más potentes, más rápidas, las respiraciones más fuertes y muchos orgasmos por el medio. Menos mal que no teníamos vecinos pero la verdad me daba igual, que morbo que escucharan a mi chica disfrutar de mi sexo. Dios es que solo escucharla no quería parar aunque mi cuerpo temblase . Era puta adicción lo que me estaba pasando. Acabamos en el mismo momento pero no paramos, solo cambiamos de lugar en la ducha jugando con el jabón, nos volvimos a calentar para hacerlo otra vez. Bueno en verdad nunca nos bajaba la temperatura era imposible. Los tres días más que estuvimos allí fueron puro fuego. Sexo, sexo y más sexo.

El último día le ayudé a limpiar y dejarlo todo como se lo encontró. Bajamos a la playa para despedirnos de ese lugar, seguro que se quedaría no solo en nuestras mentes, en nuestros corazones también. Nunca podríamos olvidarnos de ello. Incluso nos hicimos varias fotografías. Una de ellas ya puesta como foto de perfil en mis redes sociales.

DOS MESES DESPUÉS

Iba pasando el tiempo, cada vez estaba más enamorado de ella, más sentimientos, todo era súper bonito pero admito que me ponía celoso que trabajase en ese bar que cada día se llenaba de hombres, motoristas, borrachos que se la comían con los ojos así que estaba preparado para hacer una cosa bastante importante. Tenía que hacerlo. Eso me hizo adelantar algo que quería hacer más adelante, a la poca gente que se lo dije decían que era muy pronto aún, que no vivíamos juntos, que aún no nos conocíamos del todo pero para ello tenemos toda la vida por delante y sobretodo podría volver a pasar algo como las ultimas veces. Que ella desapareciese o se fuese con alguien. Pero estaba decidido, nada me iba a cambiar de opinión, tenía el anillo comprado.

Llevaba días pensando como pedírselo y donde, no quería hacerlo delante de mucha gente para que no se sintiera presionada a decir que si ni que le agobiasen, quería que fuese íntimo. Solo nosotros dos. Nadie más. Pero se puso muy enferma la semana que me quedé en su casa y estaba planeando ese momento. No paraba de ir al baño, sangraba sin tener la menstruación, lloraba de dolor por las noches mientras me dejaba solo en la cama para no molestarme como dice ella. Pero quiero ayudarla. Es mi futura mujer si ella quiere claro.

Tenía miedo a lo que me escondía de su enfermedad, por que se que aún hay algo que no me ha contado, que le estuviese haciendo tanto daño y yo sin poder hacer nada. Tenía miedo a perderla. Volvía ese sentimiento como aquel día. Es horrible. Es el peor sentimiento que puede tener una persona. el miedo. Así que no me esperé más, agarré el anillo me lo puse en el bolsillo y la busqué por la casa. Estaba en el baño de la primera planta. Aún no me acostumbro a su casa ni a su hermana espiando todo lo que hacemos con mala cara.

- ¿ Cariño estás bien ? Necesitas que te ayude en algo o quieres que te traiga algo. Me asustas cada vez que desapareces de mi lado.
- Eres un exagerado - se escuchan unos ruidos extraños dentro - Puedes pasar si quieres estar más tranquilo.
- ¿ Que haces en el suelo llorando Amor ? - dije levantándola y seguido dándole un abrazo - Dios cariño que te ocurre .... No me pegues estos sustos, al final no seré un exagerado como dices tú.
- Em solo quería agarrar algo del cajón. Nada más. Unas cremas que tengo para la cara pero las piernas no me han respondido. - dijo girándose para estirar la cadena del váter así que aproveche a ponerme de rodillas para "buscar" las cremas pero saqué el anillo del bolsillo - Em ¿ Que es esto ?
- Xenia Moreno García, desde que te conocí en esa discoteca de mi ciudad no he podido pensar en ninguna chica que no fueses tú, me tienes enamorado hasta las "trancas" con tus defectos, caricias, sonrisas, frases míticas, tus ideas locas y incluso tu enfermedad que aún no me has dicho, pero esperaré cuando estés preparada. Te querré y te cuidaré siempre como Jacob de Renesmee en Crepúsculo o Damon Salvatore de Elena en Crónicas. Quiero una vida larga a tu lado, poder envejecer con nuestras arrugas súper bonitas, echar la vista atrás al pasado y poder decir que lo hicimos al final. Que nada nos destrozó. Con nuestros nietos corriendo por el jardín de nuestra propia casa. Cariño quiero hacerte la mujer más feliz del mundo si tu quieres y me dices que si. Se que dirás que es muy pronto que ni vivimos juntos ni nada que se supone que se tiene que hacer antes del matrimonio. Pero no puedo vivir sin ti y ...
- Si quiero. Quiero todo eso contigo. Como iba a decir que no al chico que me he enamorado realmente. Nunca he sentido tanto. Se que he tardado en darme cuenta pero si quiero. Aunque podrías habérmelo pedido en otro lugar.
- ¿ Por que ? Así lo recuerdas para toda la vida. Inolvidable. Como yo. - dije riéndome.
- ¿ No te vas a levantar a ponerme el anillo en el dedo o ya no quieres ?

Me levanté y sin pensarlo dos veces le puse el anillos en el dedo. Dios, por fin. Pero cuando le iba a dar el beso su hermana nos interrumpió picando a la puerta. Siempre tan inoportuna. A veces la odio, pero me tengo que acostumbrar a ella. Será mi cuñada.

TRES MESES DESPUÉS

Faltaba una semana para casarnos, ella aprovechó para comprarse un coche nuevo ya que tenía trabajo fijo. Ya era hora probecita. Nadie sabía lo que íbamos hacer solo los testigos. Vera que estuvo estos meses muy encima de ella con mucho secretismo que hacía que volviese la inseguridad en mi y el otro testigo mi mejor amigo Manu, que lo conocí mientras no estaba con Xenia que sabe toda nuestra historia y por eso estaba indeciso si ir a firmar o no. No tenía claro ese matrimonio, igual que mi hermano y Eric, que me volvía hablar con él. Lo arreglamos todo y cada uno ha elegido un camino diferente. Ahora sale con Carla, no me lo esperaba. Todo el mundo diciendo que estamos haciendo lo incorrecto, que nos haremos daño.

ALL-IN, CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora