Pronto te vas a enamorar del mágico pueblo de Whispers y sus maravillosas historias de amor.
¿Qué hace la hija de una mujer en rehabilitación cuando no tiene a dónde ir? Busca al padre que no ha visto en años y que tiene dinero de sobra para manten...
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Capítulo 19
PEYTON. 2016
Llegamos a una fiesta que se encontraba en la cumbre del festejo. Había parejas por todos lados, había un DJ muy bueno y la gente estaba prendidísima. A lo lejos visualice a Max, el amigo de Ron que aún tenía la nariz lastima por mi culpa pero Ron lo ignoro y me tomo de la mano para dirigirme con otro grupo de chicos y chicas que se encontraban en una de las bolitas al lado de la fogata. A uno de ellos ya lo había conocido la vez que vine a una fiesta aquí con mi amiga solo que esta vez Louis venía acompañado por una chica diferente. No quise hacer ni un comentario porque deduje de lo que se trataba.
—Marcie ella es Peyton —me presento Ron sin ninguna etiqueta más.
—Hola, linda —me sonrió—, soy la prima de este gigante.
Ella se adelantó a abrazarme antes de estrechar mi mano, tal vez podía hacer más amigos.
—Un gusto —dije.
—¿Quieres tomar algo? —me pregunto Louis—, puedo conseguirte algo del bar.
Me sentí apenada ante la oferta y Ronald se dio cuenta por lo que intervino.
—Yo lo tengo, Lou. Vamos, Pey, vamos a conseguir unos tragos.
Ronald tenía las manos metidas en el suéter y me indico con un movimiento de cabeza que lo siguiera. Camine detrás de él sin ver a nadie más, luego llegamos a la barra donde se encontraban los mismos chicos de la vez anterior. Esto era otro after party seguro.
—Vaya, vaya, vaya. Pero si es Ronald Davis en persona —dijo la morena al ver a Ron—. Vaya show que hiciste la última vez que estuviste en mi casa, ¿eh?
Ron hizo una mueca. —Lo siento, Manda.
—Hey, sabes que no me gusta que me llamen así —dijo elevando una ceja—, a menos que sea ya sabes quién.
Con su mano izquierda cubrió la derecha que apuntaba al chico de cabello rizado y ojos azules. Con que Amanda y Preston, ¿eh? No pude evitar pensar en lo lindo que se verían juntos.
—Vale, lo siento. Ahora podrías por favor darme 2 —contesto divertido mi hermanastro.
¿2 que? Oh no, no, no. Tequila. Mi tormento. Debí hacer cara de asco porque Ron me miro y se rio un poco. Amanda los puso frente a nosotros.
—¿Qué tal 1 para ti como disculpa?
Y como si Amanda tampoco supiera como decir que no en voz alta se sirvió un trago para ella también. Ron me dio mi shot en la mano.
—Venga chicos, que la noche es joven —dijo Amanda como brindis.
No había bebido ni una sola gota de alcohol después de esa última fiesta donde Ron me defendió. Así que si, el tequila fue un bastardo conmigo y me recordó lo que es sentir la cara caliente. Deje caer mi tequilero sobre la barra con cara de asco.
